Royals - Drarry

XIII

Zach estaba en su puerta, su rostro blanco y rosado, estaba bañado en lágrimas, sus ojos azules estaban demasiado tristes. El omega así como miró a su hermano mayor, se lanzó a los brazos del mismo y sollozó alto, era un llanto que dolía en el alma.

- Hey Zach, tranquilo... Shh, estoy aquí Hermanito – Draco murmuraba suavemente, haciendo mimos en el rubio cabello.

Zach solo sollozó alto nuevamente. Harry, que aún estaba en la cama, terminó despertando con el llanto. Parpadeó varias veces y cuando iba a llamar a su alfa, vio al mismo abrazando a una figura rubia, percibiendo entonces que el llanto venía de esta. Inmediatamente, Harry se levantó y caminó en dirección a ellos.

Solo con una mirada, Harry le preguntó a Draco lo que estaba sucediendo, sin embargo el mismo respondió de la misma manera, indicando que él tampoco sabía. Con dificultad, Draco consiguió llevar a Zach hasta un pequeño diván que había en el cuarto, sentó a su hermano menor y acabó sentándose junto a él, pues el rubio no se despegaba de él por nada.

- Zach, ¿qué sucedió? – preguntó Harry, preocupado, pues su amigo no paraba de llorar, y se terminaría sofocando si no se calmaba.

- Respira hondo Zach – Draco intentó intervenir.

Zacharías respiró hondo y consiguió contener el llanto, por lo menos un poco, su rostro estaba extremadamente rojo, y sus ojos tan azules, estaban transbordados de lágrimas, sin embargo, él intentaba con mucho esfuerzo calmarse.

Algunos minutos después ya respiraba mejor y Harry estaba sentado al lado de los dos, con la mirada demasiado confundida.

- Zach... ¿Qué sucedió? ¿Qué haces aquí a estas horas, hermanito? – Draco preguntó, con calma.

- J-Josh y y-yo hicimos e-exámenes... - Zacharías balbuceaba, entre lágrimas.

- Si, tú me contaste que ustedes dos irían al médico. – Zacharías asintió - ¿Cuál fue el resultado de los exámenes, Zach? – Harry ya podía sentir lo peor.

Zach respiró hondo, intentando encontrar aliento, pero solo consiguió llorar más.

- Ey, ey... Tranquilo. Independientemente del resultado, nosotros estamos aquí... - Draco intentaba calmarlo una vez más.

Llevaron algunos minutos más para que el rubio consiguiese decir lo que había sucedido, Draco y Harry ya estaban más que preocupados y temiendo la peor de las hipótesis.

- Josh está bien, los espermatozoides de él son completamente normales... - Zacharías habló – El problema es conmigo.

Harry y Draco se entre miraron, afligidos.

- ¿Cuál es tu problema, Zach? ¿Es irreversible? – indagó Harry.

- Mi útero no es un lugar próspero para una gestación. – Dijo él, en un hilo de voz – La médica dijo que cada vez que los espermatozoides de Josh hacían el camino para encontrar un óvulo, el mismo no fecundaba porque mi útero no lo dejaba. Entonces, era lo mismo que nada.

- Oh... - murmuró Draco, continuando acariciando los cabellos de su hermano menor.

- ¿Y eso no tiene tratamiento? – Harry volvió a preguntar.

- La médica dijo que hay, pero que no es 100% eficaz... las chances de que yo consiga quedar embarazado son muy pequeñas. – Zach respondió, gangueando.

- Pero aun así hay chances, hermanito. – Dijo Draco – Tú tienes que aferrarte a ellas.

- ¡Ellas son demasiado pequeñas, Draco! – Zach bramó - ¡Puede nunca suceder! ¡Soy un fracaso como omega! – sollozó.