XIX

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- ¿Cuando será el momento? - Sebastian inquieto caminaba por la fria habitación pintada de gris.

- Casi la matas. Eso no estaba en nuestros planes.

La demonio morena entró por la puerta de madera oscura, vestida por un vestido de cuero negro que resataba su piel palida. Entró con pasó elegante hasta el muchacho que estaba en el interior. Tocó su nuca con sus dedos delicados y se sentó en un sillón rojo que había en el centro de la habitación.

- ¿Qué querías que hiciera? Esa niña me pone de los nervios.

- Esa niña es tu sobrina, y uno de los objectivos. La necesitamos viva, y lo sabes.

El chico mantenía entre sus manos un cuchillo serafín con el simbolo del poder del ángel en su mango. Era el cuchillo de su padre, el cual estaba vigilando a los niños. Quería lanzarselo a la demonio, pero sabía que esa mujer era una pieza clave de su plan, no debía cabrearla... era su madre, si la podía llamar así, ya que llevaba su sangre pasando por sus venas.

- Lo sé... ¿Cuando? - Preguntó el rubio de ojos negros.

- No te desesperes, necesitamos tiempo, necesitamos un brujo. - Dijo la muchacha sin mostrat una sola pizca de preocupación.

- No me desespero.

La puerta se abrió de golpe. El padre del muchacho entró en la sala con grandes zancadas hasta llegar a la altura donde estaban los jovenes.

- Es el momento.

Los tres sonrieron. Los dientes blancos de ella se asomaron por sus labios dejando una gran línea roja entre ellos. La sangre resvalaba por su maliciosa sonrisa.

- Sebastian preparate, vamos a secuestrar a los niños.

* * *

Serena y Dean seguían evitandose por los pasillos del Instituto. Scott, como intermediario, iba a buscarlos a ambos a cada habitación para poder juntarlos a todos en la sala de entrenamiento. Dean llevaba días sin verle, sólo lo había visto por los pasillos con Will, otro cazador de sombras de la misma edad que sus amigos. Ya no esperaba a su mejor amiga para ir a correr por los territorios del instituto, ni se iba a bailar con ella a la sala de baile. Serena se pasaba los días y las noches en el jardín con las flores y con música de fondo bailando sin que nadie le molestará. Sólo subía él a verla, sus padres no querían molestar a su hija, y más conociendola, ya que si se enfadaba... Podía lanzar los grandes cuchillos hacia ellos. Mientras pensaba en lo que había pasado entre ellos tres llegaba por la gran escalera al invernadero donde Serena estaba mirando hacia arriba.

- Serena... ¿Estás bien?

- Si, sólo estoy... pensando.

Esta se incorporó y se sentó de manera india. La chica iba sin maquillar y llevaba un pantalón corto gris y una camiseta verde de tirantes. El chico se acercó a la muchacha rubia y se sentó a su lado.

- ¿Qué pasa?

La chica le miró sonriendo.

- Pensaba en nosotros. - Dijo Serena.

- ¿Qué pasa entre nosotros?

La chica se quedó mirando a la nada mientras pensaba en lo que había ocurrido días antes. El día en que se declararon el uno al otro, las horas que pasaron al día siguiente en el invernadero mientras bailaban y se besaban, como nunca lo habían hecho. Se reía con ella de una manera muy especial y de una manera que no esperaban.

- Nada... o eso creo. - Dijo esta.

De repente la puerta se abrió se par en par y Will apareció en ella.

Cazadores de Sombras: Ciudad del Infierno InfinitoWhere stories live. Discover now