Viaje a Kioto

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Y el día tan esperado por todo el colegio, llegó. Todos los estudiantes se encontraban en la estación de trenes listos para abordar al que los llevaría a Kioto; entre ese cúmulo de estudiantes, las quintillizas estaban reunidas esperando el tren bala.

—Lo primero que debemos hacer es seguir a Jojo, ¿sí? —indicó Nino que no le importaba la idea de dejar solo al chico.

—Pero Jotaro-kun no quiere eso —objetó Ichika.

—¡Kujo-kun! —Itsuki llamó y tras eso se acercó al chico en compañía de su amigo, quienes acababan de llegar a la estación de trenes—. ¡Vamos a Kiyomizudera junto a mi grupo!

—No me digas que hacer.

—¡Vamos, no seas así! —La pelirroja miró avergonzada al chico, el cual estaba indiferente respecto a la situación.

—Andando Kakyoin, subamos al tren —dijo Jojo a su amigo, ignorando a la pelirroja.

—Hasta luego, chicas —A diferencia de Jotaro, Noriaki se despidió de ellas.

Una vez a bordo, las quintillizas decidieron jugar un juego de cartas para matar el tiempo hasta llegar a su destino y aunque todo parecía ser normal, Yotsuba notó a Miku extraña ya que no estaba prestando atención al juego.

—¿Miku? ¿Miku? —La pelinaranja se acercó a su hermana y le habló de cerca—. Te ves cansada. Parece que te levantaste temprano para ir a algún lado.

—Sí. Le pedí a la panadería de favor que me dejaran usar la cocina esta mañana —respondió aún cabeceando.

—Eso significa que...

—Cuando el coma esto, yo por fin...

—¡Has estado trabajando muy duro para este día, estaré apoyándote hasta el final! —Yotsuba le dedicó una alegre sonrisa a su hermana.

—Espero que aún tenga buen sabor, aunque esté un poco frío.

Al llegar a Kioto, todos los estudiantes se reunieron cerca de la salida de la estación para recibir los últimos detalles por parte de los profesores y encargados del viaje. Como el aviso de que se encargarían de llevar todo el equipaje a los hoteles. Sin mas, los alumnos comenzaron a dispersarse para irse por su lado. Entre ellos, Jotaro y Kakyoin.

Y como era de esperarse, Nino fue la que puso en la cabeza de todas la idea de seguir a Jojo y observar lo que hacía. Las quintillizas debían admitir que tenían curiosidad por su paseo por lo que no quedó más de otra que ir detrás suyo a una distancia considerable para no ser atrapadas.

Por lo general, todos los estudiantes iban directo a los templos o a los puntos de interés, pero curiosamente, observaron a Jotaro que había ido a una simple tienda. No debían pensarlo mucho, quizás solo pensaba comprar alguna bebida o una botana para el camino.

Para su sorpresa, vaya que era una de esas bebidas. Vieron al de gorra salir con una cerveza para ir tomando en el camino.

En el caso del pelirrojo, él se había comprado un jugo de cereza.

—¡No sabía que Kujo-kun bebiera! —comentó Itsuki muy sorprendida excepción de todas las demás.

—Literalmente siempre bebe y fuma delante de nuestras caras. ¿Acaso nunca lo viste? —Nino miró incrédula a su hermana menor.

—¿Qué se supone que hace? No parece ir a lugares turísticos —se cuestionó Ichika viendo como ambos amigos iban a su siguiente parada, una tienda de mangas.

—Parece que Kujo-san es un aficionado a la colección. Si no me falla la vista, está comprando la Shonen Jump —afirmó Yotsuba.

Luego de eso, Jojo finalmente se dignó a ir a los puntos de interés y comenzó a adentrarse al camino donde se encontraban los templos charlando con su mejor amigo sobre distintos temas, que claro, no eran audibles para las quintillizas que caminaban desde atrás.

Un tutor muy serioDove le storie prendono vita. Scoprilo ora