Un peligroso aviso

855 122 47
                                    


Jotaro descansaba en casa sin nada que hacer, disfrutando de las vacaciones y días libres que tenía, pero su gran paz se vio alterada cuando recibió una llamada de teléfono el cual no le quedó de otra que responder.

—¿Si?

—Soy yo, Nino.

—¿Qué es lo que quieres?

—Necesito que vengas con nosotras, es algo muy urgente —solicitó la chica sin dar muchos detalles del porqué necesitaban la presencia del chico.

—¿Ahora qué mierda están tramando? Como sea, si es urgente, no cabe de otra.

Jotaro colgó y se alistó para ir a casa de las quintillizas, pero al final esa supuesta urgencia no era nada más que una trampa para hacerlo ir de compras junto a Nino y Yotsuba, el cual su única función sería cargar los objetos más pesados.

—¿Qué es esto? ¿Solo me trajeron aquí para ser su burro de cargas? —se quejó el chico sosteniendo un pesado costal sobre su hombro que para él, no era gran cosa—. Váyanse a la mierda.

—Ya deja de quejarte, Kujo. ¿Acaso no eres un hombre para cargar las cosas pasadas? Sirve de algo y utiliza esos músculos —respondió Nino siendo aquella que lideraba las compras llevando el carrito—. Oh, sí, hubo algo que me encargó Miku.

Nino se dirigió con ambos a la sección de dulces y fue metiendo al carrito de compras decenas de barras de chocolate e ingredientes para preparar dichos postres.

—¿Por qué compran tanto chocolate? Ahora son pobres, no deberían despilfarrar el dinero en tonterías. —Jotaro tan solo miró asqueado la gran cantidad de ese dulce marrón que parecía ser la mayoría de las compras del día.

—Supongo que tienes razón en eso, pero hay un motivo en específico para comprar tanto. En fin, vayamos a pagar.

—¡Espera, Nino! —Yotsuba la interrumpió abrutamente con una expresión de nervios en su rostro—. ¡Sujeta esto por un momento, tengo que ir al baño!

La pelinaranja le entregó un saco de arroz pesado a su hermana sin previo aviso y posteriormente salir corriendo en dirección al baño. Claro, Nino no se esperaba eso y la tomó con la guardia baja, sin contar con su debilidad física por lo que el peso la hizo perder el equilibrio.

Pero cuando estuvo a punto de caer, fue atrapada de la cintura por Jotaro, nuevamente notando la gran cercanía que había entre sus rostros. Sin embargo, terminó demasiado pronto cuando el joven la ayudó a recuperar el equilibrio y tomar el costal por ella.

—Ten más cuidado —se limitó a decir sin agregarle importancia al asunto.

—S-Sí, gracias... —Nino solo continuó el camino mirando a Jotaro de reojo algo sonrojada.

«Supongo que he estado un poco rara... Había olvidado muchas cosas de mi pasado pero aún sigo recordando esa vez en el campamento escolar...»

—¿Más cosas innecesarias? ¿Qué hace este dulce aquí? —cuestionó Jojo mirando una golosina puesta dentro del carrito.

—Ah, es algo que Yotsuba puso anteriormente. Tal vez lo del chocolate tenga una razón de ser pero eso no; esa chica debería considerar nuestra situación. Quizás en verdad necesitemos obtener un trabajo.

—¿No es para niños pequeños?

—¿Sabes? Nosotras las mujeres nunca olvidamos nuestra niñez. ¡Incluso actualmente sigo soñando con un castillo y un príncipe azul montado en su corcel blanco! —respondió Nino de manera que podía observarse que fantaseaba despierta.

Un tutor muy serioWhere stories live. Discover now