Vieja Amiga

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Caímos al lago. Me inundó una sensación de frío y capte porque nadie sobrevivía...

Algo agarró mi pie y me hundió hasta el fondo, forsejeé para soltar mi pie. Tomé la katana y corte su mano.
Pero lo que vi no fue humano...
Era un espíritu.

Otras más sujetaron mis brazos, patee con fuerza. Estaba desesperada. Me habían conseguido hundir hasta el fondo, sentía como me tragaba el barroso suelo. Sentía furia, enojo, y todo lo que se me permitía sentir en ese momento...
Espera un momento. Son espíritus, su trabajo es alimentarse de las almas que guardan furia y rencor. Las cuales aún no aceptan la muerte.

Dejé de forsejear, dejé que los espíritus me hundieran, "acepto la muerte" me dije. Pensé en Shula, mi gran amiga ya conocía este camino, y pronto yo lo conoceré también.

Cerré los ojos. Sentí una ráfaga de calor. Ya no veía la fría y oscura agua, ahora veía todo iluminado, era todo dorado. Ya no tenía ningún espíritu intentado ahogarme.

Escuche una voz.

Se me corto la respiración, tenía un nudo en la garganta.

Es imposible...

–¿Shula? –La llamé en mi cabeza.

Frente a mi, apareció mi gran hermana, la persona que más he querido, y a la que siempre queré.
Sollocé.

hola mi querida hermanita– dijo.

Su voz era calmada, sonaba como un eco.
Su cuerpo estaba hecho de luz, pero no de el tipo de luz que ves en el día, era el tipo de luz que aparece una vez enciendes una fogata.
No era la misma niña que recuerdo, era una adulta.
Pero no había cambiado nada, tenía la misma sonrisa amable, los mismos ojos despiertos y bromistas. Era tan hermosa como siempre.

–¿que... Como... Cuando.... Por qué...?

Me frenó.

no te enredes en el pasado –dijo acariciando un mechón que flotaba –¡Mira como has crecido! Eres hermosísima, y valiente...

Lo único que quería era acurrucarme en ella como un bebé, que me cantara las canciones que papá le había enseñado.
Pero debía mantener la compostura. Debía ser fuerte.

–¿que haces aquí Shula? Tu...–aun me provocaba dolor decir esa última parte– moriste. ¿No? –sollocé aún más, seguía viendo su cuerpo y sus ojos sin vida debajo del árbol– Shula... Yo... lo lamento, fue mi culpa. Perdoname. Debí de haber dejado ir ese estúpido collar y...

Me detuvo.

está bien. No pasa nada –me consoló. Pero su expresión se endurecio –Sarahi, la razón por la que vine fue para advertirte.

En sus manos traía mi collar.

lo encontré en el mar. Sarahi –puso el collar en mis manos –cuidalo con tu vida, ¿Okey? Con tu vida –su expresión se tornó seria –se escribió una nueva profecía.

Me quedé pasmada.

–¿Que? ¿Otra profecía? Pero si la última que se escribió fue cuando se creó la Quinta Gema...

y ahora se creó otra para encontrarla –su mirada era dura –temo que la profecía te incluye a ti.

Sentí como si me acabarán de asestar un golpe en la cara.

–¿que?.... Como.

no tengo mucho tiempo– dijo hablando lo más rápido posible– la profecía la encontrarás en el collar. Ahora un último consejo: no confíes en nadie y menos en los que crees confiar y amar.

–¿qué?  ¿Te refieres a Kane?

no, puede que Kane sea el único en que puedas confíar de verdad.

–¿Kane? Pero si no lo conozco...

pues hazlo, jugará un papel importante en la profecía. Tengo que irme –dijo con impotencia –lo último: no confíes en las leg....

Y desapareció.
¿Que no confiara en las legiones? No lo sé. No pude escuchar bien esa parte.

Pero algo si se: mi hermana apareció ante mi y estaba en grandes problemas.

La Quinta Gema Del Infierno I Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon