E P Í L O G O

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Niklaus.
19 años.

Desde las sombras, observo a Candice Hamilton, quien se encuentra leyendo un libro debajo de un árbol del parque más cercano a la mansión de sus padres y quien ignora por completo mi presencia.

Es tan tonta.

¿Cómo puede no notar mi mirada? ¿Cómo puede no notar el fervor con el que la acoso y cuido de ella desde las sombras?

Un poco más de un año observándola desde lejos y esa inocente niña no se entera de nada.

Su hermoso y redondeado rostro nunca se elevó en mi dirección. Sus castaños y dulces ojos nunca me devolvieron la mirada en trece malditos meses en los que los míos casi ni parpadeaban por verla.

Dos veces a la semana rondaba a su alrededor para acecharla y velar por su integridad, y en ninguna de aquellas visitas de acosador su atención se posó en mi, lo cual me frustró cada día más.

Tendré que ponerle miles de guardaespaldas cuando estemos casados.

Una sonrisa se posa en mis labios gracias a ese pensamiento y mi estupido corazón se acelera al imaginar a la hermosa castaña que sigue leyendo debajo de aquel enorme árbol, entre mis brazos y con el anillo de compromiso que he heredado de mi madre, enfundando en su pequeño y tierno dedo anular.

Pronto.

-Señor, su padre exige su presencia en Pfeifer's Castle - interrumpe mis pensamientos Tyron, la mano derecha de mi padre, quien me dedica una mirada llena de reprimenda.

Un suspiro pesado escapa de mis labios, antes de darle una última mirada a mi hermosa castaña y comenzar a caminar hacia el Audi R8 negro que me espera en la acera a unos cuantos metros de mi chica.

-¿Qué mierda quiere ahora? - gruño hacia el robusto hombre que me sigue en mi camino al coche.

-Su cumpleaños es en unos días, señor Pfeifer, su padre le hará una fiesta y su prometida, la señorita Hamilton, estará allí. Su padre... - empieza a aclarar con seriedad, pero se interrumpe a sí mismo cuando freno abruptamente mi paso y me giro en su dirección con el corazón en la boca.

-¿Qué? - pregunto con ronquedad, antes de tomar la camisa de Tyron por el cuello y acercarlo a mi para mirarle con ira -. Se supone que no nos conoceremos hasta su cumpleaños número dieciocho - gruño.

Una mueca molesta se posa en el rostro del hombre y ni siquiera hace el intento de separarse de mi mientras comienza a hablar con monotonía y un ápice de temor grabado en sus claros ojos.

-Los planes han cambiado, su prometida estará en su fiesta en tres días, señor Pfeifer. Su padre ha llamado por usted porque su sastre está esperándolo en Pfeifer's Casttle - explica.

Maldición, cuando dije pronto no creí que fuera tan pronto.

**

Niklaus.
20 años.

Con un nerviosismo impropio de mi, ajusto el moño negro que adorna mi cuello y observo mi reflejo en el enorme espejo de techo a suelo qué hay en mi habitación, encontrándome con mi mirada celeste plagada de un brillo que nunca he visto antes.

Es por ella.

Hago puños mis manos a mis costados con fuerza cuando pienso en Candice y me la imagino llegando a la extravagante fiesta de cumpleaños que se está llevando a cabo en la planta baja del Pfeifer's Castell.

¿Le gustara este tipo de lujos o será de gustos sencillos? ¿Estará tan nerviosa como yo o no tendrá ni idea de mi existencia? ¿Me querrá tanto como yo la quiero?

Su paraíso en el infierno ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora