𝑬𝒍 𝒉𝒊𝒍𝒐 𝒓𝒐𝒋𝒐 (Tn x Keisuke Baji)

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Draken se encontraba llorando frente a la cama de la chica, sus padres estaban destrozados. Baji y Chifuyu no podían creer lo que sucedía pero el pelinegro no iba a dejar las cosas así.

-Tn, te juro que hare todo para vengarte. No me importa morir en el intento.-dijo tomando la mano de su hermana. Sus lágrimas caían sin parar, como la vez en la que Emma fue atacada por Kisaki hace unos meses, ahora haría todo lo posible para que su hermana vuelva a sonreír.-Tengo que irme, haré que Brahman nos ayude. Solo espero que Mikey también lo haga.

-Draken-dijo con un poco de voz la chica antes de cerrar sus ojos nuevamente.

-No gastes tus energías ahora, descansa. No fue tu culpa lo que sucedió-le di un beso en su frente y vio como podía respirar por el aparato que estaba conectado en sus fosas nasales.- Antes de que aparecieran en mi vida siempre quise saber lo que se siente tener una mamá, papá y hermanos. Ahora que los tengo, haré todo lo posible para cuidarlos junto a Emma.

El chico salió de la habitación dejando sola a su hermana, ella había recobrado la conciencia luego de un dia, la habitación esta repleta de flores, peluches y globos. Su madre había traído a su gato a escondidas ya que el pobre no sabía lo que le había sucedido aunque tenía un leve presentimiento.

Sofía e Hiroshi estaban en el estudio de contabilidad trabajando, cuando salían de allí iban directamente a ver a su hija. Baji iba a hablar con ella sobre sus sentimientos, claramente se le declaraba cuando la chica estaba durmiendo. Él aún no tiene el valor de decirle cuánto la ama.

Pasan las horas mientras esta sola en aquella habitación, sus amigos estaban en la escuela y Draken en su trabajo, tenía miedo de estar sola. Cada vez que lo estaba los pensamientos y recuerdos de esa noche volvían a ella, sus lágrimas caían mientras intentaba comer. Las medicaciones vía oral no eran suficientes para el dolor que sentía en sus partes intimas, los doctores tenían que inyectarle analgésicos entre otros para el dolor pero ¿quién iba a quitar el dolor que tiene ahora en su corazón? la han dañado y de la peor manera posible, ¿cómo pueden seguir adelante las personas que han pasado por esta atrocidad?. Si tan sólo ella pudiera contestar sola las preguntas que tiene, todo sería más sencillo.

-¿Puedo entrar?- preguntó una voz  a lo que ella dejó de mirar la lluvia y vio al chico de cabello rubio, Mikey.

-Si-dijo sonriendo a lo que él hizo caso.

-No tienes que sonreir si no quieres, ahora tienes demasiado dolor-dijo tomando asiento en la silla.- supe lo que te había pasado pues todos los pandilleros están hablando de eso.

-Manjiro...-comenzó a toser.- Cuando vivía en Argentina, me enamore de un chico llamado Santiago, el era mi mejor amigo.- dio un suspiro ya que le cansaba hablar más de dos oraciones- creo que se como ayudarte con tus impulsos- el la miro sorprendido- pero, ¿puedes prometerme algo?

-Claro que si-dijo acercándose más a ella a lo que vio como apenas respiraba.

-Vas a cuidar a tus amigos, yo no lo pude hacer con los míos. Santiago me recuerda mucho a vos, siempre tenía esa chispa que hacía dar ganas de seguirlo a todos lados pero Manjiro... tu chispa se apaga y quiero ayudarte a que no lo haga- dijo sonriéndole.

-Realmente eres como Kenchin-contesto llorando. Es la primera vez que lo hace después de mucho tiempo.

-Cuando salga de aquí, vamos a comenzar a sanar tus heridas-respondió la chica.

Comenzaron a hablar de como se habían conocido con Draken, el chico realmente lo quería y lo admiraba. Ambos se complementan entre sí, hasta Emma lo sabe e intenta unirlos pero no se da cuenta que su hermano aun tiene depresión por perder a su hermano mayor.