XIV

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Estaban todos sentados alrededor del muchacho mientras la pequeña rubia daba vueltas sin parar por la sala. Dean, sentado al lado de su amigo le miraba preocupado.

- ¿Por qué quieres hacerlo? - Preguntó el muchacho a su amigo.

- No quiero que vayais cuando de mí todo el rato. Tengo 19 años, ya soy mayorcito para decidir estas cosas. - Dijo Scott que estaba mirando las vueltas que estaba dando su amiga por la sala. - ¡Serena, para ya! me estás poniendo nervioso.

- ¿Cómo crees que estoy yo? - Gritó esta. - Estoy taquicardica. No me entra en la cabeza lo que quieres hacer.

- Clary, ya es mayor de edad, dejále decidir a él. - Dijo la abuela de la chica.

- ¿Qué le deje? - Sintió como si le estuvieran apuñalando por la espalda. - Abuela... no sabe donde se está metiendo. Nosotros nacimos dentro de este mundo... No tuvimos elección, pero tú... tú si la tienes.

Serena estaba apunto de llorar. No podía soportar que el muchacho se meta en un mundo donde no sabe como va a poder salir. Dean veía como su chica se estaba poniendo de los nervios. La veía a punto de explotar. Scott no sabía que Serena se iba a poner de esa manera, no entendía porque reaccionaba así.

- Alec, Simon, venid. - Les llamó Clary.

Alec y Simon siguieron a la chica hacia una zona algo aislada de la sala de entrenamiento. Allí estaban todos los adultos excepto Magnus.

- ¿Qué hacemos? - Preguntó Jace cuando todos estuvieron juntos.

Todos se quedaron callados. No sabían que hacer. Sabían que si Scott seguía con ellos, tendría que ascender, tal y como hizo Simon, pero si volvía a su vida normal debería olvidar todo aquello que ha vivido con ellos.

- ¿Y si hablo yo con él? - Preguntó Simon.

- ¿Por qué tú? - Inquirió Izzie.

- Es el único que ha ascendido. - Concluyó Jocelyn.

*  *  *

Serena estaba en el pasillo junto a Magnus, Simon se había encerrado en la sala de entrenamiento con Scott y Dean se había ido con su madre a hacer algunos recados. La chica estaba nerviosa, le sudaban las manos, y el corazón le iba a mil por hora en esos momentos.

- Serena, tranquilizate. - Le propuso el brujo.

- No puedo.

- Si puedes si.

La chica miró al brujo. Ella no era la única que no había dormido bien en varios días, Magnus tampoco lo había hecho. El pelo no le brillaba como de costumbre, e iba vestido con tejanos y una camisa blanca, parecía un mundano si omitias el hecho de que tenía ojos de gato. El rostro era inexpresivo, tenía ojeras en los ojos y le salían arrugas donde nunca le había visto. La inmortalidad en este aspecto, le estaba pasando factura.

- Serena ¿puedo preguntarte algo?

La chica se sorprendió. Asintió con la cabeza esperando la pregunta del brujo.

- ¿Por qué besaste a Scott?

Ella sonrió, esperaba esa respuesta. Se restregaba las manos, la una contra la otra. Miraba enfrente sin mirar a nada. Bajó la mirada y contestó.

- No lo sé, sólo sé que notaba con le perdía.

Magnus la miró con curiosidad. La chica parecía incómoda con el tema.

- Fueron dos veces Serena, dos veces.

Aunque sabía que a ella no le gustaba que le sacará el tema, debía hacerlo. Dean era su ''sobrino'' y si él se enteraba iba a sufrir mucho, más de lo que nadie esperaría.

Cazadores de Sombras: Ciudad del Infierno InfinitoWhere stories live. Discover now