𝑬𝒍 𝒉𝒊𝒍𝒐 𝒓𝒐𝒋𝒐 (Tn x Keisuke Baji)

𝟚

Una hora cepillando mi cabello, hace más de un mes que no me peinaba ni siquiera para salir a comprar, dos días más iba a romper mi record personal ya que en Argentina estaba de vacaciones así que no tenía necesidad de torturarme haciendo esto aunque de por si mi cabello es completamente lacio.

Coco por su lado sigue en mi cama durmiendo, hoy conocí la envidia hacia un gato por primera vez en mi vida. Aunque podría saltar por la ventana asi muero y no me haría falta ir a la escuela, los muertos no van a la escuela, no es mala idea pero con lo que cuesta un funeral y ver a mi mama llorando, mejor no lo hago. Planes de suicidio cancelados hasta nuevo aviso o hasta que haya descuentos en la funeraria más cercana.

El uniforme me queda bastante bien por lo que me gusta, me hago un delineado no tan llamativo y voy a la cocina donde mamá me espera con un café, ambos estaban ocupados en sus cosas así que con mi cuchara hago como si fuera un avión.

-Tendrás que ir sola-mire a mamá mientras desayunaba y se me cayó la cuchara con la que estaba jugando.

-No me jodas-dije seria mientras papá leía el periódico.

-Lamento decirte que no te jodo, hoy iré con tu papá a su trabajo. Me postularé como su secretaria así podemos estar más tiempo juntos-le dio un beso muy apasionado haciendo que el pobre se pusiera rojo.

-Ustedes quieren coger, conejos en celo-dije levantando mis cosas y saliendo de allí.

-Creo que se enojo-susurro mi papá

-Espera a que se de cuenta que no sabe donde queda su escuela y volverá a preguntarnos...

-La puta que me re parió -grite desde la entrada a lo que ambos rieron.-Mamá ¿dónde queda esa maldita escuela?

Comenzó a darme las indicaciones a lo que anote todo en el teléfono y puse la calle exacta para que el gps se guiara ya que no confió en mama, mas aun cuando le dije coneja en celo así que si me pierdo sera culpa de ella y de internet por lo tanto no van a poder retarme.

Bajando por las escaleras me encontré con una señora muy amable por lo que la salude con una reverencia y ella simplemente me sonrió y dio los buenos días, que agradable sujeto. No estaba tan apurada en llegar a la escuela porque primero se reúnen todos en las canchas y tendría demasiada atencion alli asi que me coloco mis audífonos y vi a varias chicas con mi uniforme así que las seguí sin que se dieran cuenta.

El día esta bastante lindo como para estar todo el dia en cama o para suicidarse, esas dos opciones son las mejores que tengo hasta ahora, sigo en lo mio hasta que siento una patada detrás de mí haciéndome caer al suelo y que mi cabello se despeinara.

Rápidamente me puse de pie y mire quien o quienes eran, son de la misma escuela a la que asistiré, ni siquiera las conozco como para saber el motivo por el cual me han dado ese golpe pero me enoja porque wey el cabello que ni siquiera me gusta peinarme, estuve una hora intentando desenredar los nudos que tenía desde hace días. 

-¿Qué mierda te pasa a vos palo seco?-dije poniéndome de pie.

-No nos gustan los extranjeros aquí, nos dan asco-me escupió en el zapato.

-Vuelve a tu país-dijo la otra jaloneando mi camisa que tanto me costo plancharla.-Es asqueroso que gente como tu venga aquí solamente para quitarnos nuestros trabajos y escuelas.

-Ya paren-dije en un susurro, la verdad es que podía contra ellas tres al mismo tiempo pero temía que papá o mamá se enojaran por tener problemas desde el primer día.

-Pobrecita va a llorar-se colocó enfrente de mí y sentí su mano contra mi pómulo derecho, la muy hija de puta me dio una cachetada y en verdad había dolido.-Te dijimos que no queremos qu tu gente nos invada.