EXTRA II

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Les dejo un extra de EPDS que para mi fue especial escribir, es un poco corto pero lo suficientemente emotivo para haberme echo llorar.

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Sebastien Abans

Tomo las rosas blancas con fuerza y me adentro al cementerio, camino despacio sin necesidad de querer irme. Venir aquí me ayuda a entender que ya no están conmigo fisicamente, pero su alma me acompañan a donde quiera que vaya.

Abro la pequeña reja y entro al mausoleo privado donde se entierran a los integrantes de la familia Abans. Dejo flores en la lápida de mi abuelo, de mi mamá y papá. Hasta dejar el último ramo en la lápida de Samuel y sentarme en el banquillo.

Jugueteo con mis dedos, sin saber como empezar lo que tengo para decir. Durante estos últimos seis meses todo ha cambiado, el tiempo pasó rápido y no tenía el valor de venir hasta hoy.

—Siempre serás mi primer hijo, mi pequeño y al primero que le di mi amor de padre —Confieso —Me hubiera gustado que conocieras a Malika, es una mujer extraordinaria y me hace feliz. Somos una pareja estable con problemas como cualquiera, pero nuestro amor es lo suficiente como para solucionarlos.

>>Hace seis meses Malika me dio la sorpresa de que estaba embarazada, sentí que la vida me estaba recompensando por todo lo que sucedió hace cinco años. Sentí que me estaba dando una segunda oportunidas, te sentí a mi lado gritando de alegría y eso me hizo más feliz. Que Malika este embarazada no quiere decir que te deje de lado. Le haré saber a mis hijos que tienen un hermano mayor que los cuida desde el cielo y que siempre podrán venir aquí para sentirte más cerca <<

Quito las lagrimas que ruedan por mis mejillas y tomo una respiración profunda. Siento que este momento era lo que necesitaba para terminar de sanar la muerte de mi pequeño.

>>Fuiste, eres y serás mi primer hijo, Samuel Leandre Abans. Te amo y siempre te recordaré como aquél nene que hacía mis días más felices —Le sonrio a la lápida una última vez antes de levantarme —Volveré pronto hijo, pero esa vez será con toda nuestra familia <<

Salgo del mausoleo sintiendome más liviano, como si venir aquí me hubiera ayudado a sentirme mejor. Y lo hizo, esto era lo que necesitaba para saber que donde quiera que esté, Samuel me acompaña y lo hace con nuestra familia.

De regreso me detengo en una cafeteria y compro dos croissant de chocolate y un batido de Fresa para la embarazada que me espera en casa. Últimamente sus antojos son estos. Antes era pizza de doble queso a la una de la madrugada o mermelada de toronja con galletas de canela.

Sus cambios de humor no son lo sificiente para sacarme de quicio. Aveces se pone muy sentimental cuando ve ropa de bebe o con las películas trágicas. Otras veces se irrita o esta de mal humos pero siempre es porque las cosas no salen como quiere. Pero en lo que repecta, no ha descargado sus cambios conmigo.

De vez en cuando se pone cursi cuando quiere que le sirva o le compre comida, es la única manera que consigue para hacerme levantar a la una de la mañama y salir a comprar sus batidos de fresa.

Aparco el coche detrás de la 4x4 de Zeus y bajo con las bolsas de la cafeteria. Desde que se anunció el embarazo de Malika. Zeus y Killiem vienen siemore que pueden para mimarla, y no hablemos de su hermana, Keyra. Una semana después de contarle ya tenía tres bolsas de ropa de bebé y para Malika en la puerta de nuestra casa.

Escucho la voz de Malika en la cocina, me quedo parado en el marco de la puerta al verla usar un mono azulado y un top deportivo blanco, dejando su hermosa barriga a la vista de todos. Para tener seis meses es enorme.

Me acerco por detrás sin anunciarme y la rodeo con mis brazos, se asusta pero luego se relaja al reconocerme. Dejo un beso detrás de su oreja y le tiendo la bolsa con la comida.

Voltea y puedo ver sus ojos brillosos, la comida si que la hace feliz ultimamente. Acaricio su barriga y siento la patada de uno de los bebes.

Por cierto ¿no les conté?

Tendremos Mellizos.

Una grata sorpresa que nos llevamos hace un mes en la cita con el ginecologo. Nunca vimos al segundo porque se mantuvo escondido detrás de su hermano, Malika estaba a punto de entrar en una crisis nerviosa cuando lo supo. Le aterró la idea de saber que eran dos pero luego la calmé diciendole que no estaba sola y que podíamos con ellos.

Luego se extrañó porque fueran mellizos, nadie en su familia lo era pero cuando le sonreí con culpabilidad supo que era por mi parte. Nunca le conté que mi abuelo materno tenía una melliza que lamentablemente no conoci.

Estuvo tres días culpandome sin descanso porque dejé dos bebes en su estómago, pero luego le salí con que no se quejaba cuando los estabamos creando, al menos no de mala manera. Se sonrojó y se fue a la habitación, muerta de la vergüenza.

—Estaba a punto de llamarte para esto —Mueve la bolsa antes de abrirla —Eres un sol.

—Me dices lo mismo cada vez que te compro comida —Me sonrie con ternura.

—No es mi culpa tener siempre hambre, son ellos —Señala su estómago, dejo un beso en ella —Serán una aspiradora de comida, tenemos que mantener la despensa llena.

Ruedo los ojos ante sus ideas locas. Me giro a mi hermano y alzo una ceja cuando lo veo comer lo que creo que era mi almuerzo.

—¿Zeus no te alimentó lo suficiente para que vengas a comerte mi almuerzo?

Killien me lanza una mala mirada ante de estirarme el plato y darme lo poco que queda del asado con vegetales.

—Quiso hacer un intento de pastel de carne y terminó mal, afortunadamente mi cuñada fue generosa y me dio tu almuerzo —Malika levanta la mirada pero sigue en lo suyo.

Me encojo de hombros y termino de comer antes de dejar la cocina limpia, Killien se despide y nosotros nos pasamos al salón de estar. Malika se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro, acaricio su barriga y siento la patada de uno de los bebés.

—¿Ya tienes pensado los nombres? —Ella se aparta y niega con la cabeza —Hagamos algo, tú eliges el nombre de la niña y yo del niño.

—Bien —Coloca sus piernas en mi regazo y me sonrie —Pensé en uno para ella, creo que te gustará.

—A ver, dímelo.

—Mackenzie —Sus ojos se iluminan al pronunciarlo —Cuando tenía dieciocho siempre decia que si llegaba a tener una hija, me gustaria llamarla Mackenzie.

—Mackenzie Abans —Sonrio —Me gusta.

—¿Tú tienes pensado uno?

—Quiero que nuestro hijo se llame Leandre —Murmuro, ella hace un gesto de sorpresa —No me hizo falta pensarlo, me gustaria que se llamara así.

—Es el segundo nombre de Samuel y el tuyo —Asiento, Malika sonrie y me abraza —Es hermoso.

En honor a ti mi pequeño ángel.

Le devuelvo el abrazo y nos mentenemos así por minitos, hasta que se separa y une niestros labios. La beso con lentitud y dulzura, dejandonos llevar por el momento. Cuando nos separamos junto nuestras frentes y acaricio su mejilla.

—Mackenzie y Leandre Abans Villareal, los hijos del pintor y su musa —Suelto una carcajada ante lo que dijo y ella me sigue.

—Estás loca —Se encoge de hombros.

—Pero así me amas.

Dejo un beso en su frente y me abraza.

—Que no te quepa la menor duda, déesse

El placer de Sebastien (M3) Where stories live. Discover now