capitulo 38

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"Linda francesa"

Las calles de Francia nos reciben. cuando alguien piensa en Francia se imagina a las personas sentadas en una banca mirándose el uno al otro llenos de amor y romance, con vestidos rosas y trajes azules, con boinas etc.

Pero en realidad es un país bastante normal, eso sí, tienen carácter huraño.

La gran mansión de Robert Bowen aparece en nuestro camino, cuando cruzamos el portón un montón de hombres se aseguran de saber nuestras identidades y revisar que este todo en orden, hay muchísimos hombres de traje con lentes oscuros y un dispositivo en la oreja izquierda que les permitió comunicarse entre ellos.

Mis compañeros avanzan en sus automóviles a cada lado de mi.

Cuando bajamos un hombre de cabello cenizo y porte rígido nos espera con las manos entrelazadas en la espalda.

—Genesis...—pronuncia con un tono fuerte y duro.

—Los mismos—Respondo altiva.

—Pasen por aqui—nos abre camino detrás de él y lo seguimos hasta una oficina enorme.

Observamos el lugar analizando cada parte de la estructura, aunque de e hecho ya conocemos y estudiamos cada rincón de este lugar, no somos novatos ni mucho menos idiotas para ir a un terreno desconocido. Cualquier cosa puede pasar, ya sea un ataque planeado o una riña espontánea, y para nuestra propia protección estudiamos el perímetro con posibles estrategias para escapar si es necesario.

Una chica nos espera en la oficina con un semblante tímido. Pura fachada, por qué estoy segura que la timidez no es propio de ella, puedo verlo en sus ojos.

—Ella es mi amada hija Alyssa. A ella es a quien tienen que cuidar—Dictamina—como decía el informe que les hice llegar, mi hija es bailarina de ballet, mañana por la tarde tiene una presentación importante, y necesito toda la seguridad posible.

—No se preocupe que nosotros nos encargaremos—Habla Raymond.

—Los dejo, Alyssa puede explicarles sobre su hospedaje. Desde este momento mi hija es su responsabilidad—Dicho lo último, besa a su hija en la mejilla y salió por el umbral dejándonos con la chica.

Cómo dije, la timidez no es propia de ella, al salir su padre ese porte se desvaneció siendo sustituido por una mirada felina que nos dedicó a todos, examinando cada detalle.

Cuando su mirada recae en mi, me repara de arriba para abajo, sonríe con malicia y repiquetea sus dedos en la mesa de madera, sus manos delgadas y huesudas la hacen ver como una muñeca de porcelana.

—Estas nuevas niñeras si me gustan—Pasea la lengua por sus labios.

—No somos tus niñeras, ni venimos para jugar contigo, venimos a asesinar a tus posibles agresores—Nuestras miradas se cruzan y ella solo me sonríe aún más.

—¿Siempre es así de directa?—Mueve su dedo índice en el aire.

—Yo no me ando con rodeos, ser directa es lo mío.

Pasa una mano por su cabello rojizo y luego se para, y nos indica que la sigamos, llegamos al segundo piso dónde el color marfil destaca entre las paredes, avanzamos hasta topar con tres puertas de madera blanca.

—Estas son sus habitaciones, casa una tiene dos camas, creo que uno de ustedes debería quedarse en mi habitación—me mira a mi—Ya saben. Por si entra algún agresor.

—Bien, si quieres yo me quedo—le habla Olivia.

Alyssa al escucharla se gira para detallarla, sigue sonriendo, pero se ve un poco dudosa y al final  Olivia lo nota.

susurrándole al oído [+18] Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora