Las Respuestas No Siempre Responden Tus Preguntas

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–¿porqué no le das a kane las mismas repuestas? –pregunto luego de varios minutos de silencio que parecían eternos.

Ayala parecía más que cansada, casi exasperada.

–ya te lo dije. Noah no está pensando con claridad, la madre que él creyó que estaba muerta de la nada vuelve a la vid...

–sí lo sé –interrumpo –pero con Kane estamos unidos, lo que pasa con él pasa conmigo y lo que pasa conmigo pasa con él, sí quieres idear un plan, el estará conmigo escuchando todas las respuestas.

No sé de donde saque todas esas palabras, pero ninguna fue falsa. Aunque no nos conozcamos desde hace mucho, tenemos un largo camino y algo me dice que este solo es el comienzo.

–Mira Sarahi, no se si entiendes la gravedad y la tensión entre mi hijo y yo.

–si, la sé –explique –y la entiendo, pero él es parte de la profecía, y por lo tanto se merece entender lo que pasa –Suspiré –Mira, no se lo digas directamente si no quieres, pero te aseguro que se lo explicaré yo.

Ayala no dijo nada, no miraba nada en concreto, sabía que yo tenía razón y la verdad hasta yo me sorprendía de tenerla. Ella no se movió, su rostro era inexpresivo lo cual me hizo imposible descifrar su expresión.

Negué con decepcion ¿como es que se negara a contarle a Kane todas las respuestas que ella tenía? Vaya madre.

Giré sobre mis pasos en dirección a la escalera que antes había bajado. Antes de subir el primer peldaño me gire hacia Ayala.

–iré a buscar a Kane –dije.

Al ver que no respondía: seguí mi camino.

Subí los escalones hasta llegar al pasillo que unía la casa. Tenía que buscar a Kane y para variar no tenía ni idea de en donde estaba.

Fui a la cocina con la esperanza de encontrarlo. Pero al llegar me encontré con Vul atacando las sobras de comida.

Sonreí al verlo con la boca llena de puré de algo.

hoña –dijo al verme, intentó tragar antes de hablar, al no conseguirlo empezó a tocer por largo rato hasta que logró tragar por completo –¿que tal princesa?

Voltee los ojos, otro más que me llamaba así.

–¿sabes donde está Kane? –dije ignorando su pregunta.

Se encogió de hombros. Note que se tensaba al momento en que dije su nombre.

Ellos dos habían estado hablando  momento antes de que Ayala me arrastrara hacia su sótano lleno de retratos de gente.

–debe de estar hablando con aquella hermosura de ojos castaños, hermosa cabellera negra y con unos...

–¿Yolanda? –pregunté –¿qué rayos hace Kane hablando con ella?

Note diversión en la mirada de Vul.

–celosa –molesto subiendo y bajando las cejas.

Este idiota.

–¿Donde están?

Lo pensó.

–buena pregunta, creo que están afuera –dijo orgulloso por su respuesta.

Intente no perder la paciencia.

–hay muchos afueras Vul.

–ah, cierto –rió –entonces están a las afueras de la casa. En la puerta para ser más específico.

Asentí en agradecimiento.

–gracias.

Empecé a dirigirme a la salida cuando Vul me detuvo.

La Quinta Gema Del Infierno I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora