Exámenes finales

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Poco más de un mes había transcurrido desde que las quintillizas aceptaron ese desafío de su padre que afectaría su futuro; y en compañía de su tutor, se dedicaron a estudiar como nunca para prepararse para aquellos exámenes finales que definirían si pasarían al tercer año o no.

Muchas cosas pasaron pero el día decisivo ya había llegado al igual que el mes de marzo comenzaba con uno de los exámenes más importantes de la preparatoria.

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Examen final: Lado de Miku.

—Pueden comenzar su examen —indicó el profesor provocando el silencio entre todos los alumnos que se pusieron a resolver sus pruebas.

«Pasar todo no es mi única meta para este examen, tampoco voy a perder con ninguna de mis hermanas; es lo que decidí ese día.» pensó Miku recordando todos esos momentos en el pasado que estuvo estudiando junto a su tutor.

Un tiempo antes del examen.

Era un nuevo día de tutoría, por lo que las cinco chicas estaban reunidas en su casa esperando la llegada de su más confiable tutor, Kujo Jotaro.

—Bien, comencemos con la lección del día de hoy —anunció el de gorra llegando junto a sus estudiantes.

Aún así, nadie le prestó atención al muchacho ya que se enfocaron principalmente en el líquido escarlata que brotaba de la nariz del chico y las preguntas sobre su estado no tardaron en llegar como alguna que consiguió fastidiar realmente a Jotaro.

—¿Qué te pasó? —preguntó Nino.

—¡¿No será que estuviste leyendo libros obscenos o sí?! —se burló Ichika.

—Lo único que leeré serán las escrituras en tu lápida si me sigues jodiendo. —Jotaro fulminó con la mirada a Ichika la cual se volteó asustada. Luego de eso, se calmó—. Todo es culpa de Miku, solo me hace comer montones de chocolate.

—Toma, hoy compré más. —Miku le ofreció en mano varias tabletas del mismo dulce.

—¡Qué buen momento! Tenía ganas de comer algo dulce. —Con mucho ánimo, Nino extendió su mano pero Miku solo retrocedió.

—No te daré ninguno.

—¿Eh? ¡No te los quedes todo para ti sola!

—Todavía no —dijo la castaña esbozando una leve sonrisa con un sonrojo marcado en sus mejillas, algo que Nino se percató con sorpresa.

Y la sorpresa no fue únicamente para Nino, sino también para Ichika la cual abrió levemente los ojos al darse cuenta de las intenciones de su hermana menor.

En una noche cualquiera, Ichika escuchó un ruido proveniente de la cocina y al despertarse, observó que la única faltante en el dormitorio era Miku así que se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Aún somnolienta, se puso una camiseta blanca y fue a la cocina donde la vio hacer una mezcla de ingredientes a altas horas de la noche.

—¿Todavía estás despierta, Miku?

—Ichika... Lo siento por despertarte.

—Dime, ¿ya has obtenido una idea de lo que le gusta a Jotaro-kun?

—No me gusta el chocolate así que no sé muy bien que hacer pero... He estado haciendo muchos de prueba.

—¿Y por qué no haces algo mucho más sencillo como derretir los chocolates y moldearlos? —sugirió Ichika con una frívola sonrisa pero solo recibió un silencio inseguro de su hermana.

Un tutor muy serioWhere stories live. Discover now