Problemas Familiares

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¿Alguna vez has tenido una cena con la madre que creías que estaba muerta? Pues kane si. Y fue muy incómodo.

Entramos nuevamente a la cabaña, nos guió por una sala de estar, todo en la cabaña era frío, misterioso, en el suelo habían pieles de... ¿Lobo? No lo sé, pasando eso estaba el comedor.

No era muy grande, era una pequeña mesa rectangular en la cual apenas cambiamos todos.

Me gustaría decir que me negué rotundamente a comer. Pero no...
Apenas vi la mesa llena de comida, no pude negarme, lo sé, es penoso.

La mesa estaba decorada con unas pequeñas ramas de pino y con unas flores moradas que estaban sueltas en los lados de la mesa. Pero lo mejor era la comida, en distintos cuencos había de cada comida, en uno había una especie de pure de espárragos, nunca lo he comido, pero a estas alturas soy capaz de comer cualquier cosa siempre y cuando sacie mi apetito. En otras había ensalada, al lado de esa habían papas y lo ultimo era un cuenco con sopa.

Nos quedamos todos parados y embobados alrededor de tal festín, Ayala fue la primera en sentarse, ella era la única que tenía una silla individual, en nuestro lado había una banca que recorría de extremo a extremo la mesa. Una vez se sentó levantó la ceja y habló.

–¿no van a sentarse? –preguntó.

En verdad tenía hambre.

Fui la primera en tomar asiento, Gavin me siguió, de seguido Yolanda, Chris y Vul. Kane fue el último en sentarse, miraba con tristeza la comida y con desepcion a su madre. Al final cedió y tomó asiento.

Nadie se atrevía a comer, el silencio y la tensión dominaban el lugar.

–no está envenenado –dijo con un dejo de sarcasmo en su voz –que no la sopa de pino era tu favorita Noah, de hecho...

–dinos que sabes sobre la Gema –interrumpió Kane.

Su madre no flaqueo ni se mostró sorprendida con su reacción. Su cara no tenía emoción alguna, de hecho, podría decirse que estaba hasta aburrida.

–con tal de que hayas leído mi diario –empezó –deberías saber lo mismo que yo.

–¿por qué no nos buscaste? ¿A Nayla? –su pregunta nos tomó a todos por desprevenidos, hasta su madre.

La emoción en la voz de Kane era detectable, bastante evidente a mi parecer.

–no podía –susurro, sólo miraba a el suelo.

Kane respiro para calmarse.

–¿que hay de mi padre?

Ayala lo miró fijamente transmitiendole el mensaje, él lo entendió. La respuesta me dolió hasta a mi.

Pero él solo asintió, ya se lo esperaba.

–hijo mío lo lamento tanto... –dijo intentando alcanzar la mano de él sobre la mesa.

Apartó su mano.

–No –declaró con firmeza –ambos murieron para mí el día en que apenas escape del bosque con vida.

Su madre se esforzaba en mantener las lágrimas al margen. Asintió cómo para sí misma, aceptando su realidad. Una vez recobro la compostura volvió a hablar.

–la Gema controla las almas, porque fue hecha con ellas –explicó –fue creada por Ulrich, el líder de los Üeriw –se dirigió hacia mí –el collar que portas fue hecho por tu padre Sarahi, el sabía lo que tú madre planeaba, aunque él la amaba no pudo dejar que consiguiera. Tú padre era el portador de la Quinta Gema.

La Quinta Gema Del Infierno I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora