Campamento - Parte 1

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Finalmente, el día tan esperado por todos los estudiantes ha llegado. El viaje escolar ya estaba comenzando con todos los alumnos reunidos en un mismo punto esperando por abordar sus respectivos autobuses y partir rumbo al destino donde se llevará a cabo el evento.

Claro, Kakyoin y Jotaro no eran la excepción. Los dos amigos estaban reunidos junto a su grupo esperando abordar el autobús correspondiente a su salón.

—Estudiantes de la clase uno, por favor suban al autobús de aquí —anunció un profesor señalando el vehículo enfrente suyo.

Con esa señal, los alumnos de la clase 2-1 entraron al autobús. Jotaro tomó asiento hasta la parte trasera a lado de la ventaja junto a Noriaki que estaba a su lado. Lo que no habían esperado, es que cierta quintilliza también estuviera cerca de ellos y esa era nada más y nada menos que Itsuki la cual tomó asiento delante de ellos. Aunque tampoco era gran sorpresa, ella pertenece al mismo grupo.

Los autobuses comenzaron a avanzar y dirigirse hacia su destino el cual sería un viaje algo tardado y por esa misma razón, Jotaro se puso sus audífonos y decidió tomar una pequeña siesta no sin antes pedirle a su mejor amigo que lo despertara cuando llegaran.

Después de un largo rato, se informó que una tormenta de nieve hizo imposible el avance de los vehículos, quedando atrapados en medio del tráfico. Por eso mismo, los profesores decidieron esperar a que el clima mejorase para continuar su viaje así que todos los buses se detuvieron en una posada.

Jotaro y Kakyoin bajaron con sus pertenencias y tomaron una de las tantas habitaciones disponibles que pronto se llenarían con todos los compañeros que iban a esperar en el mismo lugar. El primer día del viaje escolar se había arruinado pero al menos, podrían descansar tranquilamente.

Durante ese día, no hicieron nada interesante más que hablar de diversos temas que eran del gusto de ambos como el sumo. Kakyoin había traído consolas portátiles y le enseñó a jugar a Jotaro quien no se opuso en absoluto ya que no había nada más interesante que hacer en esa habitación tan vacía.

A la mañana siguiente, el clima se había vuelto más agradable y la tormenta de nieve haya finalizado sin dejar rastro alguno como si jamás hubiera ocurrido. Desayunaron y los dos chicos subieron a su transporte regresando a sus mismos asientos.

—Kujo-kun, Kakyoin-kun, ¿cómo están? —saludó Itsuki la cual se había sentado delante de ellos y se giró para hablarles a los dos.

—¡Bastante bien, estamos ansiosos por comenzar a divertirnos! —respondió el pelirrojo.

A diferencia de Noriaki, Jotaro no dijo una sola palabra y se mantuvo observando por la ventana sin interés alguno al saludo de Itsuki. La quintilliza menor se sintió algo ofendida pero no pasó a mayor ya que sabía que esa era la personalidad de su tutor.

Todos los vehículos que transportaban a los estudiantes volvieron a emprender viaje ahora que ya no habían ningún inconveniente. Después de dos largas horas, todo el mundo llegó al campamento; se instalaron en las cabañas y empezaron a preparar las actividades del día.

Jotaro comenzó a caminar por el campamento observando a cada uno de sus compañeros hacer sus deberes. Era un día animado sin duda. También pudo notar la presencia de cada una de las quintillizas aportar su pequeño grano de arena en las preparaciones.

Nino ayudaba cocinando sorprendiendo a todos por su tan deliciosa comida y manera de cocinar tan perfecta; a diferencia que Miku que sorprendía para mal ya que a ninguno de sus compañeros veía con buena cara sus intentos de ayudar.

La hermana mayor, Ichika, recorría el camino buscando trastes sucios para lavarlos. Yotsuba cortaba leña sin agotarse gracias a su gran resistencia.  Itsuki ayudaba también a preparar la sopa de miso de una forma un tanto obsesiva al ser demasiado precisa con el tiempo de cocción hasta llegar al punto de checar el tiempo con el cronómetro de su teléfono.

Un tutor muy serioWhere stories live. Discover now