O4 :: Aléjate

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— No puedo creer que no tengamos a nadie que ver el día de San Valentín. — Le dijo Lee a su madre.

Era el 14 de Febrero, día de San Valentín de 2006. Jeno se había reunido en la tarde para charlar con su mamá, era su única amiga. Compraron un par de sándwiches y se sentaron en una banca del parque público.

— Yo estoy vieja, cariño, tú eres el que debería salir con alguien. ¿Qué pasó con esa chica? ¿Yeri? ¿Yeji?

— Hace tiempo terminamos, madre, no fue nada... ¿Por qué traes este libro? — Jeno intentó cambiar el tema.

— No es nada, es de tu padre. — Ambos se dieron cuenta que mutuamente intentaban evadir las preguntas de sus amores pasados.

— Tenía entendido de que no te gustaba leer.

— Bueno... Cuando murió tu padre fue muy duro, aún lo sigue siendo. Al tocar sus libros es como si aún estuviera conmigo, sabiendo que recorrió las mismas páginas y leyó las mismas palabras.

Ambos sonrieron recordando al padre de Jeno, con sus charlas divertidas y su biblioteca inmensa. Repentinamente ocurrió un accidente en la calle, justo al frente de ellos. Un autobús había atropellado a un chico.

Lee salió corriendo hacia la calle, al mismo tiempo que llamaba a emergencias. El chico en verdad se veía muy lastimado. Jeno le tomó el pulso, estaba débil pero vivo. Hizo todo lo que pudo y la ambulancia llegó rápidamente, lo subieron en una camilla.

Jeno no tenía que hacerlo pero se fue en la ambulancia. El paramédico y la enfermera comenzaron su trabajo mientras el conductor aceleraba entre el tráfico. Llegaron pronto pero lastimosamente el chico falleció al entrar al hospital.

Por alguna razón Jeno se sentía culpable por la muerte de ese chico... Aún sabiendo que él no tenía nada que ver porque fue un accidente de tránsito. Que Lee haya estado cerca no significa que tenía que salvar su vida, pero igual se sentía fracasado.

Se sentó en una de las sillas en la sala de espera. Todo esto era demasiado que asimilar para un primer día de trabajo, tan solo esta mañana había ocurrido algo así... ya alguien había muerto frente a sus ojos.

Jeno tenía la cabeza apoyada sobre sus manos, se sentía abrumado. Donghyuck pasó por ahí ya que aún estaba en turno. Ambos se habían conocido esa misma mañana, eran compañeros médicos en el piso tres.

— Jeno... — Dijo sentándose a su lado. — Me enteré del accidente de tránsito. — Jeno asintió con la cabeza, aún mirando al piso. — El paramédico dijo que se esforzó con el chico.

— Y todo el esfuerzo fue para nada. — Jeno sonaba destrozado. 

— No puedes culparte por esto. — Donghyuck puso una mano en la espalda de Jeno.

— Es mi primer día de trabajo y ya dejé morir a alguien, Donghyuck. Quizás este no sea un trabajo para mí, debí ser bailarín o algo.

— Te contaré nuestro secreto para sobrevivir con este empleo. Tómalo como un consejo por experiencia... En tu día libre aléjate de este hospital tanto como puedas.

— ¿Alejarme?

— Sí. Vete a un lugar donde te sientas completamente libre, lejos de esta ciudad y de todo. ¿Entiendes lo que te digo?

Jeno pensó de inmediato en la casa del lago, no era demasiado lejos y en verdad se sentía bien estando allí. No estaría mal ir de vez en cuando... Ademas, de seguro nadie se ha mudado aún. Lee sonrió y asintió con la cabeza, Donghyuck siguió con su trabajo.























— editada 11 nov 2021

a través del tiempo | nomin Where stories live. Discover now