E X T R A #1

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Candice.
21 años.

-Esto podría cambiarlo todo, Trav - digo en dirección a mi mejor amigo, quien me observa desde la cama con las manos sobre su rostro mientras se lo restrega y parece a punto de llorar -. Maldición - gimo y me abrocho los pantalones con pesar.

Llevo mis manos a mi cabello revuelto y tiro de él con nerviosismo en lo que me paseo por la habitación del hombre castaño que me repara con pesar y el brillo de culpabilidad emergiendo en sus ojos.

-¿Crees que Niklaus...? - pregunta, pero lo corto y le dedico una mirada molesta que le hace apretar los labios con fuerza.

-El no lo sabe y no lo sabrá - digo y parece más una advertencia, cosa que nos llena de culpa ahora a ambos -. Por lo menos no ahora - expreso y me restriego los ojos llorosos para quitar las lagrimas.

-Maldición, esto es peligroso, Candice, tenemos que decírselo antes de que... - intenta hacerme cambiar de opinión, pero vuelvo a cortarle al salir de su habitación con rapidez e ir en dirección a la puerta de salida en lo que tomo mi bolso y guardo lo que traigo en la mano.

-He dicho que no, Travis - digo cuando le escucho seguirme, antes de salir de su lujoso departamento con rapidez y dirigirme al ascensor con las lágrimas en mis ojos y un nudo en el estómago que no me permite concentrarme.

-Vamos, Candice, no te vayas así, pensaremos en algo, pero sabes que es peligroso que te vayas en este estado y a estas horas de la madrugada - Travis me toma del brazo con suavidad y evita que llame al ascensor.

-No puedo, Trav, tengo que llegar a casa antes de que él lo haga o se dará cuenta de que algo está mal - refuto y me suelto de su agarre, antes de dedicarle una mirada de súplica cuando se cruza para que no entre a la caja metálica.

-Bien, pero yo te llevo. Suficiente lío tendremos si Nikluas se entera de que escapaste de tus hombres de seguridad como para que también se entere que estuviste sola a altas horas de la madrugada por la calle - dice y rápidamente se devuelve a su departamentos para tomar sus llaves y zapatos, en lo que yo le espero con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos que terminan por escurrirse inevitablemente al verme reflejada en la puestas metálicas del ascensor.

Llevo una mano a mi estómago cuando reparo en mi apariencia desastrosa y palpo este al sentirlo revuelto e hinchado como si tuviera ganas de vomitar, pero estando lejos de ser ese el problema. Mi mirada queda perdida en mi reflejo y tan solo vuelvo a concentrarme cuando las puertas del ascensor se abren repentinamente.

Mis ojos antes apagados y aguados, ahora se abren desmesuradamente al reparar en la persona que emerge de dentro de la caja metálica y que se detiene abruptamente al verme frente a él.

-¿Nikluas? - pregunto sorprendida y sintiendo como mi ansiedad comienza a subir al ver el desastre que es su apariencia, com su cabello revuelto, su traje casual lleno de arrugas y su mirada celeste adornada con dos bolsas negras debajo de ella.

Jadeo cuando veo varias manchas de sangre que no son suyas en su camisa blanca y sus puños. Mi corazón se detiene cuando su mirada me observa furioso, antes de volverse lava hirviente al ver a Travis llegando con sus llaves a mi espalda, quien se detiene abruptamente al ver a mi esposo.

-¿Por qué? - pregunta entre dientes Nikluas cuando devuelve sus ojos a mi y me dedica la mirada más helada y enojada que nunca le vi -. Te lo he dado malditamente todo, Candice. ¡Me desvivo por ti, maldición! ¡¿Cómo puedes hacerme esto cuando yo no soy nada sin ti?! - grita y mi corazón se rompe al entender a donde han llegado sus conclusiones.

-Nik - intento acercarme y le dedico una mirada suplicante, sin embargo, me detengo cuando su actitud se vuelve terrorífica y hace unas señas a sus hombres que me dejan pálida.

Su paraíso en el infierno ✔️Место, где живут истории. Откройте их для себя