El origen de la desgracia

99 9 3
                                    

Aisha

No sé cuántas horas habian pasado desde el incidente en los suburbios. La herida en mi brazo apenas y la sentía, por suerte solo termino siendo un rasguño.
Aquella noche luego de hablar con Bastián, terminamos durmiendo como si no lo hubiésemos hecho en años.
Sabía perfectamente en la situación que estaba, lo tenía clarísimo, no era una ilusa que soñaba con el felices para siempre aunque en ese momento mi subconsciente me traicionó largando una estupidez epica. Lo quería para mí y sabía que era imposible y por eso me conformaba con lo poco que me daba.
Eso no aliviano el peso que tuvieron sus palabras luego de largar aquello que dije, aún retumbaban en mi mente, lo había sentido casi como una burla y por eso mismo me jure jamás volver a decirlo en vos alta.

Sonreia burlesco sin quitarme la mirada de encima, quizás esperaba a que le dijera que solo bromeaba.
- sabes que es una locura, eres la mujer de mi amigo y por lo que veo no tienes intenciones en dejar de serlo. Entonces porque complicarlo todo, no soy de compromisos Aisha, pero en caso de intentar serlo, Lo que es mio es solo mío sin discusión y por completo, no soy de compartirlo con nadie. Ahora que sabes esto seguirás pensando de la misma manera?- dijo quitándome de ensima, se quitó la toalla que lo cubría y se metió bajo las sabanas. Ya no había rastros de juego y su seriedad característica lo demostraba. No supe que decir, así que solo lo seguí dentro de la cama sin volver a tocar el tema...

Cuando desperté ya no estaba. No me sorprendió, su amiga de toda la vida lo necesitaba y él de seguro estaría para acompañarla.
Lo confirme en cuanto el tal Dom apareció y me lo afirmó.
Había traído algo de ropa en un bolso, mi laptop y una pequeña cartera dónde tenía algunos dólares.
No quiso recibirme el dinero de la renta que comenzaría a pagar excusándose que luego averiguaría del monto exacto que debía pagar por un apartamento de ese tipo.

Bastián, Nathan, Luca y la gente que frecuentaba los suburbios estaban en casa de Katrina organizando la despedida de ese sujeto. Estaba molesta, casi podía sentir la misma irá que sentí la noche anterior. Odiaba a esa tipa más de lo que cualquiera podría imaginar.

Me di una ducha deje todo ordenado y salí de aquel edificio en dirección a casa de Magui. Quería ver a mi hermana y principalmente hablar con Colton, dejaría de ser la estúpida que solo obedece y comenzaría a preocuparme por mis cosas. O al menos lo intentaría.

Saque unas bragas y un sostén y lo primero que pensé fue: ese cabron de Dom estuvo hurgando en mi ropa interior. Ya lo vería otra vez.

Solo dos mensajes y tres llamadas perdidas, todo de Nathan... Debería estar ocupado para no explotar mi teléfono.

El taxi me dejó en la entrada de la casa Bennet. Emy salió corriendo tirándose a mis brazos. Había crecido mucho en el último tiempo, cada vez se parecía más a mi madre y no podía evitar sentir algo de nostalgia por eso.

- esa bruja fue la que te golpeó verdad? Debiste dejar que te defendiera. Bastián me enseñó como golpear a las niñas que me molestan en la escuela.

- quien te molesta, como es que recién me lo dices Emy?Creo que tú y yo nos debemos una plática muy larga jovencita- respondi logrando que su actitud de sobreprotectora descendiera unos tres niveles.

- solo fueron unas cuantas veces, se burlaban de mis pecas. Pero ya lo solucione descuida no hay de que preocuparse- Ignore esos comentarios ya tendríamos tiempo de hablarlo.

Magui apareció dándome la bienvenida y llevándome al interior de su casa justo cuando entraba su hijo.

- pero y a ti quien te dió una paliza- dijo y me ofendió, a penas y tenía unas marcas de uñas en el cuello y el labio un poco inflamado.

CulpablesWhere stories live. Discover now