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Jungkook estaba de mal humor. Jiho lo había visto levantarse y sentarse al menos unas cien veces desde que llegó. Se paseaba por el departamento en todas las direcciones, caminando en círculos, y después suspiraba con frustración para encerrarse en su taller, pero nunca permanecía demasiado tiempo ahí. Las manchas de pintura azul en sus manos aumentaban con el paso de los minutos, pero su expresión no había cambiado. Usualmente, su amigo no se caracterizaba por ser un cascarrabias por mucho que el resto pensara así de él. Sí, Jungkook no daba lo que se decía una buena impresión, pero, en el fondo, era más como un caramelo. Tan serio como se mostraba, era, de hecho, increíblemente dulce. Y, antes de que cayera la noche, su comportamiento acabó por inquietarla también a ella. Jungkook la había mirado en variadas ocasiones, mostrando ademanes de querer comenzar una conversación, pero lo había visto cerrar la boca de inmediato para luego darse la vuelta, cabizbajo.

Y así no era Jungkook.

―¿Hay algo que quieras decirme? ―finalmente se atrevió a preguntar cuando su amigo volvió a salir de su taller con una mancha de pintura azul en el rostro―. Si tu cabeza no puede darte una solución, estoy dispuesta a buscarla por ti ―aseguró, cerrando su libro. Intentó mostrarse lo más confiable posible mientras daba palmaditas en el sitio junto a ella.

―No necesito una solución ―respondió de malagana, pero aún así tomó asiento en el sofá―. Hoy pasó algo malo.

―Uhm... ―Jiho acarició el lomo de su libro, sintiéndose nerviosa de repente. Jungkook no tendía a traer malas noticias tampoco―. Desde secundaria que no te metes en problemas.

―¡No fui yo quien se metió en un problema! ―se defendió. Jiho lo miró sorprendida ante lo susceptible que estaba actuando―. Lo siento, no debí responder tan a la defensiva, pero... ―revolvió sus cabellos, frustrado―. ¡Ese maldito Taehyung!

―Cariño ―dio una palmadita en su mano antes de envolverla, intentando calmarlo―. ¿Qué pasó con Taehyung? Sé que te hizo enojar la última vez, pero, aquí entre nos, no tuviste una buena razón para molestarte, así que no quiero que lo maldigas así ―razonó, pero solo obtuvo una mirada extraña del menor―. ¿Qué?

―¿Por qué te pones de su lado?

―Jungkook...

―¡Él se comportó mal!

―Dijo que yo no soy buena para ti. Ese es un hecho, Jungkook ―señaló en un suspiro cansino―. Ya supéralo y perdónalo. Deberías estar feliz de que alguien se preocupe por ti ―y el rostro del menor enrojeció al escuchar eso último―. ¿Qué?

―¿Al menos sabes por qué se preocupa por mí? ―cuestionó. Jiho por primera vez tuvo un presentimiento sobre qué estaba pasando por su cabeza―. Fue a buscarme hoy, noona. Taehyung no solo insistió en seguirme, ¡sino que incluso dijo que le gusto!

―Oh.

Jungkook frunció el ceño. Quizás su relación con Jiho no era la "típica" relación, pero esperaba una reacción mejor que esa. ¿Exactamente qué significaba oh?

―Espera, ¿de verdad no lo sabías? ―reaccionó la chica, sorprendida.

―¿¡Tú sí!?

―Jungkook, Taehyung es... bien, él no es muy sutil, ¿sabes? ―y rio en voz baja―. Sus ojos brillan cuando se encuentra contigo. Si no pudiste verlo por ti mismo, es simplemente porque te cerraste a la idea. ¿De verdad te parece tan increíble que alguien se fije genuinamente en ti?

―Pero yo... pero nosotros...

―No ―Jiho negó con la cabeza―. No me metas a mí en esto. Sé que estamos juntos, pero sabes que eso no es más que una formalidad. No me amas, Jungkook.

―Sí lo hago ―contradijo de inmediato.

―No como una mujer ―y dio un golpecito en su frente―. Y Taehyung... él es diferente para ti, lo sé. ¿No te lo dije antes? Igual eres diferente cuando estás con él.

―No es así.

―Jungkook, basta, no me hagas señalar lo evidente ―dijo con disgusto, pero el menor agitó la cabeza, negándose a escuchar―. Te sientes atraído por Taehyung. Incluso desde el primer día, ¡tus ojos no han dejado de mirarlo a él! ―señaló, tomándolo por los hombros―. Soy quien mejor te conoce, ¿de verdad crees que no me daría cuenta? ¿Realmente pensaste que no noté todas esas veces que, mientras esperabas por mí, tus ojos miraron con curiosidad en dirección a Taehyung?

―¿Q-qué estás...? ¿qué estás diciendo? ―balbuceó. Jiho se mostró seria―. ¿¡Cómo pudiste permitir que se acercara a nosotros sabiendo eso? ―luego explotó, alarmado―. ¡Es cierto! ¡Lo he mirado desde el primer día de clases, pero eso no significa nada! ―apartó las manos de su amiga, levantándose―. Solo lo miré porque me pareció lindo. ¡Solo lo miré porque su sonrisa era linda!

―Y en el pasado, ¿cuántas veces buscaste a alguien con la mirada o dijiste en voz alta que una persona te parecía linda? ―cuestionó con amargura. Jungkook dio un paso atrás al verla ponerse de pie―. Deja de engañarte, tonto. Sabía que, mientras estuvieras junto a mí, jamás darías un paso hacia alguien más. ¿Es que acaso no lo entiendes? La única razón por la que elegí a Taehyung, fue para darte una excusa para que te acercaras a él.

―¿Qué...?

―¡Desde esa maldita publicación, no he intentado más que unirlos! ―confesó, frustrada―. ¡Si las cosas resultan como quieres, solo debes aferrarte a ello y no apartar la mirada!

―¿Estás loca? ―Jungkook tensó la mandíbula de enojo―. ¡No te pedí que hicieras esto por mí! ¡Jamás ha estado en mis planes salir con él, así que no tenías que intentar juntarnos!

―¿Y entonces qué? ¿Planeas seguir aferrándote a esto? ―señaló entre ambos, triste―. Las personas jamás mintieron al decir que esto no es bueno, Jungkook.

―Eres mi mejor amiga.

―Y, como tu mejor amiga, quiero que seas feliz con alguien que realmente te gusta.

―¡Solo te necesito a ti! ¡Solo te tengo a ti!

―Pequeño tonto... ―Jiho tocó su mejilla con dulzura, mirándolo con dolor―. Desde hace años, dejé de estar solo yo en tu corazón. ¿Qué solo me tienes a mí? Eso es pasado, Jungkook ―dijo con claridad―. No vuelvas a decir palabras desconsideradas para quienes hoy velan por ti.

Jiho lo soltó, tomando su libro. Jungkook, nervioso, intentó comprender por qué su amiga de repente estaba actuando así. Siempre habían sido el uno para el otro. Durante toda su vida, solo habían podido confiar en el otro. Entonces, ¿por qué ahora ella se estaba retractando?

―Piensa seriamente en los sentimientos de Taehyung, Jungkook ―pidió la chica, abriendo la puerta―. Pero, sobre todo, piensa en tus propios sentimientos. ¿Respecto a mí? Jamás tuve lugar en esa ecuación.

Jiho cerró la puerta, sin permitirle hablar. Apoyándose contra esta, miró el techo, sintiendo sus ojos picar. Si le hubieran dicho que desear la felicidad de la persona que más amaba en el mundo la haría sentir tan solitaria, ¿habría dado marcha atrás en su plan? Jiho negó con la cabeza, al tanto de la verdad: desde un principio, su única opción había sido renunciar.

 Si le hubieran dicho que desear la felicidad de la persona que más amaba en el mundo la haría sentir tan solitaria, ¿habría dado marcha atrás en su plan? Jiho negó con la cabeza, al tanto de la verdad: desde un principio, su única opción había si...

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Hoy somos azul [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora