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  Los primeros días de clases fueron algo complicados, muchos de los alumnos aún no se podían acostumbrar a al presencia de un niño en la escuela.

Desde esa clase donde Severus presento a Harry la noticia recorrió todo Hogwarts más rápido de lo que se esperaba.  En menos de una hora no había nadie que no supiera que el temible maestro de pociones tenía un hijo, y que además ese pequeño niño de aún amor. Debían admitir que Harry se ganó muy rápido el cariño de todos, ya que era muy sociable y para nada grosero, ese niño era un amor, daba demasiada ternura. Snape estaba haciendo un buen trabajo...

Se le podía ver Caminando con Harry en brazos por todos los pasillos, solo cuando estaba cargando al niño se le veía reír, ese mocoso era el único que le podía alegrar los días después de que sus alumnos hicieran explotar cuentos de calderos por hora, era un trabajo difícil pero lo hacía por Harry. A los pocos días de estar ahí empezaron a desayunar en el comedor junto a todos, ya que Severus pensó que si ya todo mundo lo sabía porque tenía que estar en un lugar aparte?

No era como que se avergonzara de su hijo, eso sí jamás. Así que por esa razón sus tres comidas del día eran en el gran comedor alado de maestros y alumnos.

Todos se divertían viendo como el pequeño Harry jugaba con su comida y terminaba todo embarrado, para al final estar riéndose con su padre. Era una escena mágica, se podía ver el gran amor que Snape tenía por ese niño, el Harry...pues el era más que feliz, su papi lo consentía mucho y le daba mucho cariño, a su lado se sentía muy seguro.

Prácticamente su nueva vida en el castillo alado de su papi lo hacía más que feliz. Y hablando de feliz hoy era un día de esos,el pequeño Harry estaba muy contenta ya que hoy su papi le dijo que irían con el señor de pelo largo, aquel que dijo que tenía un dragón. Estaba muy emocionado, ya lo quería conocer. Se veía que su papi quería complacerlo en todo que hasta lo llevaría con su dragón. 

No dijo nada en contra de que lo vistieran, se dejó bañar como nunca antes y desayuno todo lo que su le había puesto en el plato. Había tenido ganas de llorar cuando su padre se fue por ropa limpia, no le gustaba tenerlo lejos pero no lo hizo ya que tenía que demostrarle que era valiente y podría enfrentar todo eso.

Aparte de que si lloraba a lo mejor su papi se enojaría y ya no llevaría con dragón. Se preguntaba si era igualito a su peluche,tal vez si. Mejor se llevaría a dragón de peluche para compararlos haya en casa del señor con pelo largo. Se le hacía divertido, aunque no sabía porque aquella vez le había gritado a su papi, no le entendió mucho lo que le dijo pero bueno no importaba, le caía bien solo porque tenía un dragón.

Su papi ya había hablado con el, le dijo que se portará bien, que al ser casa ajena debía demostrar que era un niño educado.

Por eso sería un niño bueno, quería que papi estuviera orgulloso de él, le iba a demostrar que era igual de educado que el.
Hoy estaba cansado, ayer había jugado mucho pero eso no le quitaban las ganas de conocer la casa del señor rubio, su cansancio no sería algún impedimento, le diría a su papi que lo cargara todo el camino, sus piernitas no estaban de ánimo hoy.

Y bueno Severus no tenía algún problema en cargarlo, le encantaba tener a su niño en brazos, lo podía sentir más cerca y amaba darle besos por su rostro. Ese niño era su mayor adoración.

-Muy bien cariño, ya sabes debes comportarte, de lo contrario te quitaré a dragón y tú no quieres eso verdad?- como así que quitarle a dragón? Dragón era sagrado-

-Ño quelo.

- Pues se un niño bueno ,se que ya lo eres mi vida, no debes hacer mucho esfuerzo, solo no seas berrinchudo okey?- lo cargo- debes convivir, te llevo para que juegues con Draco, voy estar cerca de ti por cualquier cosa

Ablandando Un Corazón 💗✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora