capitulo 36

213 10 2
                                    

"Afición al peligro"

Gisell Ritchter

Mis pies descalzos disfrutan la arena entre mis dedos, la brisa golpeando mi rostro con la frescura del mar adriático, no sé explicar las miles de sensaciones que estuve presenciando estos últimos días, mi piel palida ah ganado color y la plenitud que siento es magistral.

—El mar de Croacia es el más bello—Su voz se queda grabada en mi mente.

Asiento con la cabeza hacia el hombre que camina a mi lado, cubriendo sus ojos con unos lentes de sol, con unas bermudas azules oscuras y una playera blanca desabotonada dando a relucir su abdomen bien trabajado.

—Puedes empezar a admitir que te gusta estar aqui—se acerca a mi oído logrando ponerme a temblar.

—Eso es algo que jamás admitiré.

Nos sentamos sobre unas rocas que están cerca al mar, no hay nadie a nuestro al rededor, y por más loco que suene... La conexión que hemos creado estos días es inexplicable y muy confusa, pues es como si desde hace mucho tiempo la tuviéramos.

—Gisell... Dime quién eres en verdad.

La paz deja mi cuerpo para que la preocupación se apodere de el y con ella los nervios y sudor frío que recorre mi cuerpo ante la pregunto que no quiero responder. Si el se llegase a enterar mi origen estoy segura que no me trataría igual.

—¿A que te refieres?—trato de sonar lo más ingenua posible.

—La chica que conocí en ese avión no se parece en nada a la que ahora está sentada aquí—sube su pierna y recarga su brazo en ella.

—Tengo diferentes facetas—Respondo aliviada al saber que no sospecha nada.

—¿Y está cuál es? ¿La pasiva?—se burla.

—Es la que impide que te mate por ser enemigo a mi organización —ups se me salio.

—Mhm pues esa organización no te sabe apreciar, no eh visto que muevan un solo dedo por llevarte de vuelta.

—No necesito ayuda—sonrió confiada.

—tengo una duda que no me deja dormir—dramatiza—¿Por qué siempre que nos encontramos estás poniéndote en peligro?

Y es verdad.

Cada uno de nuestros encuentros ah sido totalmente alarmante, la primera vez; hice explotar un avión y realice una matanza ahí mismo.

La segunda vez; Me encontró a la orilla de un edificio sin alguna protección o una pizca de miedo.

Y la tercera; bueno sus hombres me llevaron, pero prácticamente ellos me hicieron rodar dentro de mi automóvil, y por obra divina logré salir sin un rasguño.

—Una vida sin un poco de riesgo y peligro no vale la pena—le guiño el ojo.

—Claro, por qué la adrenalina del momento es lo que importa— Soltó con ironía

—No. Lo que importa es el resultado.

—¿Y si el resultado es la muerte?

susurrándole al oído [+18] Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora