Capítulo 17

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Tú si eres importante

Sebastien Abans

Desde los catorce empecé a tener el control de todo lo que me rodeaba, yo solo aprendí a conducir un auto, aprendí a cocinar, aprendí a llevar los gastos básicos de una casa, yo solo aprendí tantas cosas que me quedaría sin dedos para enumerarlos.

Cuando cumplí los dieciocho entre a la universidad e iba por las noches, ayudaba a Killien en sus tareas y lo cuidaba por las tardes y nuestra antigua nana lo cuidaba por las noches para yo ir a estudiar.

Así fue como me gradué y luego de eso vinieron los cambios que mi hermano y yo anhelabamos, con sudor creé una empresa de vinos y su distribución multimillonaria como lo es Rempart. Pagué los estudios de Killien y sus clases particulares de inglés y alemán.

Desde temprana edad me tocó tener el control de cosas que un niño normal no tendría que tener.

Es tan ridículamente absurdo que siempre he tenido el control de todo lo que me rodea y ahora no tengo el control de este momento.

Malika le da un sorbo a su batido de chocolate con galletas y mira a través de la ventana de la cafetería donde venimos a comer.

Su melena castaña— La cual es una de las cosas que me gusta de ella— está en una coleta desordenada dejando que se aprecien sus mejillas sonrojada y sus grandes ojos azulados más brillosos.

Desde que la conozco me gusta su belleza tanto por fuera como por dentro— Aunque algunas veces me saca de quisio— es una persona alegre y llena de luz. Siempre me pregunto la razón por la cuál acepto el contrato, pensé que al verlo me lo arrojaría y luego me daría un golpe pero fue todo lo contrario.

Mi razón es porque quedé hipnotizado, pensaba tanto en ella si solo llevaba pocas horas de haberla conocido, luego cuando se me pasó la idea de hacerla firmar un contrato para pasar tiempo juntos supe que era lo que ella tenía que me volvía loco.

Malika me transmite la paz que nunca he tenido el privilegio de conocer, me da fuerzas cuando está a mi lado y me dice siempre que confía en mi, aún cuando yo no le he dado indicio que ella se ha ganado mis respetos y mi cariño. Me da todo de ella sin pedir nada a cambio.

Se que está empezando a sentir algo por mi— es bastante obvia— yo tengo sentimientos como todo humano pero el amor es algo que desconozco en todas sus facetas. Pensaba que estaba enamorado de Felisa pero solo era una fantasía de la que desperté antes de dar el "Si" en el altar.

Le tengo cariño a la castaña pero no quiero sentir nada hacia ella para que no salga lastimada, es una rosa fuerte y decidida en lo que quiere pero no quiero hacerla sufrir.

Quisiera alejarme de ella para que se olvide de mi y pueda empezar a buscar un nuevo rumbo pero para mi es difícil hacerlo, es un imán del cuál trato de seprarame pero aún así me traerá a la fuerza sin verlo venir.

Es simplemente ella lo que me trae loco, como quisiera que todo fuera diferente y empezar algo con esta hermosa mujer, pero no puedo.

No por mi, si no por ella.
No quiero hacerle daño.

Estoy dañado, Felisa me hizo daño en el pasado y nuestra historia es algo que superé pero que dejó cicatrices que algunas no terminan de sanar.

Ella nunca fue para mi, es una mujer avariciosa que me buscó por mi dinero. Pensaba que en verdad me amaba pero como lo dije antes, todo era una fantasía.

—No te comas la cabeza pensando tanto— la suave voz me saca de mis pensamientos.

Juega con sus dedos y el anillo que siempre lleva, no me mira pero puedo notar que quiere empezar a hablar.  Ella es la que más respuestas necesita y estoy dispuesto a dárselas, de mi pasado no pero espero con el tiempo tener la valentía de contárselo.

El placer de Sebastien (M3) Where stories live. Discover now