Capítulo 48: Compatibles según... tú.

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Cuando llegué al parque de diversiones fue inevitable que vinieran a mi mente aquellos recuerdos que había querido dejar atrás. Me dirigí hasta la rueda de la fortuna donde hace unos años me quedé esperando a Lyan.

Cuando me acerqué más, me di cuenta de que Daniel ya estaba allí. Estaba sentado en una de las bancas. Me acerqué y cuando él me vio le sonreí.

-¿Has esperado mucho?- pregunté pensando en que quizás yo había llegado tarde.

-Para nada- dijo poniéndose de pie- estás muy linda, Emily.

-Gracias- respondí ruborizándome levemente- ¿Y bien? ¿Qué tienes que decirme?

-Algo muy importante pero puede esperar un rato más- en su rostro se marcaba una leve melancolía- ¿trajiste la foto?

-Sí- dije sacando de mi bolso la foto- aquí está.- se la di.

-Muy bien. - Dijo observándola y no pudiendo evitar sonreír al verla- De verdad que salí muy guapo.

-Si tú lo dices.- me crucé de brazos.

-Yo lo digo. Bien... vamos- dijo ofreciéndome su mano.

-Está bien- la tomé y pude sentir una vez más la calidez que solo él me brindaba.

Caminamos tomados de la mano mientras observábamos las atracciones que había en el parque. Todas realmente divertidas. Después de un rato Daniel me observó con una triste expresión fijando su vista en el collar.

-De verdad te queda muy lindo- lo agarró mirándolo más de cerca- ¿esto te recuerda a mí, verdad?

-Así es.- sonreí- Siempre que lo observo no puedo evitar pensar en ti.

-Eso es bueno...- lo soltó y fijó su vista en la mía- al menos esto se quedará contigo.

-¿Al menos eso? - Pregunté- ¿A qué te refieres?

-A qué nunca debes perderlo.-puso su mano en mi cabeza, desordenando mi cabello- El hecho de que lo uses y lo cuides tanto será muy importante para mí.

-Por supuesto que no lo perderé. - Agarré el collar fuertemente- es algo que tú me diste.

-Gracias.- dejó de acariciar mi cabello.

-Estás actuando muy extraño- dije tratando de adivinar lo que pasaba por su cabeza mientras yo volvía a arreglar mi cabello que él había despeinado.

-Me pregunto por qué... - dejó salir un leve suspiro- pero no me hagas caso. Por cierto... con respecto a lo de la apuesta que perdiste tengo otra petición.

-Está bien. ¿Cuál es?- fruncí el ceño imaginando qué cosa se le ocurriría. Como me arrepentía por haber perdido en aquella carrera.

-Quiero que me cuentes cosas sobre ti.-eso de verdad me cogió por sorpresa.- Tus gustos... tus disgustos... tu color favorito... quiero saber.

-Valla... eso es extraño... y ¿si no quiero decirte?- pregunté a pesar de saber que debido a que yo había perdido tenía que hacer lo que él dijera. Después de aquel día en el festival deportivo siempre me preguntaba qué me pediría y ahora que ya lo había hecho me preguntaba por qué había esperado hasta ahora... y por qué tenía curiosidad sobre mis gustos.

-Debes hacerlo... o ¿ya olvidaste que fuiste tú quien perdió en la carrera?- puso su mirada de presunción.

-Está bien... está bien. - después de todo yo también iba a hacer lo mismo si ganaba. Le iba a preguntar sobre las dudas que tenía sobre él- Te diré.

-Muy bien- sonrió- subámonos a la rueda de la fortuna y allí me cuentas.

-Está bien, pero... - recordé aquella vez en la que le costó reponerse después de haberse subido a ella- ¿que no te da mareo?

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora