[15]

3.4K 675 101
                                    

Jimin giró hacia Taehyung cuando lo escuchó suspirar por enésima vez. Desde que el chico había tenido una alucinante tarde donde Jungkook lo había invitado a ser modelo, algo parecía no estar bien en él. Park, en realidad, no lo entendía. Había visto el entusiasmo en ojos de su amigo cuando le había comentado con lujo de detalles el increíble día que había tenido dentro de la empresa de la familia de Jungkook, sin embargo, su voz se apagó al final del relato y su mirada se volvió distante, como si su gran día hubiera terminado en nada. O peor que eso.

Odiaba verlo así. Sobre todo, odiaba no saber cómo animarlo. Taehyung era una persona sencilla que no necesitaba de grandes esfuerzos para sonreír, por lo que era deprimente verlo tan ido. Jimin comenzaba a pensar que su amor unilateral estaba pasándole la cuenta, pero tampoco quería obligarlo a poner un alto. ¿Acaso eso no sería desconsiderado con sus sentimientos y elecciones? Prefería imaginar que Kim sabría el momento exacto en que debía renunciar antes de que no encontrara retorno.

Pero dudaba de ello, claro.

―¿Qué tanto dibujas? ―preguntó Jimin, mirando por sobre el hombro de su mejor amigo para inspeccionar su cuaderno―. Es un bonito cerdo ―halagó, queriendo animarlo.

―Es Tannie ―corrigió, haciendo una mueca con los labios―. ¡Es un perro, Jimin!

―Tannie no está tan gordo ―frunció el ceño, girando hacia el perro que descansaba en el sofá―. Yo, en tu lugar, me sentiría ofendido ―pero Tannie solo movió la cola y volvió a acomodarse.

―¿Es tu forma de animarme? ―se quejó, frunciendo sus labios.

―Lo siento ―se sentó a su lado, enseñando una sonrisa apenada―. ¿Por qué has dibujado a Tannie?

―Estoy practicando ―garabateó en su libreta, desanimado―. Sabes que debo incluir ilustraciones en mi proyecto final.

―Sí... no creo que sea tu fuerte ―dijo lo más amablemente posible, pero se sintió culpable cuando su amigo volvió a suspirar―. Dijiste que Jungkook te pagó por modelar. ¿Por qué no inviertes ese dinero en tu proyecto final? Estoy seguro de que encontrarás a un ilustrador decente.

―Es una opción ―murmuró―. Pero nunca había tenido tanto dinero de sobra, hasta me apena gastarlo ―hizo un puchero―. Debería guardarlo para regalos de navidad.

―Apenas empezamos octubre.

―Entonces, debería guardar para tu cumpleaños ―señaló.

―No necesito que gastes tanto en mí, con que pagues el almuerzo me basta ―aseguró, pero Taehyung negó fuertemente con la cabeza, recostándola después sobre su hombro―. ¿Qué pasa, Taehyunggie? ―preguntó, acariciando sus cabellos―. ¿Qué puedo hacer o decir para animarte?

―Me siento un poco ansioso ―confesó en un murmullo―. Sabes que conseguí el número de Jungkook ese día, ¿cierto? Cada vez que tomo mi celular, me dan ganas de escribirle, incluso si no tengo nada importante que decirle.

―No es necesario que tengas algo importante que decir ―lo tranquilizó―. Cuando nos gusta alguien, queremos tanto extender el tiempo juntos, que incluso hablamos de lo más trivial.

―Correcto ―frotó sus ojos con cansancio―. Pero, Minie, no debo mostrar tanto interés en Jungkook, incluso si lo siento ―suspiró―. Él tiene novia y ya está.

―Entonces, da un paso atrás y deja de martirizarte.

―No quiero.

―¡Pero tienes que llegar a una respuesta, Taehyung! ―Jimin se separó de él, buscando su rostro―. ¿Acaso vas a seguir deshaciéndote en suspiros por él, pensando en lo lamentable que eres por tener un amor no correspondido? Eso no es sano.

―¿Debería salir con otras personas? ―preguntó, mirando sus manos―. Pero no quiero hacer eso, sería engañarme a mí mismo. No exijo que Jungkook me vea como un interés amoroso, pero... no sé, al menos me gustaría ser su amigo.

―Ya sabemos que eres masoquista ―bufó. Kim se limitó a encogerse de hombros, sin darle importancia―. Me dijiste que Jungkook te debe un favor.

―Ahá. Le pedí que me llamara hyung, pero no quiso ―hizo un puchero―. ¿Cómo incluso eso es difícil? Siento que terminó por alzar un muro gigante entre nosotros. No le pedí que me llamara su novio, solo hyung, solo... algo un poquito más cercano, ¿sabes? ¿Estaba pidiendo demasiado?

―Oh, Tae... ―Jimin agitó sus cabellos, buscando como subirle el ánimo―. Jungkook es ilustrador. Dile que te ayude en tu proyecto para pagarte el favor ―Taehyung lo miró, meditabundo―. Se negó una vez, ¿cierto? Pero ahora hay un favor de por medio, creo que podría cambiar de parecer ―y enseñó una sonrisa torcida―. ¿Quién sabe? Quizás todo salga a tu favor y termines pasando más tiempo con él. Como mínimo, al menos tendrás una excusa para charlar con él.

―Yo... podría intentarlo ―admitió, un poco más animoso―. ¿Crees que estoy siendo desconsiderado con Jiho al querer pasar tiempo con su novio?

―No planeas hacer acercamientos con él, ¿no? ―señaló―. Mientras actúes como un amigo, no creo que esa chica se moleste contigo.

―Sí... tal vez ―musitó, buscando su celular en su bolsillo.

Entonces, solo quedaba probar suerte. Y, mentalmente, se disculparía con Jiho por ser lo suficientemente ambicioso como para querer tener un poco del tiempo de Jungkook.

 Y, mentalmente, se disculparía con Jiho por ser lo suficientemente ambicioso como para querer tener un poco del tiempo de Jungkook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hoy somos azul [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora