La Máquina

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En los días restantes, exploré el lugar a fondo.

Cada día a las 12 de la mañana se reunían todos alrededor de una gran fogata a comer lo que los cocineros habían preparado para ellos. No habían muchas personas en la aldea, y se trataban todos como una gran familia.

Tenían una carpa para todo, en una había enfermeria, en otra había cuidado para las manos, en otra estaba la herrería y así sucesivamente. No entrenaban como guerreros a todo el mundo, si no, me contaron que cada mes sacan a alguien a elección y lo entrenan individualmente, Kane estaba entre ellos.
El lugar era una maravilla, tanto que el día de partir a mi legión fue un bajón de ánimo. Ellos vivían en paz, habían sufrido más que ninguna legión, y aún a sí no se preocupaban por librar una guerra. No le rezaban a nadie, no esperaban nada de nadie, no celebraban nada de la guerra, sólo se agradecían entre sí.

–¿lista para partir? –preguntó Kane apoyándose en el marco de la puerta.

–por supuesto –mentí.

Me puse de pie y me fije en que Kane tenía algo en las manos.

–¿que es eso? –dije apuntando a lo que traía en sus manos.

–¿esto? Aah... Bueno... Es que pensé en que tendrías hambre, no te has presentado al foro en estos días así que te traje algo de la comida de hoy –dijo incómodo.

Me pareció lindo el gesto, pero, no se si puedo confiar en él o en alguien de esta aldea, ellos odian a las legiones, Kane sabe que yo soy de una, entonces ¿porque me esta ayudando?

–como se si puedo confiar en ti.

Levanto las cejas y suspiro exasperadamente.

–eres imposible –se acercó –si quisiera haberte hecho daño ya lo habría hecho ¿no crees? Pará empezar, te saque del mar –empezó a enumerarlos con los dedos –cure tu herida, intento llevarte de vuelta a tu legión...

–si es que yo te ayudo primero con la legión de aire –interrumpí.

–...te traigo ropa limpia y además te traigo comida. ¿Enserio sigues sin confiar en mi?

Me quede sin palabras, puede que tenga razón, pero sigue siendo un riesgo.

Se da la vuelta en dirección a la puerta, pero lo freno.

–gracias por la comida... Y... Por todo lo demás –dije mirándolo.

Me miró de vuelta, asintió y se marchó, pero sin antes decir.

–Vul tiene la máquina lista, te preparé un bolso con lo que necesitas para el viaje. Nos juntamos en la herrería.

Y dicho esto se marchó.

La comida que trajo Kane estaba deliciosa. Eran espárragos, una porción de papas, una rodaja de pan y  una porción de tofú, además del jugo de maqui.
Comí lo más rápido posible y me vestí con la ropa que habían dejado a un lado de la chimenea. Era unos pantalones de viaje de color marrón claro, una camisa de lino blanco y un abrigo de cuero impermeable. Amarré mi pelirrojo cabello en un moño bajo y me dirijí a la herrería, donde Kane dijo que nos juntaríamos.

                                 . ༆ .

–¡Sarahi! Jaja cuánto tiempo –saludó Vul.

Lo salude con un gesto de cabeza.
Luego pareció Kane sacándose las manchas negras del aceite de sus blancas manos.

–Hola, ¿todo listo?

–eso creo.

–bien, ¿cómo está tu hombro? –preguntó.

–mejor ¿por qué?

–piensa rápido.

Dicho esto me lanzó la katana que había visto el otro día. La agarre apenas con mi brazo bueno.

–¿y esto? –dije sonríendo.

–tomalo cómo una muestra de confianza –dijo sonriendo de vuelta.

Amarré la katana en mi espalda y seguí.

Me adentré en la herrería, pasamos por un pasillo lleno de armas y cosas mecánicas colgadas en las murallas. Al pasar eso llegamos a una estancia  vacía, bueno, casi vacía. Había una especie de máquina, no lo podía diferenciar tan bien, por que esta, estaba cubierta con un manto amarillento y lleno de manchas de aceite.

Vul se acercó al manto y lo retiró. Abajo de este había una máquina de cobre por donde la vieras, era como tres veces más grande que yo, también era parecida a la rueda de un hamster y en el medio había una esfera.

–wow...–expresé– ¿vamos a ir de legión a legión rodando?

Vul me miró orgulloso, como si estuviera esperando que le plantearán esa pregunta.
Se aclaró la garganta y dijo:

–algo así –dijo sonriente –verás, el sistema funciona por el arco en que se ve rodeado, es como una rueda de hamster, mientras más energía tenga más avanzará ¿quiere decir eso que tendrán que correr por ella para hacer la máquina avanzar? No, no, no –dijo negando con cabeza –cuando lleguen o estén cerca de alguna legión rápidamente se cargará ya que la energía y vibracion de las gemas es demasiado potente, así que tendrán suficiente energía para todo el viaje –expresó con su pecho hinchado de orgullo.

– te luciste esta ves debo admitirlo –dijo Kane chocando los cinco con el.

–agh, siempre lo hago –respondió con falsa modestia.

Estaba fascinada, esa máquina era impresionante, pero aún tenía una duda.

–¿cómo se supone que debemos entrar?

Vul se frotó las manos con picardía.

–aquí es donde pone bueno.

Nos llevó a la parte de atrás y en ella había una pequeña puerta en la entraríamos fácilmente los tres.

Tocó tres veces la puerta y luego dos veces más con lentitud.
Y luego... ¿Que era eso? ¿Una voz?

–¿Vul? –dije retrocediendo.

–tranquila Sarahi sólo es tu consciencia –molestó Vul con sarcasmo.

–¿qué fue eso? –preguntó Kane con desconfianza.

–ey más respeto con Jane. Bueno mi querido amigo Jane es prácticamente una asistente o también tu fiel amiga –puso su mano envuelta con vendas en sus dedos en su pecho –ahora, con eso en claro, para entrar debes decir la contraseña, eso es todo.

Silenció.

–y la contraseña es...

–ah que tonto yo, bueno la contraseña es "ningúna"

Lo miramos extrañados.
Vul suspiro.

–no tienen sentido del humor –dijo rotando los ojos –literal, la contraseña es "NINGUNA" –dijo exagerando cada sílaba.

–entonces debemos decirle la contraseña cada vez que entremos ¿no? –pregunté.

–bueno eso es lo que una contraseña es –dijo –entonces quién pasará primero.

Dije "ninguna" y la puerta se abrió de golpe.

–eso es nuevo –examinó Kane.

Luego de sin igual espectáculo Kane me pasó el bolso que había preparado para el viaje.

–Okey, siempre he querido conocer a la legión de aire... –dijo adentrándose por la puerta.

–y yo siempre quise entrar a una rueda de hamster –y lo seguí.


La Quinta Gema Del Infierno I Where stories live. Discover now