XV

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Ron estaba agonizando andando de un lado hacia el otro en su sala de estar. Cuando su cuñado llegó temprano ese día a su casa pidiendo para hablar con su alfa, no imaginó la seriedad del asunto. Quedó aprensivo cuando vio a los dos saliendo de su casa, con Blaise prometiendo que cuando llegase le contaría cual era el problema.

Ya pasaba de la hora del almuerzo, Ron no había almorzado bien, debido a su nerviosismo. Porque él sentía que era algo muy serio. Aysha se movía sin parar en su vientre, ella – con toda certeza – debía estar sintiendo todo lo que él sentía, entonces obviamente, estaba agitada por el hecho de que él también lo estaba.

Suspiró pesadamente, acariciando su barriga redonda. Ya estaba casi entrando en el octavo mes de embarazo, su barriga estaba enorme, Aysha ya estaba encajada en la posición correcta para el nacimiento. Ella sería enorme por lo visto, y como la pequeña no tenía más espacio en la barriga de su mamá, cada vez que se movía, Ron estaba inquieto, porque ella terminaba golpeando su costilla y dolía como el infierno.

Ron casi saltó en su lugar cuando oyó el carro de Blaise pasar por el portón y estacionar en frente de su casa. Intentó correr, pero su barriga no le dejaba, entonces se apresuró para encontrar a su marido, lanzándose a sus brazos e inhalando el aroma maravilloso que emanaba de Blaise.

- Tranquilo, ángel. Estoy aquí. – pidió Blaise, sintiendo todo el nerviosismo de su pequeño omega.

- Estaba preocupado. – murmuró Ron, suspirando, después de soltarse un poco de Blase.

- Lo noté. – Blaise sonrió, acariciando el maravilloso rostro de Ron y luego depositando un beso en sus labios rosados - ¿Ustedes están bien?

- Si, ¿y tú? – preguntó Ron, entrelazando sus dedos en los de Blaise, y los dos caminaron hacia dentro de la casa.

- Todo bien, amor. – respondió Blaise.

- ¿Ahora puedes contarme lo que sucedió para que Harry apareciera aquí esta mañana tan nervioso? – indagó Ron demasiado curioso.

- Harry escuchó una conversación y vino a pedirme consejo sobre qué hacer. – respondió Blaise, pasando por alto, mientras los dos llegaban a la sala.

Ron puso una cara de confusión, pero se dejó ser arrastrado hacia los bazos de su alfa que acababa de sentarse en el sofá.

- ¿Qué fue lo que escuchó? – volvió a preguntar.

- Él...- Blaise hesitó – Escuchó a alguien al teléfono con otra persona, hablando que necesitaban que el próximo heredero al trono no nazca.

- ¡¿Qué?! – Roncasi gritó, abriendo enormemente sus ojos azules en espanto.

- Así es, eso mismo que oíste, amor. – asintió Blaise.

- ¿Pero quién...? – Ron intentó indagar, confundido, sorprendido y preocupado al mismo tiempo.

- Él no sabe. – Blaise mintió, obviamente.

Pues ¿cómo le diría a su marido que era su propio padre quien no quería a uno de sus nietos vivo?

- Harry se puso nervioso y corrió de vuelta hacia su cuarto. – Blaisr explicó – Él vino aquí, pues no sabía cómo contarle a Draco, entonces me pidió ayuda. Y cuando volví con él al palacio, le contamos.

- ¿Cómo reaccionó Draco? Enloqueció, ¿no fue así? – Ron intentó adivinar.

- Ciertamente, bebé. – Concordó Blaise – Pero nosotros ahora tenemos que investigar quien realmente está de nuestro lado, porque fue alguien de nuestro propio reino... ¿Quién más no está envuelto en eso? Tenemos que averiguar, y Draco quiere llevar a Harry para que pase el embarazo en Doncaster. Él cree que allí Harry  estará más seguro.

Royals - DrarryWhere stories live. Discover now