Capítulo 60: Sensaciones

915 82 2
                                    

Seguía sentada en la banca, Daniel detrás de mí intentando atar mi cabello. La luna era testigo de mi sonrojo y la noche nos acompañaba con intensidad.

-¡Listo!- Dijo luego de un rato. Al parecer ya había terminado. Cuando pasé mis manos por mi cabello, pude darme cuenta de que este estaba atado. ¿Pero... cómo lo había hecho si yo no tenía ninguna liga o gancho para hacerlo? Me di cuenta entonces, cuando con mis dedos toqué el accesorio con el que había recogido mi cabello. Era una especie de horquilla para el cabello.

-Esto... - articulé lentamente mientras seguía tocando mi cabello.

-Cuando venía para acá, pasé por una tienda que vendía ese tipo de cosas.- Explicó observándome con curiosidad. Yo le devolvía una mirada algo escéptica- Imaginé que te quedaría perfecto. No me equivoqué.- Dejó escapar una sonrisa pícara y yo me ruboricé.

-¿De verdad? ¡Quiero verlo!- dije de inmediato mientras rápidamente lo quitaba de mi cabello. Lo observé y en efecto era una hermosa horquilla plateada decorada con algunas piedras azules de fantasía. Era otro hermoso regalo de Daniel, aparte del collar que también era lindo. Justo en ese momento pensé que a pesar de todo, Daniel parecía tener buen gusto.

-¡Emily!- escuché decir a Daniel, su voz de nuevo se escuchaba enojada, aunque no imaginaba por qué razón. En ese momento pensé que Daniel era de esa manera. En unos minutos parecía estar feliz, pero al otro ya estaba enojado. Era muy diferente a mí en ese aspecto. Totalmente.

-¿Qué? - pregunté inocentemente mientras seguía observando el hermoso objeto. A decir verdad no me había gustado principalmente porque era bonito, en lugar de eso me gustaba más porque me demostraba que Daniel pensaba en mí.

-¿Sabes cuánto demoré para recoger tu cabello? porque es la primera vez en mi vida que lo hago... ¿y tú lo desarmas en solo unos segundos?- se escuchaba en extremo enojado. Dejé de observar el hermoso accesorio y fijé mi vista en Daniel, quien efectivamente se veía enojado.

-¡Oh!- dije apenas dándome cuenta de lo que ocurría. Yo solo había tenido curiosidad por observar el objeto que no había pensado en eso. Daniel había recogido lenta y cuidadosamente mi cabello y yo había destrozado su valiosa hazaña- de verdad lo siento... es que tenía tantas ganas de observar lo que habías comprado para mí- intenté excusarme. Mi cabello de nuevo estaba suelto, y un poco desordenado.

-Sí, ya lo sé- dijo con gesto indiferente.

-¿Lo harías de nuevo?- pregunté ofreciéndole la horquilla. Aunque ya anticipaba su respuesta.

-No- negó rápidamente apartando su mirada de mí. Justo como yo había pensado. Él también podía ser orgulloso en algunas ocasiones.

-¿Por favor?- puse mirada de cachorro regañado. Tal vez algo como eso podía funcionar.

-¿Eso fue una pregunta?- dijo girándose para mirarme con escepticismo.

-Por favor- corregí.

-Está bien- suspiró- pero no creas que ahora te saldrá gratis.

-¿Ah, no?- pregunté mirándolo con el ceño fruncido, preguntándome que nueva cosa se le ocurriría. Siempre aprovechándose de situaciones como esta.

-No.- contestó seriamente.

-¿Qué quieres entonces?- pregunté fríamente. De no ser porque en realidad me sentía mal por haber desarmado mi cabello, ni siquiera hubiera formulado tal pregunta.

-Quiero que apartes en tu agenda el 24 para mí. Quiero tener una cita contigo ese día.- Dijo aquello de manera tan seria, que me di cuenta entonces que había estado pensando en ello desde antes. Generalmente el veinticuatro lo pasaba en familia, por ser una fecha especial. Me sorprendía saber que él supiera sobre esas fechas especiales, pero luego recordé que él me observaba desde antes de haber llegado al mundo humano y además de eso, ya llevaba seis meses convertido en un verdadero humano. En ese tiempo pudo haberse puesto al tanto de muchas cosas. Después de todo, incluso trabajaba como contador en una compañía, lo que ya daba mucho que decir.

Enamorada de cupidoWhere stories live. Discover now