55 :: Presente

429 85 1
                                    

A un beso le siguió otro y otro y luego otro más. Habían esperado demasiado tiempo por esto, tenían que recompensar todos los besos que la distancia impidió en el pasado.

Después de un manojo de besos ambos se detuvieron, calmándose un poco. Aún sin saber qué decir, se quedaron mirándose a los ojos con ternura y con un par de sonrisas en sus rostros.

Esto estaba pasando en serio. Na Jaemin y Lee Jeno se encontraban en el mismo instante... ni dos años muy pronto, ni dos años muy tarde. Al fin esto era real.

— ...gracias por no ir a ese parque en 2006, gracias por esperar dos años más. — Dijo Lee con ganas de llorar.

— Dos años no es nada sabiendo que ahora puedo tenerte toda una vida, Nono. — Dijo Jaemin con una sonrisa para luego besar a Jeno de nuevo.

— Nana... Te amo. — Dijo Jeno separándose del beso. — Había esperado mucho tiempo para decirlo en persona.

— Yo también te amo, Nono. — Dijo Jaemin poniendo una mano en la mejilla de Jeno. — Por fin logramos vencer al tiempo.

— Siento que después de pasar por todo esto ya nada podrá separarnos nunca. — Dijo Lee riendo y haciendo que Jaemin también riera.

— Tienes razón... no creo nunca haber llorado tanto por alguien, ¿sabes?

— Lo mismo digo, mis lágrimas hubiera alcanzado a llenar tres mares. — Le respondió Jeno. — Perdón por alejarme de ti... solo quería salvar tu vida y eso.

— Lo sé, te perdono. — Dijo Jaemin con una sonrisa. — Alejarte por hacer que yo sobreviviera... en verdad eres la persona más fuerte que conozco, Lee Jeno.

— Esperar otros dos años por volver a verme... en verdad eres la persona más paciente que conozco, Na Jaemin. — Ambos rieron dulcemente.

— Oh, casi lo olvido. — Jaemin sacó unas llaves de su bolsillo y se las entregó a Lee en la mano. — Toma, te devuelvo las llaves de tu apartamento.

— Gracias Nana. Es muy loco que puse las llaves en el buzón hace una media hora pero tú las has tenido por dos años para poder dármelas ahora.

— Esos problemas de ser el chico del pasado. — Dijo Jaemin riendo de nuevo.

— Ahora eres mi chico del presente. — Dijo Jeno tomando su mano y entrelazando sus dedos.

— Y bueno, ¿ya viste nuestra linda casa? — Le dijo Jaemin señalando con su otra mano hacia la casa del lago.

— Estaba muy ocupado llorando como para fijarme en ella... ¡qué hermoso! Se ve igual que en tu dibujo.

La casa del lago se veía fenomenal, tenía la terraza y las lindas escaleras... y ahora estaba pintada de amarillo, como todos los regalos de Jeno y Jaemin.

Al otro día ambos se mudaron allí y de un día para el otro ya eran una feliz pareja viviendo juntos, con un perrito y una bella casa. Se notaba que Daegal estaba muy feliz.

La solitaria casa del lago con aires melancólicos se había convertido de repente en un cálido hogar amarillo atiborrado de alegría, montones de esperanza... y claro, de besos.

a través del tiempo | nomin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora