77 ❥ and back

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AND BACK
[y de regreso]

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—No puedo creer que nos hayamos perdido por tu culpa.

—¿Por culpa? eres quien dijo que conocías esta ciudad como la palma de tu mano —reclamó, mirando mal chico de su delante. Michael soltó un bufido, para luego ver hacia los lados de la transitada calle.

—Dijiste que iríamos a teñir mi cabello y volveríamos al hotel —señaló él, apuntando a su nuevo cabello rubio en su cabeza —. En los planes no estaba ir a esta tienda de maquillaje y tomarnos horas en que mires todas las estanterías —agregó, apuntando ahora a las bolsas de maquillaje en sus manos.

—De nuevo, habían rebajas —dijo de manera dramática, moviendo las bolsas de sus manos. Michael volvió a bufar —. Además, te dije que podías adelantarte y pedir un taxi al hotel si estabas cansado —le recordó, a lo que Michael no respondió y solo siguió con los ojos en las diferentes calles de la ciudad.

—No iba a dejarte —fue todo lo que él dijo luego de un rato, sin mirar en su dirección.

Realmente no podía creer que Michael lo estuviera haciendo sonreír sin importar que se encontraran en medio de una tonta pelea, que él mismo inició. Estaba estúpidamente enamorado de él.

De todas formas, eso no evitaba que siguiera sintiéndose frustrado por estar perdido en medio de esta ciudad.

Irónicamente, era el último días de ambos en este lugar, en donde Michael aprovechó para volver a decolorarse el cabello y quedarse con ese rubio platinado que no usaba desde hacía unos meses. Estuvieron alrededor de treshoras en la estética, mientras una mujer le hacía largos tratamientos al cabello de su novio, intentando sacar la pigmentación roja y luego haciendo que el color amarillo pasara a un rubio casi blanco que lo hacía ver ligeramentemás pálido. De todas formas, le quedaba bien.

A Michael todo, siempre, le quedaba bien.

Luego de eso, fue que pasaron por tiendas de ropa, en donde no pudo evitar tomarse unos minutos de más en hacer compras de último momento, para que luego frente a sus ojos pasara la mejor liquidación de maquillaje que había visto en sus veintitrés años de vida. No iba a dejarla pasar.

Se tomaron alrededor de otras dos horas buscando los productos que necesitaba, mientras Michael tenía la misma expresión aburrida que en su caso tuvo cuando se encontraba esperándolo en el estilista. Justo.

Lo que no fue justo fue que Michael los hubiera llevado por el camino correcto hacia la autopista principal para que pudiera tomar un taxi hacia su apartamento, terminando en lo que estaba casi seguro, que era el lado contrario a la dirección en donde debían ir. Todo esto porque su novio se negaba a usar una aplicación de búsqueda y prefería seguir a su instinto.

—De acuerdo, genio, ¿cuál es el siguiente paso? —preguntó, demasiado tentado a sacar su celular del bolsillo trasero y abrir iMaps.

—Va a llover —fue lo que él dijo en cambio, mirando hacia el cielo oscurecido. Levantó una ceja, sin creer demasiado en las palabras de su novio. Aún eran las cinco, era claro que el cielo no estaría tan brillante como cuando dejaron en el hotel —. ¿Trajiste un paraguas?

—¿Por qué traería uno si el cielo estaba completamente despejado cuando salimos? —se quejó, casi sintiendo la punzada de culpa al ignorar las palabras de Michael al salir de su habitación de hotel. Él miró en su dirección con el ceño fruncido.

Broken Pieces ❥ mukeWhere stories live. Discover now