XIX

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El camino de vuelta hacia el condado de Cheshire fue muy lento en opinión de Draco. Él estaba ansioso y esa ansiedad no ayudó en nada, porque estar mirando de cinco en cinco segundos hacia el reloj en su muñeca no haría que las agujas se movieran más rápido, y ni estar moviendo la pierna ayudaría.

Blaise sentía todo lo que su mejor amigo estaba sintiendo. Pero él estaba más preocupado por su omega, hablando de él obviamente que Ron entendió la situación, entretanto no había forma de que Blaise se despreocupara, pues su marido ya estaba con el embarazo muy avanzado y el alfa temía que algo sucediese con su compañero mientras estuviese lejos. Sin embargo, Blaise intentaba mantener su mente lejos de los pensamientos negativos, era lo mejor que podía hacer.

Draco casi bramó un "finalmente" cuando pasaron el cartel de "Bienvenido a Cheshire".

- Primero iremos a la casa de Fletcher, Victor. – el alfa heredero pidió.

- Si, alteza. – el mayor respondió.

Draco no quería aparecer en el palacio antes de confrontar a Fletcher, él tenía algunas preguntas que necesitaban de la respuesta del conductor.

Como Victor sabía muy bien donde vivía el otro, algunos minutos más tarde el auto que conducía se estacionaba en frente a una casa simple, pero bien cuidada. Los tres salieron del vehículo y estiraron sus cuerpos, debido al largo tiempo de viaje, después se acercaron a la puerta y Draco tocó el timbre enseguida.

Ellos oyeron pasos en menos de un minuto y una chica muy linda abrió la puerta, ella era pelinegra de ojos azules y los mismos se abrieron enormemente al encontrarse con nada menos que el príncipe heredero en su puerta.

- ¡Oh mi Dios! – la chica susurró, alarmada, y se aclaró la garganta enseguida, conteniéndose – Alteza, ¿a qué debo el honor?

- Lucy, querida, nos gustaría hablar con tu hermano, por favor. – fue Victor quien le respondió.

- Oh, ok. – ella asintió e hizo espacio – Por favor, entren.

Draco entró primero, seguido de Blaise y por último Victor, Lucy los dirigió hacia la sala de estar y le pidió a las visitas que se sentaran mientras ella llamaba a su hermano mayor.

Ella subió las escaleras corriendo y cuando llegó al cuarto de Mundungus, abrió la boca informando que la realeza estaba en su sala. Mundungus – que aún estaba recuperándose del accidente – prácticamente dio un salto y descendió las escaleras lentamente, yendo hasta la sala de estar y encontrándose con el príncipe, su fiel escudero el Lord Zabini y el jefe de seguridad personal del rey, Victor Krum.

- Buen día, señores. – él se hizo presente y los tres hombres se levantaron para saludarlo.

Luego de los saludos, todos se sentaron y la joven Lucy aún estaba en la puerta, curiosa.

- ¿Los señores gustarían de algo para beber o comer? – ofreció ella, educada.

- No, gracias, señorita. – el príncipe le dirigió la palabra y la chica casi muere por dentro – Me gustaría, si no es mucha molestia, conversar con tu hermano a solas.

- ¡Claro! – Dijo ella, sonriendo – Con permiso. – e hizo una pequeña reverencia, saliendo de la sala.

Cuando la muchacha salió, Draco miró seriamente al hombre sentado en frente suyo.

- Sr. Fletcher, tengo algunas preguntas que hacerle. – Dijo él – Y me gustará que pensase muy bien en sus palabras al responderme.

El joven tragó en seco y solo movió la cabeza, asintiendo.

Royals - DrarryOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz