No. 16

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— Que bonito eres

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— Que bonito eres.

Él detuvo lo que hacía de golpe, paralizado ante lo que acababa de escuchar. Tres palabras fueron suficientes para hacerlo temblar de felicidad.

— ¿Qué?

— Lo que escuchaste.

— ¿Podrías repetirlo?

— Ni loca, no es mi culpa que tengas cera en los oídos.

— ¡Ayyyy! ¡Vamos, una vez más!

— Que no.

— ¡Sólo una! — parecía menear su cola de un lado a otro, emocionado como un cachorro.

— ¿Sabes qué? Retiro lo dicho, eres horrendo.

— Oh, pero si mi linda rosa está avergonzada. — la abrazó, restregando su rostro contra su mejilla.

— ¡Hazte a un lado, hombre!

La risa ronca de su contrario y esos ojos que no reflejaban otra cosa que alegría la hicieron sonreír internamente.

— ¡Mi novia es tan tímida!

— ¡Dije que pararas! — propinó un golpe en su cabeza, haciendo que se apartase de ella. — ¿Quién dice que soy tu novia?

— ¡Duele! — lloriqueó y sobó su cabeza.

Era asumido por la sociedad que el hombre era quien dominaba en las relaciones, sin embargo ¿era eso cierto? Porque esta chica era un hueso duro de roer, ¿qué con eso de que el sexo femenino era el sumiso? Boberías.

Ese par era singular por donde los vieran; el chico parecía ser el que tenía que rogarle a la chica por un poco de atención, yendo detrás de ella siempre que la veía y suplicando porque lo mirase. Ella, por otro lado, rodaba los ojos cada que la cabellera masculina se asomaba por su campo de visión.

Él la amaba profundamente; con la misma intensidad que la tormenta más feroz, tan inmensamente como el tamaño de las galaxias e infinitamente como lo eran los números. A diario se lo dejaba saber a la fémina, ya sea dejando detalles en la ventana de su habitación —que a saber cómo hacía, si estaba en un segundo piso—, dándole cartas que escribía con su puño y letra, regalando una y mil cosas que le recordaban a ella.

Desde el momento en que sus ojos la vieron, tan bella y elegante, supo que esa joven sería su gran amor, su media naranja, su complemento, su compañera de vida, su todo.

— Oh my pretty girl, when will you be my girlfriend? — preguntó dramáticamente, sosteniendo su mano y besando el dorso de la misma.

— Deja de decir estupideces en la calle, todo mundo nos está viendo.

✿  ❘❘  𝗣𝗘𝗥𝗙𝗨𝗠𝗘 𝗗𝗘 𝗥𝗢𝗦𝗔𝗦 ─ Haitani RanTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang