Verdades

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Al día siguiente, Jotaro fue citado a la residencia Nakano por Miku. El azabache se levantó del suelo donde yacía acostado y se vistió para ir al llamado de la hermana mediana. Se puso sus zapatos y miró a Itsuki.

—Miku me dijo que fuera al departamento. Deberías ir y arreglar las cosas —sugirió el joven.

—No, no quiero ir. Y dile a Miku que no se preocupe por mí.

Sin nada más que charlar con la terca pelirroja, salió por la puerta de su departamento y se marchó fastidiado por su comportamiento tan inmaduro.

¿No se supone que Itsuki es la más responsable de todas? Vaya decepción para Jotaro.

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Tras una larga caminata, llegó al edificio residencial donde se encontró a la de audífonos esperándolo justo en la entrada del edificio.

—Lo siento por hacerte venir en un domingo. —La castaña se disculpó con él bastante apenada.

—¿Qué necesitas?

Una vez que subieron a su hogar y tomaron asiento en la sala de la ahora solitaria residencia Nakano, Miku le dio un breve resumen de lo que pasó entre ellas después de que él se fuera.

—Al final, ambas huyeron de casa... Ichika y Yotsuba intentaron hablar con ellas pero son demasiado tercas. Ambas piensan que si vienen primero, perderán.

—¿Dónde están Ichika y Yotsuba? —preguntó tras notar la ausencia de ellas.

—Tienen cosas que hacer y no pueden dejarlas. En el caso de Ichika es el trabajo.

Jotaro endureció su expresión molesto por lo irresponsable que se habían vuelto esas dos quintillizas. En su mente, parecía que esas dos se habían aprovechado del conflicto familiar para holgazanear.

—Ha pasado bastante tiempo desde que este lugar se sintió tan vacío —comentó Miku abrazada a sus piernas.

—¿Esto suele pasar?

—Somos hermanas, las discusiones son normales pero... Esta vez se sintió muy diferente.

Jotaro observó el rostro de Miku y notó la preocupación en su cara por sus dos hermanas. Él quería no involucrarse en ese problema familiar pero al verla tan decaída, no tenía más opción que hacerlo por el bien de su rendimiento como estudiante.

—El día de ayer, la idiota de Itsuki vino a mi casa porque no tenía otro lugar a donde ir. Sigue ahí —contó el joven con el fin de quitarle algo de preocupación a Miku.

—Si Itsuki está contigo, entonces sé que está bien. Vamos a buscar a Nino. —Miku se levantó del sofá lista para partir en búsqueda de su hermana mayor.

Jojo junto a Miku salieron del edificio para salir a buscar a Nino la cual era la única que su paradero era desconocido.

Estuvieron buscando por bastante tiempo hasta que el pelinegro se hartó de no encontrar ninguna pista y Miku se cansó por completo al no tener ninguna resistencia física. Jojo se detuvo por un momento para dejar a la chica tomar algo de aire y poder discutir sobre sus nulas opciones.

«¿Por qué estoy haciendo algo como esto? Solo me meto yo mismo en problemas que no son de mi incumbencia...» pensó Jotaro dando un largo suspiro.

—No queda de otra, no quería hacer esto... —Entre jadeos, Miku recuperó la compostura y dejando al alto confundido, ella se acercó a un numeroso grupo de personas—. Disculpen, ¿han visto a alguien que se ve como yo?

Un tutor muy serioWhere stories live. Discover now