Capítulo 20

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Aferrarte a mi

Sebastien Abans.


Paz.

La única palabra que define este momento, la calidez de su cuerpo junto al mío y nuestras respiraciones serenas.

Una tranquilidad tan grande que aveces pienso que es producto de mi imaginación.

Siento movimiento a mi lado y luego el peso de ella cuando pone su cabeza en mi torso desnudo. Si, esto es un gran momento.

Abro los ojos adaptándome a la luz del sol pasar por la ventana, olvidé cerrar las cortinas anoche. Miro un poco más abajo y me encuentro con unos ojos azulados brillosos y muy claros.

—Perderemos el vuelo si no te levantas —Susurra muy cerca de mi.

—¿Qué hora es?

—Las siete y media de la mañana.

Se levanta de la cama y es cuando me doy cuenta que mientras estaba dormido ella se tomó el tiempo de arreglarse para el viaje.

Lleva puesto un pantalón negro de tiro alto que la hace ver más alta, una camisa violeta y encima una chaqueta de jean. Su melena castaña está suelta con esas ondas naturales en las puntas que me gustan tanto y que ella aveces detesta y se las alisa.

Soltando un suspiro me levanto y me doy el tiempo de arreglarme. Es un alivio que ayer arreglamos las maletas antes de nuestro maratón de sexo.

Sexo con Malika.

Lo defino como uno de los mejores momentos, no pensé que ella fuera realmente buena en eso y me hace dudar si es cierto que solo tuvo tres ocasiones de sexo con su novio antes de romper hace dos o tres años.

Pensé que Malika era virgen puesto que nunca habla de sus relaciones amorosas y siempre que hago un comentario subido de tono su rostro se enrojece como una manzana.

Pero eso de pensar que era inexperta quedó en el olvido cuando nos enrollamos por primera vez. El movimiento de sus caderas, sus manos finas acariciando mi pecho y espalda, sus deliciosos besos en cada área de mi cuerpo hacían que mi miembro doliera al punto de explotar.

Esa hermosa castaña es una Diosa del sexo.

Termino de arreglarme y tomando mi maletín y la mano de Malika salimos de casa rumbo al aeropuerto privado de Marcella. Nuestra primera parada será en Italia, nos quedaremos una semana y luego iremos a España para finiquitar un contrato, tengo pensado quedarnos una semana y cuatro días ya que le tengo algo preparado a Malika.

—¿A qué parte de Italia iremos?

Pregunta de manera distraída mientras observa por la ventana y acaricia mi brazo.

—Milán, mi cliente es dueño de una marca de ropa y quiere que le distribuya para las fiestas que organiza luego de la pasarela de moda.

—Creí que solo ofrecías vino para las cadenas hoteleras y los restaurantes.

—Tengo clientes de Resort en Maldivas, clientes que piden cierta cantidad para eventos de beneficencia o fiestas privadas. Hasta les vendo a dueños de pub y cadenas licoreras.

—Wow, te expandes en diferentes áreas —Comenta con una sonrisa en sus deliciosos labios.

—El proyecto que hago con Christian y Stephen es el comienzo de mi salto al mundo ecológico, seremos los primeros en construir un hotel de energía solar en Marcella y ese mismo día presentaré el vino que llevó un año planeando. Será un gran momento para mi empresa y eso significa que lograré nuevas ofertas.

El placer de Sebastien (M3) Where stories live. Discover now