De vuelta a casa

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El día era tan silencioso, armonioso y calmado, siendo el mejor ambiente que aquel joven padre pudiera desear. No había nada mejor que disfrutar el tiempo con su querida hija. Jotaro estaba sentado en el sofá de la sala con la pequeña Jolyne a su lado, viendo algún programa infantil que él había puesto para el disfrute de la niña.

El rostro de Jotaro era eternamente serio e indiferente, pero se notaba lo feliz y tranquilo que estaba en ese día libre pasando el rato con su familia. De tan solo ver como Jolyne intentaba acercarse a él para jugar mientras hablaba de forma torpe y graciosa, lo llenaba de gran alegría.

No obstante, su día pacífico entre padre e hija, finalizó cuando el timbre sonó decenas de veces, causando que el ruido generado comenzara a molestar a Jojo. Él se levantó del sofá bastante irritado y de mala gana fue a atender a la persona que lo estuviera jodiendo.

Cuando abrió la puerta, tan solo dejó escapar un largo suspiro. ¿Por qué no le sorprendía?

—Vas a descomponer el timbre si sigues haciendo esas tonterías, Ichika.

—Jeje... Lo siento mucho, pero estaba algo emocionada —respondió ella tan sonriente como siempre, entrando al departamento de Jotaro sin siquiera haber pedido permiso.

—Yare yare daze... —Jotaro cerró la puerta y regresó al sofá para tomar asiento—. ¿Qué haces aquí?

—¿Acaso tiene algo de malo querer venir al hogar de mi novio?

Ichika actuó con la despreocupación que la caracterizaba y se sentó a un lado de Jotaro mientras cargaba en brazos a la hija de él y comenzaba a jugar con ella, solo escuchándose la risa de ambas, lo cual hizo que el joven esbozara una imperceptible sonrisa.

—Te tomas demasiadas libertades y confianzas, ¿no lo crees? —cuestionó el pelinegro fijando su vista en Ichika.

—¿Y qué querías que hiciera después de que te me confesaras? Es lo más normal en nuestra relación. —Ella se mantuvo tan alegre como desde el principio, jugando con Jolyne usando un peluche de delfín que tenía al alcance.

—Como sea. ¿No tienes más trabajo que hacer?

—Nah. Ya terminaron las grabaciones, así que tengo una temporada libre hasta que consiga nuevos papeles que me interesen. ¿Sabes cómo funciona la industria de la actuación? No es simplemente terminar de hacer un papel e ir de inmediato al siguiente.

—Ya veo. ¿Qué hay de Yotsuba? Hace dos semanas que no viene contigo.

—Como ya no necesito mantenerme en forma, ya terminó su labor conmigo, así que regresó a Japón para seguir entrenando —explicó ella.

—... —Jotaro la escuchó atentamente, sabiendo que tenía lógica lo que ella decía, aún así, no era necesario que él respondiera para dar a entender que había comprendido la explicación de Ichika.

—Por cierto, Jotaro-kun. ¿Qué planes tienes a futuro?

—Pienso regresar a Japón en unas cuantas semanas y seguiré estudiando en un postgrado mientras trabajo. Solo había venido a este país a estudiar la universidad y ya la he terminado.

—¡Eso es genial! Yo planeaba regresar con mis hermanas. Además pensé que podría relajarme un poco y después actuar en un algun drama.

El joven volvió a mantenerse en silencio sin saber que responder o comentar. Después de todo, su forma de ser es la de alguien callado y silencioso, expresándose en frases cortas y contundentes.

Fue lo mismo con Ichika, parecía ya no haber tema de conversación así que solo se acomodó a un lado del brazo de Jotaro y miró la televisión con Jolyne en su regazo. Momentos después, los cortes comerciales pasaron un anuncio inesperado que sorprendió a la actriz.

Un tutor muy serioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora