Capítulo 1: Y este... ¿quién es?

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Viendo una pareja tras otra pasar ante mí es como paso los días. A lo largo de toda mi vida he recibido varias confesiones por parte de los chicos, sin embargo por alguna razón siempre termino rechazándolos.

¿La razón?

No lo sé. Pienso que como en todas las cosas, a algunas personas se les da, a mí simplemente no.

No quiero pensar que la razón de eso se deba a algo más profundo. Algo que intento no recordar. Me ha funcionado... relativamente.

Estoy en mi último año de escuela y creo que cupido se olvidó de mí... Siempre lo imagino diciéndome "no, tú no. Tú estudia " y la verdad es que probablemente le he hecho caso porque a eso me he dedicado.

—Adiós, mamá... Ya me voy a la escuela. —me despedí esa mañana.

—Adiós, cariño... ten un lindo día hoy —me dijo dándome un beso en la mejilla.

Me dirigía normalmente a mi escuela. Quedaba a unas cuadras de mi casa así que me iba caminando. Muchas veces me servía, aprovechaba para repasar mis lecciones antes de llegar.

Llegué a la escuela no sin antes ver saludarse a todas las parejas del colegio. Creo que es en serio eso que dicen de que cuando no tienes novio ves a tu alrededor un sinfín de parejas.

— ¡Emily!   —me saludó mi más íntima amiga al llegar al salón. Era una chica linda con hermoso cabello rubio y ojos azules. Mis ojos café se opacaban cuando estaba cerca de ella, pero aun así no le prestaba mucha atención a ello.

— Hola, Melissa, ¿qué tal tu fin de semana? —pregunté mientras nos sentábamos en nuestros puestos, el mío junto a la ventana. Amaba ese sitio. Generalmente prestaba atención a clases, pero cuando no lo hacía, me perdía en el paisaje  que veía a través del cristal. Era una vista muy atractiva y lo era aún más cuando llovía.

—Genial, Patrick y yo fuimos al cine —me dijo sonriendo con secretismo. Patrick era su novio. Un chico alto, cabello rojizo y bastante pecoso que estudiaba en nuestro colegio aunque en otro curso. No solía llevarme bien con él, aunque no era algo personal. Simplemente no solía llevarme bien con ningún chico desde hacía mucho tiempo. Desde él.

Tener una amiga con novio implica tener que oír todos sus líos y enredos amorosos. Ya estaba acostumbrada y me gustaba oírla, hasta cierto punto, claro está.

— Me alegro mucho—le dije mientras sacaba mi cuaderno del bolso—. ¿Hiciste la tarea? —le pregunté y no sé por qué siempre lo hago si ya conozco su respuesta.

— No, ¿me la prestas por favor? —me dijo poniendo cara tierna.

—¿Alguna vez te he dicho que no?— le dije, le entregué mi cuaderno y se puso a copiar de inmediato, y apenas le dio tiempo porque minutos después llegó el profesor.

...

La primera clase terminó no sin antes ser felicitada por responder adecuadamente a la pregunta del profesor. La de hoy fue acerca de la teoría de la relatividad.

Y algo parecido ocurrió en las siguientes clases.

Ya era hora de almorzar y me dirigí al comedor con Melissa acompañada de su acaramelado novio.

— Y he aquí a mi persona favorita en todo el universo —expresó Patrick mirándome con destacado sarcasmo mientras sonreía socarronamente. Lo fulminé con la mirada—. Vamos, siempre con esa aura tan oscura. Creo que lo único positivo es tu tipo de sangre.

— ¿Crees que tenga Alzheimer, Melissa? Porque no recuerdo haber dicho que los comentarios del estúpido de tu novio me interesaran —. Melissa solo nos observaba divertida.

Enamorada de cupidoWhere stories live. Discover now