Vivan Los Fugitivos

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Me sentía incomoda. No podía encontrar las palabras adecuadas, así que opté por el silencio.

A decir verdad, temía en mirarle a sus grices y cristalinos ojos.

Alguien vio por lo que pase, pero lo peor: lo que sentí. Lo que he ocultado tanto tiempo, hasta de mi misma.

Me gustaría decir, que me sentí más conectada a él.
Pero no.
En realidad, lo único que quería era irme corriendo de allí y no volver a verlo.

Pero, al mismo tiempo, se sentía... Bien...

Alguien porfin me conocía como soy en verdad: sin el telon que usaba o uso para esconderme, me comprendía (espero).

Estuve tentada a decirle sobre los sueños que tuve. Pero algo me frenaba, si es que lo que soñé también tiene que ver con él. No creo que le guste saberlo.

Puedo ver en sus ojos un dejo de curiosidad mezclado con temor.

Su pasado es como el mío.

Solo que él lo esconde aún más. ¿Pero, Porque?

Interrumpí el silencio, me estaba ahogando con tantas preguntas.

-¿cuál es el plan?- le pregunté.

–hasta el momento: encontrar la Gema y salvar el mundo –dramatizo con sus manos.

Suspiré con mis manos a ambos lados de mi cabeza.

Era el plan más tonto del mundo.

Me encanta.

–muy bien– expresé mirándole– partiremos en tres día...

–No –dijo en seco –no hay tiempo, si quieres que mi herida sane: trae a Vul, no es secreto que tus habilidades curando no son las mejores– rió– Está en el bosque, en el ala oeste. Allí lo encontraras.

Asentí lentamente.

Vul estaba en el bosque. Y si queremos partir rápido, debo de ir a buscarlo.

Me levante lentamente, y sacudí el polvo de mis manos.

Estaba apuntó de hablar cuando la puerta dio un chirrido. Ambos dimos un respingo.

Y por la turbia puerta de madera, apareció Gavin y de seguido: Yolanda.

–¡mujer! Te he buscado por todas partes– dijo molesta– Nina me dijo que había llegado un sobreviviente de la legión de aire.

–¿quién es Nina? –pregunté.

Dio zancadas hacia mi, y pude ver la impaciencia en sus ojos.

–¿es una broma? Nina es la médica que te sanaba cada vez que te caías de las catapultas– dijo chasqueando los dedos.

Ah, esa Nina.

La chica que estaba con Chris.

–ah si, ya me acuerdo.

–¡Sarahi!

Hizo un ademán de ir a estrangularme, pero se contuvo inhalando y exhalando.

Gavin entró a la escena.

–¿es él?– pregunto apuntando a la camilla.

–¿quién?– mire dónde estaba apuntando– ah, si. Es él.

Por un segundo, me había olvidado de la existencia de Kane.

Yacía sentado sobre la camilla, aún con él paño en el abdomen. No se mostraba muy amigable.

La Quinta Gema Del Infierno I Where stories live. Discover now