Capítulo 69: Nuevo miembro del club

727 54 1
                                    

Luego de lo que le había dicho a Daniel, no tenía idea de cómo afrontaría la situación. Me sentí realmente devastada al dejar a Daniel en ese estado. Pero cuando pensaba en lo que ocurriría si no seguía adelante con eso, mi mente se aclaraba. Nunca había pasado por mi mente la idea de terminar con Daniel, lo amaba y ese amor crecía cada vez más. Tampoco tenía idea de lo que pasaría con mi vida luego de que Daniel se marchara pero pensar en eso solo me hacía entristecer más, así que decidí dejar eso de lado. Ya pensaría luego en la solución, si es que la había.
Recibí muchas llamadas de Daniel, lo cual sirvió para aliviarme un poco ya que eso indicaba que al menos de salud estaba bien, pero no contesté ninguna. También recibí mensajes y no respondí. Pasó por mi mente la idea de decirle la verdad, de decirle que todo era mentira y que yo solo lo hacía para salvar su vida. La idea de decirle que tenía que regresar a su anterior vida. Que sólo así estaría a salvo, pero lo conocía muy bien y Gregory también. Es por eso que a él tampoco se le había ocurrido decirle. Imaginaba a Daniel diciendo que no regresaría, que a pesar de todo se quedaría conmigo. Yo no tenía el mismo valor que él. El valor de perderlo definitivamente. Por esa razón él tenía que seguir pensando que yo no lo amaba, para que Gregory pudiera convencerlo de regresar.
-Emily...- Me llamó Daniel cuando nos encontramos en la universidad. Yo iba camino a la práctica de voleibol- necesitamos hablar.
-Creo que ya todo quedó claro entre nosotros.- contesté con frialdad. Odiaba dirigirme a él con ese tipo de gesto, pero ahora resultaba necesario.
-No es así. Sabes que no es así.- Dijo levemente disgustado.
-Lo siento, pero tengo que apresurarme para la práctica. - me giré e intenté seguir caminando con rapidez para alejarme de él lo más pronto posible.
-Emily...- me tomó del brazo haciendo que me detuviera al instante. Sentir sus manos en mi piel solo me hacía estremecer, pero esperaba que él no lo notara.
-¿Que no escuchaste que no quiere hablar contigo?- Dylan apareció delante de nosotros y aproveché el momento para zafarme de Daniel. Dylan y él no se llevaban para nada bien, y eso bastaba para presagiar que nada bueno resultaría en ese momento si la situación seguía así.
-¿Quién rayos te crees que eres para entrometerte? - Dijo Daniel fulminado a Dylan con la mirada- Esto es entre ella y yo. - Daniel intentó acercarse de nuevo a mí, pero Dylan se puso en la mitad.
-Me parece que ella no quiere hablar contigo.- respondió.
-¡Que ese no es tu problema!- dijo Daniel fríamente- ¿Por qué no te largas de una vez?
-Me largaré pero me la llevaré a ella conmigo.- Contestó Dylan guiñándome un ojo.
-No te atrevas a ponerle un dedo encima.- Expresó Daniel al parecer perdiendo la poca paciencia que le quedaba. Dylan lo miraba de manera desafiante.
-Puedo atreverme a mucho más que eso.- Dijo soltando una risa malvada. Que dijera eso no me gustaba nada, pero sabía que a Daniel le disgustaba aún más. Si lo que Dylan quería era ofender a Daniel, con ese comentario lo había logrado a gran intensidad.
Los ojos de Daniel ardían en fuego. Violentamente se acercó a Dylan dispuesto a propinarle una golpiza pero yo me interpuse antes de que lo hiciera. Lo último que quería era que algo como eso ocurriera.
-Daniel...- En ese momento, puse mis manos en su pecho para que se detuviera, él dirigió su mirada a mí y se calmó. Aparté de inmediato mis manos de él y proseguí- Lo de nosotros... Ya se acabó y no quiero hablar más de eso. Debo ir a la práctica. Por favor déjame en paz.
-Ya la oíste...- Dijo Dylan levantando una ceja. Daniel me miró aparentemente decepcionado, pero yo aparté la mirada y seguí mi camino hacia el club.
-Vamos, Dylan.- Dije antes de que pudieran iniciar con otra discusión que sí acabara en pelea.
-Como gustes, preciosa.

Me dirigí a la práctica sin contestar ninguna de las preguntas que me hacía Dylan sobre Daniel. No quería hablar sobre ello. Solo esperaba que Gregory estuviera haciendo un buen trabajo convenciendo a Daniel de volver. No estaba segura de cuánto tiempo más aguantaría esa situación.

Durante los días que le siguieron a ese, yo no hacía otra cosa más que evitar encuentros casuales con Daniel. No tenía forma de comunicarme con Gregory, pero posiblemente no estaría haciendo un buen trabajo convenciendo a Daniel de volver, pues aún lo seguía viendo en la universidad en diversas oportunidades.
Días después, ya no seguía recibiendo constantes llamadas de Daniel, ni tampoco mensajes. Me preguntaba si al fin habría creído mis palabras y había tomado la decisión de regresar a su anterior vida. Instintivamente lo buscaba en los pasillos de la universidad pero no lo veía. Podía deberse a que nuestros horarios eran diferentes, pero quería pensar que Gregory lo había convencido y se había ido. A quien engaño... tampoco quería eso, pero resulta que en ese momento no se trataba de lo que yo quería sino de lo que era mejor para Daniel.
Un martes, me dirigí como solía hacerlo a la práctica de voleibol en el club. Fui a los vestidores y me cambié poniéndome la ropa de entrenamiento. Salí y me uní al grupo de compañeros con los que generalmente me reunía.
-Antes de comenzar la práctica de hoy, debo hacer un anuncio, chicos. - Dijo el entrenador con voz alta. Todos dirigimos nuestra atención a él y mi sorpresa fue enorme cuando vi que a su lado se encontraba Daniel, usando ropa de práctica.
Las chicas clavaron de inmediato su vista en él, y muchas murmuraban cosas que solo me hacían enojar.
-Un nuevo integrante se unirá a nosotros. Su nombre es Daniel Robbs, de la facultad de negocios.- prosiguió el entrenador y los murmullos por parte de los chicos también se hicieron presentes. Miré a Daniel tratando de adivinar lo que tramaba al inscribirse a este club, pero él solo miraba al frente con seriedad. Y en algunas ocasiones sonreía a las chicas que no dejaban de hacerles cumplidos, cosa que me molestaba aún más.
-¿Qué rayos hace él aquí? - preguntó Dylan. Yo me hacía la misma pregunta debido a que Daniel estaba en primer semestre. Según las reglas del club, solo podían unirse estudiantes de tercer semestre en adelante. ¿Entonces qué hacía él ahí en ese momento?
-Ya lo dije, Dylan. Desde ahora es un nuevo integrante.- respondió el entrenador sin poder ocultar la alegría que eso le causaba, aunque yo me preguntaba por qué le alegraba tanto.
-Pero es de primer semestre, las reglas...- Prosiguió Dylan. Daniel lo miraba con una sonrisa nada amigable.
-Sé perfectamente lo que dicen las reglas. Yo las diseñé y yo puedo modificarlas. - Dijo seriamente el entrenador Calahan, aparentemente perdiendo la paciencia por las tantas intervenciones de Dylan.
-¿Por qué modificaría las reglas solo por él?- Preguntó con impaciencia y frialdad.
-Ya lo verás.- Calahan sonrió abiertamente mirando a Dylan. Luego dirigió la mirada al resto de nosotros y prosiguió en voz alta.- El día de hoy haremos un juego de práctica. Solo los chicos jugarán. Las chicas observarán. Dylan y Daniel escogerán a su equipo.
No estaba segura de lo que estaba tramando Daniel al unirse al club, pero él y Dylan cerca, solo indicaba desastre. Por otro lado, Daniel nunca había mencionado que fuera bueno jugando voleibol, o al menos que supiera jugarlo.
El resto de las chicas y yo, nos sentamos en las gradas a observar. Muchas de ellas gritaban el nombre de Daniel para darle apoyo cuando apenas acababan de conocerlo. Mi sangre comenzaba a hervir al escucharlas, pero tenía que calmarme. No podía mencionar ni reprochar nada, ya no tenía el derecho de hacerlo. Daniel y Dylan escogieron cada uno a los miembros de su respectivo equipo. Me sorprendió que Daniel escogiera a Gleen, su complexión no es lo que llamarían atlética, por lo general se la pasa comiendo en los pasillos. Aunque cuando se pone serio, juega bien. Por otro lado, dudaba que Daniel conociera siquiera a los chicos que conformaban su equipo, eso lo explicaba.
-Bien. Que comience el juego- Dijo el entrenador quien hacía de juez principal en el partido. El juego comenzó y Daniel estuvo alineado en principio en posición de defensa. A medida que el juego avanzaba, pude darme cuenta de que Daniel era realmente bueno. Mientras estuvo en posición de defensa no dejó que una sola pelota enemiga, cayera en su territorio. Sus remates habían sido en general, acertados... bueno, algunos de ellos fueron arruinados por Dylan quien también hacía un buen trabajo. Cuando tuvo que hacer saques, los hacía muy bien. Y en general muchas otras jugadas hicieron que destacara. No fui la única que lo notó. El partido se tornó tan emocionante que incluso estudiantes que no pertenecían al club se pusieron a observar. Pronto, Daniel ganó gran cantidad de apoyo por parte de los que miraban el partido. Dylan lo hacía muy bien también, era por eso que el partido estaba tan reñido. Sin embargo, al final el equipo de Daniel terminó por ganar, lo que generó una gran cantidad de aplausos y por otro lado la ira que Dylan no pudo ocultar.
-Eso es a lo que me refería- Dijo el entrenador con una enorme sonrisa contestando a la anterior pregunta de Dylan. Este solo miraba a Daniel con una obvia mirada de molestia. "acabas de ganarte un enemigo" eso decía su mirada. "No me interesa" decía la mirada de Daniel "Quiero patatas" decía la mirada de Gleen. - ese potencial no se puede desperdiciar. Es por eso que aunque sea de primero, debe pertenecer a este club. Esa es la energía que necesito de ustedes, chicos.- Dijo mirando a todos los miembros del club, luego sólo se dirigió a Daniel quien en ese momento secaba su sudor con una toalla. Por la mirada de algunas chicas, muchas de ellas desearían ser esa toalla... Yo no claro, esperen... Dejemos de hablar de toallas.- Bien hecho, Robbs.
-Gracias, entrenador.- Respondió Daniel con una sonrisa. Mi corazón dio un vuelco al verlo sonreír, ya que había pasado algún tiempo desde la última vez que lo había visto.
-Entonces... ¿Cuento contigo para mañana?- Expresó el entrenador dándole la mano a Daniel.
-Por supuesto. No faltaré.- Respondió al gesto. Posteriormente los que habían jugado se dirigieron a los vestidores y los espectadores iban saliendo del amplio salón. Pronto, solo quedaban allí algunas chicas, miembros del club y Daniel quien también se dirigía a los vestidores.
-¿Qué rayos estás haciendo aquí?- Dije interponiéndome en su camino. Tenía que saber por qué había decidido unirse. Qué era lo que quería y si eso tenía algo que ver conmigo.
-Lo mismo que tú, supongo.- Dijo apenas mirándome mientras colgaba la toalla en su hombro.
-No me vengas con esas estupideces.- hablé indignada. Indignada porque alguien como él fuera tan bueno en un deporte en el que apenas se había empezado a interesar, si es que de verdad estaba interesado. De no ser así, era aún peor- Debes estar tramando algo, a ti nunca te interesó este deporte.
-Antes no había nada que me interesara de él. Ahora sí.- respondió atravesándome con la mirada. Una oleada de calor recorrió mi cuerpo al sentir su penetrante mirada sobre mí.
-¿Me dirás qué pretendes?- pregunté cruzándome de brazos y mirándolo con desafío.
-¿Me dirás lo que pretendes tú?- preguntó frunciendo el ceño. No esperaba que dijera eso. Aquello solo quería decir que aún seguía dudando sobre todo lo que yo le había dicho.
-Yo no pretendo nada.- respondí sin titubear, cosa que me costó mucho. Él se limitó a sonreír con incredulidad.
-Debes hacerlo. Diciéndome toda esa sarta de mentiras.
-Que no son...
-¡Daniel!- gritó Jess, una chica que también es miembro del club. No recuerdo a qué facultad pertenece. Nunca me he llevado bien con ella, suele ser una de las chicas que me fulmina con la mirada cada vez que Dylan me da una indicación. Es una chica alta, cabello rojizo, ojos de color gris y aunque ahora me costara aceptarlo, ella también era muy buena en el voleibol. Una vez escuché decir a Dylan que ella había ganado el campeonato estatal durante dos años seguidos.
-¿Sí?- Giró Daniel y luego le sonrió con familiaridad.
-Solo quería decirte que eres bienvenido al club. De verdad me encanta que hayas decidido unirte. - Por la manera en qué ella se dirigía a él y la forma en que él la miraba no pude evitar pensar que ya se conocían de antes.
-Ustedes... ¿Se conocen?- Me dejé llevar y solté la pregunta sin pensar. Se suponía que ya nada de la vida de Daniel me interesaba. Al menos él tenía que pensar eso, "lo estás haciendo mal, Emily" me dije.
-Nos hemos visto un par de veces, sí... - respondió ella sonriendo con picardía. Ni siquiera me miraba a mí, no dejaba de clavar su molesta vista en Daniel- Aunque ahora nos veremos más seguido ¿verdad?
-Eso parece.- respondió él indiferente.
-Ustedes. ¿Están saliendo?- preguntó ella, ahora sí posando su vista en mí. Me dispuse a responder, pero Daniel se me adelantó.
-No... No lo estamos. - Aunque esa era la respuesta correcta, no esperaba que él la dijera. Y peor aún, que la dijera de manera tan casual.
-Pero... Salían antes, ¿no?- insistió ella, era obvio que quería la información completa.
-Si.- respondió Daniel mirándome con calidez- Fueron buenos tiempos...- Suspiró- luego de eso, alguien aparentemente descubrió que sus sentimientos cambiaron... Aunque eso sea la patraña más grande que haya escuchado.
-No... Comprendo...- admitió Jess confundida.
-No importa. Ya no viene al caso.- le respondió él rápidamente.
-Bueno... De todas maneras es un alivio que ya no salgan.- sonrió acercándose a él para propinarle un beso en la mejilla- Nos vemos mañana, Daniel.
-Nos vemos.- se despidió él.
-¿Me puedes decir qué demonios significa eso que acabas de decir?- dije cuando ella se hubo alejado.
-Significa que no descansaré hasta que me digas la verdad.- me miró ceñudo- Sé que hay algo detrás de todo esto. No puedo tragarme ese cuento de que tú ya no... - carraspeó- En fin, lo averiguaré.
-No hay nada que averiguar, ya he dicho lo que tenía que decir. - respondí con firmeza.
-No lo creo, después de todo aún no me lo dices mirándome a los ojos.- Me observó fijamente, no resistí más y desvié la mirada.
-Porque no es necesario.- puntualicé.
-Para mí lo es. Sin embargo, no quiero ser una molestia para ti. Por ahora te haré caso y fingiré que lo nuestro acabó.- miró a lo lejos.
-¿Que se supone que significa eso?- cuestioné confundida.
-Significa que cada quien puede hacer su vida cómo y con quien le plazca... ¿No era eso lo que querías?- me miró como si me exigiera una explicación. Una que yo no le iba a dar.
-Lo que quiero es que creas lo que te digo y regreses a tu mundo.- Solté impaciente.
-El día que decida regresar a mi mundo, será porque esté convencido de que ya no me amas, de que ya no me quieras en tu vida. Sé que eso no pasará así que no regresaré. - suspiró aparentemente cansado- Pero tampoco puedo obligarte a que sigas conmigo si no quieres... Sé que algo te detiene... Y no sé por qué no quieres decirme. Aún no me trago eso de que te gusta alguien más. Lo averiguaré, Emily. De una u otra forma lo haré.
-¿Es por eso que decidiste unirte a este club? ¿Para conseguir esa información? Si ese es el caso pierdes tu tiempo... Porque tal información no existe. Todo lo que te dije es verdad.
-No me uní para eso.- negó firmemente.
-¿Entonces?- pregunté.
-No lo sé...- se encogió de hombros- Quizás por...- miró hacia arriba buscando en su mente.- ¿Diversión?
-No me como ese cuento.- dije entornando los ojos.
-Bienvenida a mi mundo. - sonrió sin calidez- Yo tampoco me como el tuyo.
-De verdad espero que me creas.- Dije esperando que sonara con más seguridad.
-Tal vez deba sentarse, señorita. Puede cansarse estando de pie.- Dijo irónicamente- Nos vemos mañana, Watson.
-¿Watson?- pregunté ante su cambio repentino.
-Sí... Si ya no te gusto tampoco te gustará que te llame por tu nombre, ¿verdad? Al fin y al cabo ya no somos nada.- No tenía idea de lo que pasaba por su mente. Obviamente no me creía, pero entonces ¿por qué aceptar nuestra ruptura de esa manera tan indiferente? ¿De qué forma pensaba averiguar que lo que yo había dicho era mentira? Si su intención era hacer que yo misma lo confesara, no lo iba a conseguir. Yo tenía que seguir tratando de convencerlo de los "cambios en mis sentimientos".
-Estoy de acuerdo.- concluí.
-Genial... Entonces, hasta mañana, Watson.
Se despidió dirigiéndose a los vestidores, yo también lo hice dirigiéndome al de las chicas y posteriormente me cambié de ropa. Tomé mi bolso y me dirigí a la salida. Mi corazón seguía sin dejar de latir alocadamente. Después de un tiempo que parecía eterno, había estado alejada de Daniel y ahora lo iba a tener cerca de nuevo. Por otro lado, no estaba segura de si eso había sido bueno o malo. Mi corazón no dejaba de decir que era bueno, pero en ocasiones hay que prestarle más atención a la cabeza, y esta me decía que eso no estaba bien. Este día comprobé que Gregory no estaba haciendo bien su labor, yo no esperaba que Daniel decidiera marcharse tan rápido, sabía que iba a ser difícil pero al menos esperaba que para estas alturas, Daniel al menos estuviera analizando la posibilidad de regresar, cosa que obviamente no hacía. Me preocupaba también la actitud de Daniel. Y mi incomodidad aumentaba cuando pensaba en él y en Jess. Se estaban volviendo tan cercanos que me incomodaba. Deseaba que mi incomodidad no se hiciera notoria, o que al menos Daniel no lo notara. Ya dudaba demasiado de lo que yo había dicho como para que ahora lo terminara de comprobar.
Los días en el club se volverían interesantes de ahora en adelante, estaba segura de ello. Y también nerviosa por ello.

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora