femten

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A Draco le gustaba tomar pequeños pellizcos de pan acompañado de Rob. Su amigo alfa se sentaba junto a él en el porche de la choza del médico, le tapaba a Draco las piernas con una manta y compartían un mísero bollo de pan duro.

Rob aseguraba que Draco no debía comer pan duro, que al estar gestando una camada y que esa camada de hijos eran los primogénitos de los alfas de la manada, Draco debía comer pan blando, frutas y comida que aportase vitaminas.

Pero comer pequeñísimas porciones de pan duro con Rob se había convertido en una tradición para él. Hablaban y conversaban sobre temas que realmente no importaban, reían y se burlaban de cosas sin sentido, y había veces en las que simplemente comían, en silencio, juntos, acompañados por el gélido frío.

Esa era su tradición, y lo había sido durante dos meses más.

"Evans dice que se siente muy aliviado de que ya no vomite." Draco mordisqueaba un pedacito del pan duro que tenía Rob entre manos. "Dice que se alegra por mi salud, pero a mí no me engaña. Es porque él siempre recogía todo lo que vomitaba."

El médico tarareó y entrecerró los ojos por la molestia del frío en la cara. "Creía que era a James a quien llamabas."

"Oh sí, James me acompañaba, pero Evans limpiaba." Draco se encogió de hombros.

Siguieron masticando en silencio. Algunas veces los niños pasaban corriendo, como auténticos huracanes vestidos con gorros y bufandas que tapaban sus pequeñas narices. Draco había pillado a Harry admirando a los niños con unos ojos que antes no había visto.

Sabía que a Harry le gustaban los niños, le contó que más de una vez había ido a cazar con los niños para enseñarles algo práctico, pero eso fue en su edad más joven, cuando sí que tenía olfato y, según el propio Harry, en aquel entonces sí valía para algo.

A Draco no le gustaba que Harry hablara así de sí mismo, le frustraba que Harry tuviera una visión tan mala de sí mismo. Había tenido la misma discusión con él decenas de veces, y todas terminaban igual; Harry le decía que sí, que intentaría ver el lado positivo de las cosas, pero los dos sabían que eso nunca sería así.

Los hermanos estaban más emocionados que nunca con la idea de que los cachorros nacieran, aunque aún faltara mucho. Draco podía ver que cuando Harry miraba a esos cachorros tan felices y llenos de energía, no podía evitar pensar en los bebés que ahora crecían dentro de Draco.

El vientre de Draco se había hinchado mucho más, Rob había calculado que estaba a punto de cruzar el cuarto mes. Draco constantemente tenía molestias debajo del abdomen, y pequeños calambres en las piernas.

Harry era quien, sobre todo, le daba esos masajes en las pantorrillas para que el nudo de músculos que se creaba en sus piernas y que le dolía tanto desapareciera. Harry solía burlarse diciendo que Draco llegaría a transformarse en un hurón que rodaba, por esas cortas e hinchadas piernas y por su vientre redondo como una sandía pequeña.

A Draco no le hacía gracia que Harry le dijera eso, pero el alfa siempre le besaba la mejilla y lo sentaba en su regazo para decirle que eran bromas, siempre, y que realmente no pensaba eso de Draco.

"¿Sabes?" Draco murmuró. Su voz sonó amortiguada por el pan. "Si no fuera porque estoy preñado y huelo a alfa, hasta yo diría que parecemos pareja."

"No puedo estar más de acuerdo." Asintió Rob.

"Corrijo, haríamos una pareja increíble. De hecho, creo que eres el mejor partido en esta tribu." Admitió el omega embarazo. Rob lo miró con curiosidad. "Mírate, Rob. Eres súper bueno, eres increíble y sabes tantas cosas."

blåøyde omega ;; trillizos!potter [harco]Where stories live. Discover now