Los gustos de Miku

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En una nueva mañana tan tranquila, Jotaro tomó el camino secundario de camino a la escuela y observó a su amigo pelirrojo el cual se unió al trayecto caminando a lado suyo.

—Hola, Jotaro, ¿cómo te fue en tu trabajo de tutor? —preguntó Kakyoin de buen humor.

—Una mierda.

—Por como lo dices, parece que la nueva compañera resultó ser molesta.

—Ese es el problema. Itsuki tiene cuatro hermanas gemelas más y algunas me rechazan. Para empeorar todo, son unas estúpidas. Observa. —Jotaro sacó de su maletín la hoja de respuestas de cada quintilliza y se las entregó a su amigo para que las viera.

—¿Quieres decir que son quintillizas? —El pelirrojo tomó la hoja y comenzó a leer desde la parte superior—. Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki... Parece que todos sus nombres se refieren a su orden de nacimiento. En fin... Espera un momento... ¡Todas están por debajo de los cuarenta puntos!

—¿Ahora lo entiendes? Son unas descerebradas. Probablemente renuncie hoy mismo.

—¿En serio? —Kakyoin miró con desaprobación a Jotaro—. ¿Piensas rendirte tan fácil? Pensé que lo harías por Holy-san.

—No me importa lo que diga esa mujer. Ni siquiera estuve de acuerdo en un principio —respondió Jojo de forma seria.

—En mi opinión, deberías darles una oportunidad.

Los dos jóvenes continuaron su camino hacia la escuela mientras Noriaki le sacaba conversación a Jotaro acerca de sus alumnas y logró que él respondiera, aunque fuera a regañadientes.

Diez minutos después llegaron justo a la entrada. Jotaro iba con la mirada enfocada hacia el frente con el objetivo de adentrarse de inmediato a la secundaria pero se vio detenido por su mejor amigo.

—Ellas son tus alumnas, ¿no? —preguntó el pelirrojo, mirando a las quintillizas salir de un lujoso automóvil.

—Son las únicas quintillizas que vienen a esta escuela, ¿eso responde tu pregunta? Andando. —Jotaro se giró hacia la entrada de la escuela y caminó hacia allí, ignorando la existencia de dichas chicas.

A unos cuantos metros, las pelirosas vieron a su tutor el cual había pasado de largo de ellas y se sintieron ofendidas por esa mirada de aparente desprecio. Sin querer quedarse así, las cinco se acercaron al dúo que se adentraba a la secundaria.

—¡Oye tú! —exclamó Nino señalando al más alto, cosa que no pasó desaparecido y él la miró por encima del hombro—. ¿Por qué nos ignoraste?

Jotaro se quedó en silencio, dejando que Nino hablara y se quejara sola. No era tan diferente a las demás chicas a excepción de que todo lo que hablaba era para joderlo.

Su mejor amigo se acercó a Jotaro y le habló muy cerca.

—Deberías hablar un poco más con ellas para que puedan llevarse mejor, ¿qué tal si les preguntas algo de su examen? —sugirió Kakyoin.

—Oigan ustedes. —Jojo llamó la atención de las cinco—. Imagino que estudiaron el examen que les hice, ¿no? Supongo que serán capaces de responder algo tan sencillo como esto.

Kakyoin esbozó una sonrisa triunfal al haber convencido a su amigo de ser un poco más proactivo respecto a su trabajo. De lo contrario, él las hubiera ignorado por completo.

—¿A quién derrotó Mouri Motonari en la batalla de Itsuku Shima?

Y como era de esperarse, las cinco se quedaron en silencio demostrando su falta de conocimiento. Jojo suspiró rendido.

Un tutor muy serioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora