Capítulo 5: Obligada a ayudarte

1.6K 133 4
                                    

¿Ayudante de cupido? Había estado pensando en sus palabras. Estaba realmente loco si creía que lo ayudaría, a duras penas me costaba creer lo que acababa de suceder... que existieran seres así. ¿Qué lógica tenía eso? Y de todas las personas ¿por qué tendría que ser justamente yo quien se enterara de todo y quien debiera ayudarle? Además a un tipo como él a quien había comenzado a detestar desde la primera vez que lo vi. Llevé mis manos a mi frente, recordando que Daniel me había besado justo ahí, había sido corto, pero lo suficiente como para hacer que mi corazón se acelerara, sin embargo no me dejé llevar por este y lo había empujado...

A la mañana siguiente salí de casa caminando lo más rápido posible... no quería encontrármelo. Había pasado la anterior noche intentando convencerme de que todo había sido un sueño pero había fracasado, había visto y escuchado todo lo suficientemente claro como para creer que no había sido real. Sin embargo ahí estaba yo, apresurándome para no encontrármelo. Simplemente no quería verlo, no había razón para esto pero simplemente no quería hablar del tema.

-Llevas mucha prisa, Watson- dijo Daniel saliendo de un árbol, haciendo así que me sobresaltara- ¿acaso estás escondiéndote de algo?... ¿o de alguien?

-No lo conozco, extraño. Aléjese de mí- le dije continuando mi camino.

-¿En serio? Tantas cosas interesantes que pasaron anoche en mi cuarto -Se acercó a mí y susurró en mi oído- Tantas cosas que te mostré, ¿tan genial que la pasamos y no recuerdas? Qué mala eres.

-Cállate, Daniel... -dije poniendo mis manos en su boca evitando así que continuara hablando- hay personas aquí y podían malinterpretar lo que acabas de decir.-Alejé mi mano cuando sentí que la besó.

-¿Daniel? O sea que si sabe mi nombre, señorita Watson-dijo esbozando una sonrisa de lado.

-Está bien- Dije dejando escapar un suspiro. Al verlo de nuevo, todas las imágenes de lo ocurrido la noche anterior se veían más claras. Ante mí, ahora estaba cupido. Qué triste ironía- creía que debía ignorar lo que pasó pero ya veo que contigo hablando todo el tiempo no puedo.

-Buena decisión, lo aceptaste rápido.-Se apartó un poco y metió sus manos en cada uno de los bolsillos de su pantalón- pensé que te tardarías más... así como te tardaste en ver mis señales.

-¿Quién en sus 5 sentidos creería que algo cómo eso? ¿Que tu...? bueno, en fin. ¿Qué es lo que quieres?- Me crucé de brazos, observándolo con frialdad.

-Ya te lo dije...-Expresó- debes ayudarme. ¿Lo harás?

-No-Negué de inmediato. A pesar de lo que me había mostrado y de todo lo que me había dicho, no había razón para ayudarlo. Nada me obligaba a hacerlo. Además me caía mal. En definitiva no le iba a brindar mi valiosa ayuda.

- ¿De verdad? Es una verdadera pena-Dijo, pero no se veía del todo decepcionado, al parecer se esperaba que me negara- siempre que le interesabas a un chico me preguntaba ¿pero este que le ve? Si es tan testaruda, aburrida y amargada... Luego terminaba en la misma conclusión, "humanos".

-Ja, ja, ja... que gracioso eres- dije irónicamente- si no lograste juntarme con nadie es porque no haces bien tu trabajo... ¿No te parece?

-¿Qué? Bueno... la verdad no soy muy bueno en esto.-Aceptó y en verdad me sorprendió que cediera, ya que desde que había llegado no hacía otra cosa que contradecirme- Pero aun así, nuestro trabajo no es obligar a la gente a que se quiera, eso va contra las reglas... simplemente hacemos que se encuentren personas indicadas en el momento indicado. Del resto se encargan ustedes. Es por eso que es tan difícil... ¿crees que necesitaría de tu ayuda si simplemente pudiera juntar a quien me venga en gana? Pues no.

Enamorada de cupidoWhere stories live. Discover now