capitulo 32

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"Aún duele"

(Dos años atrás - invierno)

Gisell Ritchter

La nieve continua cayendo en pequeños copos de nieve tan blancos como ninguna cosa en el mundo, el ambiente se vuelve frío. Llevo mucho tiempo caminando, no se con exactitud cuánto, pero se que no eh descansado ni comido o tomado algo.

Todo dentro de mi se siente vacío, yo estoy vacía.

Miro a mi alrededor, sopesando lo que alguna vez pensé que sería, jamás imaginé terminar en esta situación, dónde todo me duele y lo único que quiero es dormir...por siempre.

A veces el recuerdo llega a mi mente como flashes consecutivos, no eh querido decirle a Raymond para que no se preocupe, pero últimamente los ataques de pánico son más frecuentes, a veces siento las manos tomándome a la fuerza en todo mi cuerpo, la desesperacion me desubica y me vuelvo por completo loca al destruir todo lo que esté a mi alcance.

Llevo días sin poder dormir y el cansancio en mi cuerpo es notable, eh bajado de peso.
Jesper me llevo al médico, me diagnosticaron anemia. No muy grave pero necesito más hierro en mi sistema, solo que no tengo ganas de hacer nada.

¿Cómo se supone que deba continuar? Perdí algo muy importante.

Por instinto mis pies cansados se mueven al único parque que conozco, tomo asiento frente a los columpios, es de noche y solo las lámparas alumbran el lugar cuando una persona se acomoda a un lado de mi pequeño cuerpo.

—Misma hora, mismo lugar, cada día sin falta.

—Y siempre estás aquí—giro a verlo y me sonríe.

—No te dejare sola.

—Duele Jes. Aún duele demasiado.

Una lágrima sale de mi ojo deslizándose por mi mejilla hasta caer por el borde de mi barbilla convirtiéndose en nada.

Recargo la cabeza en su hombro cerrando los ojos con fuerza, si lo pienso por mucho tiempo, aún puedo recordar el sonido de su risa, sus cálidos abrazos, el aroma que desprendía, mi nombre en su boca y sus caricias.

Tal vez en otra vida estaríamos juntos, pero ahora mismo eso no importaba por qué, en esta vida dolía más que cualquier golpe.

—Se que no hay palabras para describir lo que sientes, y tampoco te diré que lo entiendo, por qué no es así. Yo no viví lo que tú viviste. Pero si se que no voy a dejar que te derrumbes, si te caes yo voy a levantarte una y otra vez.

—No quiero ser una carga.

—incluso si lo fueras, estaría encantado con poder cargar con todo el peso que guardas para liberarte un poco. Por qué tú no eres una carga, el peso de los recuerdos si.

Me rodea con sus brazos, le devuelvo el gesto aferrandomé a él, sus brazos son cómodos. En poco tiempo si cabello empieza a acumular pequeños copitos de nieve, aunque en su cabellera blanca pasan inadvertidos.

La calidez de sus brazos deja de estar presente, Jesper se ubica al frente tomándome de la mano para levantarme, su sonrisa mágica me toma desprevenida.

susurrándole al oído [+18] Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora