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Draco trataba de seguirle el paso a Camille, pero la mujer era rápida y sus piernas eran más largas que las del omega. Caminaban por el pueblo y Draco no podía evitar mirar a todos como si fueran de otro planeta; los alfas iban con sus omegas y ellas no tenían que bajar la mirada y hablaban cuando ellas querían. Muchas incluso interrumpían a su alfa, Draco estaba a punto de desmayarse ahí en medio.

Había conocido a uno de los hombres que despellejaban a las presas y secaban la piel de ellas, la beta le había dicho que las pieles las compraban los alfas para construir los nidos para sus omegas. Draco hizo una mueca y no estaba seguro de si él iba a querer piel muerta y reseca de un animal en su bonito nido, se aseguraría de que no fuera así.

Su mirada grisácea no pudo evitar fijarse en el hueco vacío que había en una de las tiendas. "¿Qué es eso?"

Camille miró en su dirección. "La zona de sanación para los cazadores, la de al lado es para los rastreadores."

"¿No es lo mismo?" Murmuró confundido.

"No." Contestó. "Los cazadores cazan la comida, son hábiles con la vista y no se les escapa ni una sola presa. Sin embargo, a veces cuando la comida escasea cerca de aquí, los rastreadores los acompañan para buscar comida."

"¿Qué hacen los rastreadores?"

"Buscan miembros perdidos de la manada, protegen la zona y son capaces de oler a otras manadas a decenas de millas. Tienen un sentido del olfato muy agudo, son capaces incluso de definir la fertilidad de un alfa u omega por su olor."

Draco asintió despacio. "James es rastreador."

"Lo es."

"Evans es cazador. ¿Qué hace Harry?"

Camille suspiró con pesadez, harta de Draco. "Rige y aconseja a la manada, allá donde va él vamos nosotros. Cumple el papel más importante, él es el alfa líder. Tú te convertirás en el omega de la manada cuando ellos te marquen."

Draco se estremeció al recordar que sería marcado y encadenado a ellos por el resto de sus días, aunque a su omega no parecía importarle quedarse con James hasta la muerte.

"¿Harry es un buen líder?" Prefirió preguntar en vez de pensar más en su destino esta noche. Camille pareció notar o sospecharlo, pero no argumentó nada.

"El mejor que ha habido en generaciones, según las ancianas del pueblo." Respondió la beta, mirando cómo Draco saludó a un cachorro que lo saludó con la mano. "Cuando llegan a la edad adulta, deben buscar un omega con el que enlazarse y crear un legado de cachorros."

Draco no dijo nada más, sabía para lo que estaba allí y por lo que había sido criado. Su madre le enseñó a ser como un perfecto sumiso encantador; callado, sonriente, sereno y siempre obedeciendo al alfa. No tenía opinión ni podía argumentar nada a las conversaciones, porque, ¿qué clase de omega sería si lo hiciera?.

Draco odiaba toda esa mierda, claro que la odiaba. Camille frunció el ceño al no obtener queja o respuesta, como si Draco ya aceptaba su destino. El omega sabía que Harry y los hermanos lo morderían sin piedad, luego uno de ellos lo anudaría y así sucesivamente hasta que Draco fuese totalmente suyo, en cuerpo y alma. 

Eso no decía que Draco correspondiera esos sentimientos. ¿Pero él tenía turno de palabra en aquello?

Probablemente no.

"Las cosas por aquí son muy diferentes a lo que eran en mis tierras." Murmuró Draco, su cabello revoloteaba aun poco por el viento que silbaba. Camille lo miró. "Esto es... diferente"

"¿Qué había allí que aquí no?"

"Felicidad."

Camille quedó callada, sin sentir compasión, pero mirando a Draco. Era un simple omega, muy delgado, curvilíneo y se le notaban ojeras bajo los ojos. Era hermoso, pero no había felicidad en sus ojos, ni siquiera tristeza, tan solo unos ojos grises vacíos e inexpresivos, gélidos como el viento. 

blåøyde omega ;; trillizos!potter [harco]Where stories live. Discover now