Creer!

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El hombre que movió una montaña, comenzó llevando apenas una piedra!

BASTIAN

Magui era de esas mujeres sabias, de las que con una sola mirada se encargaban de leerte y comprender tu personalidad. Percibía el aura de todas personas según ella, por mi parte solo creia que la edad que se traia encima era la justa como para haberla hecho cruzarse con todo tipo de personas y ganar experiencia. La amaba, a mi manera pero lo hacia, ocupo siempre el lugar que por voluntad propia mi madre abandono hace tiempo atrás.

Estaba cabreada conmigo, y no la culpaba de hecho sabia que obtendría esa reacción en cuanto supiera que seguia en los pasos equivocado. lo que lo no entendía era el porque lo hacia y tampoco entendería que hasta que no cumpla con mi objetivo no me detendría.

Todo estaba encaminado, llevaba largas semanas en la calle y ni uno de esos días fueron una perdida de tiempo. lo malo de todo esto era que mientras mas escarbaba, mas mierda salia. si entendía el caos que se había formado desde que oliver y yo dejamos todo en manos de Nathan, en fin eso era algo que ya no me interesaba... solo quería encontrar a los bastardos que nos delataron aquella noche en que termine en prisión y principalmente lo que habían hecho con mi hermano. Oliver era una de las pocas personas que me importaban en el mundo, era mi sangre mi mitad y lo habian acribillado a balazos solo por poder, por dinero y escalar entre las bandas de narcos mas peligrosas de la región.

Muy pocas veces admitía lo que pensaba delante de alguien, pero a mi mismo no me iba a negar que cargaba con un peso que nunca pedí. Hay quienes nacen estrellas mientras otros nacen estrellados y el ultimo era mi caso, tenia como salir claro que podia y hoy con unos años mas me daba cuenta de eso. Pero la situacion ahora tenia otra perspectiva y esa era que no me alejaria hasta hacer pagar la ultima gota de sangre que Oliver derramo en mis brazos. no pararia y arrastraria a todos los que se interpongan, cinco años fueron suficiente para alimentar la sed de venganza y no desapareceria por mas que Magui pegara mil gritos al cielo y comenzara con el tipico ya tienes de experiencia el error de tu padre.

Cerro de un golpe sordo la puerta de la cocina y salio a regar sus plantas, Colton solo escuchaba todo lo que deciamos mientras leia el periodico en la mesada, ya habia recibido muchos sermones de su parte y no se molestaba en volver a repetir lo que claramente ya sabia.

-tengo que salir, dile a tu madre que no regresare a cenar y que de todas formas la quiero- le dije a mi tio mientras tomaba la llave de la moto y de mi apartamento- olvida lo ultimo solo dile que vendre mañana.

-le dire que la quieres y que sabes que tiene razon pero solo te gusta hacerla cabrear- respondio sin siquiera levantar la vista del periodico.- cuidate y cualquier cosa no dudes en llamarme.

walter era el proximo en mi lista de visitas. Era uno de mis mensajeros antes de estar en prisión, me estuvo evitando durante semanas y aunque me costo un dolor de cabezas pude hallarlo en las afueras del Bronk. llevaba años viviendo en una pequeña casa junto a su mujer y sus dos pequeños hijos.

Lo vi salir de la casa con un uniforme azul desgastado y un casco de obrero, beso a su esposa y se metio al auto suponiendo que iria a trabajar. Esto seria rapido, y no daria tantas vueltas el solo era un escalon mas para llegar a la sima.

acelere y lo segui varios kilometros hasta que llegamos a una zona bastante rural en donde las casas aparecian cada varios minutos de distancia. me interpuse en su camino obligandolo a frenar al instante.

-pero que carajos hijo de puta como se te ocurre cruzarte de esta manera?- grito en cuanto bajo del auto. yo hice lo mismo de la motocicleta y en cuanto me saque el casco totalmente negro puedo jurar que el color moreno de su patetica cara se había convertido en un blanco marfil.

CulpablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora