XXV

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- Serena, cálmate. - Pedía Dean aguantándola de los hombros.

- No puedo calmarme, no puedo.

Dean abrazó a su amiga para transmitirle toda aquella fuerza que está necesitaba. Pero los sollozos de la muchacha aumentaban cada veza más.

- No lo vi venir Dean, ¿qué tipo de cazadora soy si no veo lo que pasa a mi alrededor? - Decía ella llorando a la vez que se sentaba en suelo.

- Eres una cazadora excepcional, pero a veces el amor vuelve ciega a nuestra parte más humana.

Serena alzó la mirada triste en dirección a su mejor amigo.

- ¿Crees que no me he dado cuenta? Des del principio supe lo que Scott sentía por ti, y la verdad es que lo veía algo normal. - Se sinceró el muchacho sentando a su lado. - Eres una chica increíble, que lucha por aquello que cree correcto y por aquello que quiere. Eres una fantástica amiga, y una novia excepcional. Siempre estás ahí para los demás, y eres extremadamente dulce cuando te lo propones, mientras que en tus venas corre la sangre guerrera. Era normal que se enamorará de ti, al igual que era normal que ese amor fuera correspondido. Estos días me he dado cuenta, le querías, y le quieres, y sé que vas a estar ahí para él como lo estuviste para mí. Y hasta el final. Por eso no te culpes por no haber visto la flecha, Scott estará bien.

Serena abrazó a Dean con toda su energía y se levantó del suelo. Utilizó las mangas de la camisa de cuadros para limpiarse las lágrimas de los ojos, y sonrió.

- Así me gusta. - Comentó él al verla.

Dean se levantó, y se colocó al lado de la muchacha, dándole la mano con fuerza. Se colocaron delante de la puerta y la abrieron de par en par. Los dos entraron cerrando la puerta detrás de ellos.

* * *

- Will, aquí no hay nada.

- Aquí tampoco Dal.

- No hemos encontrado nada nosotros. - Comentó David que aparecía por el terrado del edificio.

Seis jóvenes cazadores habían sido enviados por los mayores para inspeccionar el lugar de donde se imaginaban que habían lanzado la flecha. Pero ninguno de ellos había encontrado nada. Había revisado piso por piso, incluido el tejado, y solo habían encontrado pisadas de un numero grande.

- ¿De verdad creeis que ha sido desde aquí? - Preguntó Cole.

- Es el único punto directo para poder lanzar una flecha y que entre en la habitación de Serena. - Comentó Dana.

- Valetine lo tiene todo calculado, sabía desde que punto podían lanzarla para darle en un punto no critico.

- ¿Gabe crees que han sido ellos?

Todos se quedaron mirándose unos a otros incomodos. Sabían que habían sido ellos, eran los únicos que les acechaban hacía un largo tiempo, y los únicos que tenían un gran interés en los tres muchachos. Pero, ¿Qué conseguían hiriendo a Scott? ¿Tiempo? no, no lo creía. ¿Qué necesitaban? ¿Qué estaban tramando? Primero hacen un ejercito de humanos para conseguir a Scott, luego le crean un suelo profundo, y más tarde acaban secuestrando a los tres chicos. No tenía lógica alguna todo aquello que estaban haciendo, no tenía nada de lógica. Los chicos habían decidido irse de allí, pero en ese momento uno de ellos, Will se percató que detrás de uno de los túneles de ventilación del terrado, había algo que brillaba con gran luz.

- Chicos, mirad allí. - Dijo este.

Todos giraron sus miradas hacía allí, se miraron y asintieron. Se acercaban poco a poco, sigilosos por si ese artefacto que brillaba tanto podía explotar. David se acercó más rápido que los demás, la curiosidad le había invadido todo su cuerpo. Metió la mano, y sacó una piedra de luz junto a una arco de flechas y las flechas.

Cazadores de Sombras: Ciudad del Infierno InfinitoWhere stories live. Discover now