VII

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Maratón 3/5


Quería amar a Harry de todas las maneras posibles y lo haría. Draco le mostraría a Harry cuanto lo amaba y comenzaría ahora. Fue despierto de su ensueño cuando oyó la puerta del baño ser abierta, respiró hondo y levantó la miranda encontrando a su omega tímidamente apoyado en el marco de la puerta.

Draco sonrió para el menor, ganando una sonrisa avergonzada en respuesta.

Era la hora.

Se levantó caminando a pasos lentos hasta su pequeño y sintió al mismo endurecer cuando estaban a pocos centímetros de distancia. Draco tocó la cintura de Harry con sus grandes manos y sintió al menor suspirar. Levantó la cabeza del omega luego de apartar una de las manos de la cintura del mismo.

- No tienes porque que tener miedo, Harry – dijo Draco, con el tono de voz más calmo posible – Te voy a hacer bien.

Harry apenas miró al mayor con los ojos temerosos, él sabía que no tenía que tener miedo, sin embargo el nerviosismo estaba ganándole. Aquello era natural y completamente normal, ellos necesitaban hacer eso, no solo porque lo tenían que hacer, sino porque ellos querían.

- Te amo, príncipe. – Draco susurró en el oído de Harry, sintiéndolo estremecer al mínimo toque.

Draco comenzó a distribuir besos desde el lóbulo de la oreja del omega, pasando por las rojas mejillas hasta llegar a los finos y suaves labios del pequeño. Con las manitos tímidas, pero hábiles, Harry las depositó en los pectorales del mayor, haciendo un sencillo recorrido mientras sus bocas estaban pegadas.

Harry suspiró entre el beso y Draco lo profundizó pidiendo permiso de forma sutil para que sus lenguas se encontrasen. Ellas peleaban por dominar y las manos de Harry fueron a parar - de forma instintiva – a la nuca del alfa, tirando de los cabellos que estuvieran por allí.

Draco gimió automáticamente y apretó sus dedos en la cintura del menor, atrayendo su cuerpo aún más cerca, pegando sus cuerpos. Las manos del alfa descendieron hasta el enorme trasero del omega, haciendo al mismo jadear en la boca del mayor y Draco pidió instintivamente que Harry diese un impulso y el menor así lo hizo. El mayor lo levantó, sosteniéndolo por el trasero mientras Harry entrelazaba sus cortas piernas en la cintura de su marido.

Los miembros cubiertos por las pocas ropas se tocaron haciendo que los jóvenes gimiesen uno en la boca del otro. Aun con los labios pegados entre sí, Draco llevó a Harry hasta la cama depositándolo sobre el colchón y parando para analizar aquella pequeña criatura dejada en sus sábanas, haciendo que una sonrisa boba, pero apasionada, apareciese en su rostro.

Harry enrojeció, pero retribuyó la sonrisa. ¡Dios! ¡Como amaba a ese hombre! No sabía cómo había llegado a aquel nivel. Porque semanas atrás él aún se martirizaba, pensando que aquel alfa nunca sería suyo, por lo menos no de la forma que él quería, pero allí estaba... Completamente entregado a sí. Harry podría pedir y hacer lo que quisiese con Draco que el mismo no se negaría.

Draco quedó sobre el cuerpo del menor, no dejando caer su peso sobre el mismo, y comenzó a besarlo de pies a cabeza. Harry fue relajándose de a poco, sintiéndose de repente caliente y queriendo cada vez más, que aquella deliciosa boca continuase tocándolo de esa forma.

El alfa quitó la túnica del omega y no se sorprendió cuando vio que su marido no vestía nada más, entonces una sonrisa maliciosa acabó surgiendo y Harry desvió la mirada, aún avergonzado ante tanta exposición, porque él nunca había estado desnudo enfrente de nadie. Y todo bien con que Draco ya lo hubiese visto sin nada cuando él entró en celo, pero esa vez él no estaba consciente, entonces no tenía vergüenza.

Royals - DrarryWhere stories live. Discover now