blåøyde omega ;; trillizos!potter [harco]

sytten

"¡Oh, mira!" Exclamó Draco con fascinación. Evans y él estaban anonadados con el equilibrio sorprendente del vientre de Draco.

Evans y Draco estaban colocando cosas sobre el propio vientre del omega, porque era abultado y las cosas parecían quedarse en equilibrio. Comenzaron con una simple libreta con portada de cuero, terminaron poniendo a prueba al vientre de Draco con un fino lápiz de carboncillo.

Ambos exclamaron victoria cuando el abultado y adorable vientre de Draco mantuvo el lápiz en horizontal con un equilibrio perfecto.

Harry, que entraba por la puerta y se encontraba en mitad de la labor de desprenderse la cálida bufanda blanca que su omega había tejido para él, los miró. Frunció el ceño y miró a James, que venía con más objetos para seguir con su experimento del equilibrio.

"¿Qué estáis haciendo?" Preguntó aunque sabía que no tendría una explicación lógica.

"Ponemos aprueba el equilibrio."

"¿Les estás poniendo lápices a nuestros cachorros?"

Draco miró divertido a su alfa, "¡Es divertido!" Señaló. James estaba colocando dos lápices más. "Mira, se quedan quietos."

El alfa se rio al ver a sus hermanos tan fascinados y a Draco tan emocionado. Dejó la bufanda sobre la mesa, se quitó el abrigo de sus hombros y se acercó a ellos. Le quitó a Draco los dos lápices que guardaban equilibrio en la pancita abultada de su omega, los dejó a un lado y se inclinó hacia su pareja embarazada.

Besó sus labios, y Draco cerró los ojos y disfrutó muchísimo. Draco le dio dos pequeños besos después de que Harry lo besara, el alfa le sonrió e hizo que las mariposas revoloteasen en el estómago de Draco. No eran los bebés, eran esas amorosas y a la vez salvajes mariposas a las que Draco estaba acostumbrado a sentir cada vez que alguno de los hermanos pasaba un tiempo especial con él.

"Hola." Murmuró Harry en voz baja. Su voz era más grave y rasposa.

Los ojos grises del omega parpadearon, y sus pestañas aletearon. "Hola." Una sonrisa tímida cruzó sus labios.

El alfa se agachó y se sentó en cuclillas. El vientre de Draco era más grande a medida que el tiempo avanzaba, a Harry le gustaba la curvatura tan bonita y redonda que tenía. Sus fuertes y grandes manos tocaron el vientre de Draco, y sus pulgares dieron pequeñas caricias amorosas. Eran perezosas, lentas y muy suaves.

Draco miraba a su alfa con ojos brillantes. Se sentía feliz cada vez que Harry hacía eso, sabía que sus tres alfas estaban deseando poder cargar a los bebés que aún crecían en el vientre de Draco.

Un alfa como Harry podía parecer alguien muy frío y reservado, y lo era. Pero en la intimidad, con Draco, incluso públicamente, era el alfa más comprensivo y cariñoso. Ayudaba a Draco en cualquier cosa aunque el omega pudiera realizar una tarea tan simple como enrollarse en una bufanda. Draco solía decirle que no era necesario, pero Harry insistía, tomaba la bufanda y se encargaba de, muy cuidadosamente, colocársela a Draco.

"Hola." Les dijo Harry a sus hijos, en voz baja.

(...)

Draco estaba en la cabaña con Rob. Rob había insistido en que ya era hora de que Draco pusiera en práctica lo que tanto había estudiado. Draco atendía a la gran mayoría de betas y omegas, Rob atendía a los alfas. Draco no se opuso cuando Rob puso esa normativa, porque había visto muchas veces que los alfas reaccionaban de manera brusca ante cualquier medicina que ellos no viesen apropiada.

Rob decía que estaba orgulloso de Draco, a Draco le encantaba que Rob le dijera eso. Nunca alguien que quisiera de manera fraternal le había dicho algo así, y Rob significaba demasiado para él. Era su hermano, y aunque fueran de diferente sangre, casta y manada, Draco pondría sus manos sobre fuego por Rob.