No. 20

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— Pareciese que fueras una pequeña niña asustada

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— Pareciese que fueras una pequeña niña asustada. — dejó suaves caricias sobre su cabeza, acomodó su largo saco para cubrirla y abrazó su tembloroso cuerpo, haciéndola entrar en calor. — Te vez lamentable. Ni siquiera puedo bromear sobre algo para hacerte sentir mejor.

Eran altas horas de la noche; se encontraban ahora mismo en lo que parecía ser un pequeño parque, sentados en una banca. Ella sobre su regazo y abrazada a él, sin parar de temblar desde que salieron de la base de Redness.

Hana no pronunció palabra alguna durante todo el trayecto, algo que extrañó a Ran ya que incluso no escuchó reclamo alguno en cuanto desvió su camino y le llevó a ese parque. Eso se debía a que la chica luchaba por no caer, se podría decir, dormida; no ceder ante el cansancio mental.

— ¿Quieres hacer algo? Puedo llevarte al hospital o algo por el estilo. — ella negó repetidas veces con la cabeza. — ¿Quieres que nos quedemos así? — recibió varios asentimientos como respuesta.

— Únicamente... No te alejes. — murmuró por fin, luego de un largo silencio.

— ¿Que no me aleje?

— Sí, q-quédate conmigo.

— Bien, bien, aquí me quedaré. — continuó acariciando su espalda y depositó un suave beso sobre su frente. — Siento que tus palabras se refieren a algo más que sólo estar aquí mismo contigo.

— Qué comes que adivinas. — rió levemente y lo miró por un corto tiempo.

— Eres toda una peculiaridad, Hana.

— ¿Si?

— Ajá, nunca había conocido a alguien como tú; tan diferente y singular. Eres interesante.

— ¿Gracias? S-Supongo.

Una conversación trivial y simple fluyó cual agua en arroyo entre ambos. No pasó mucho hasta que Hana dejó de temblar y se relajó en brazos y compañía de Ran; extrañamente con él era con quien ultimadamente podía tener ese efecto de confort. Sus brazos rodeándola y proporcionándole calidez aliviaba significativamente su dolencia.

Viéndolo de cerca, ¿el comportamiento del chico hacia ella cambió? ¿Por qué pareciera que aparecía o acudía cuando más lo necesitaba? ¿Qué era aquella, hasta el momento, ajena sensación de tranquilidad cuando él estaba a su lado? ¿Era quizá que el Haitani tenía un lado amable y humano después de todo?

— ¿Harás algo mañana?

— Nada tan importante, ¿por qué?

— ¿Quieres que pasemos toda la noche juntos?

— ¿Sólo la noche? — preguntó con un ligero tono de decepción.

— Oh, pero no me mires así nena ¿estás triste? — pellizcó la punta de su nariz de forma juguetona. — Tendré que resolver algunos asuntos durante el día, me ocuparé.

✿  ❘❘  𝗣𝗘𝗥𝗙𝗨𝗠𝗘 𝗗𝗘 𝗥𝗢𝗦𝗔𝗦 ─ Haitani RanWhere stories live. Discover now