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Él era agente, pero no parecía secreto.

•••

—¡Bakugo!

¿Recuerdan haber visto la escena de una película de acción donde la chica llama con exasperación a su hombre macho pecho peludo en el preciso momento en que éste puede perder la batalla contra el villano? Pues... digamos que estoy viviéndola.

Esa que gritó, soy yo. Soy la chica. Y justo delante de mi tengo al hombre que ha robado mis suspiros a los 0,05 segundos de que lo vi, peleando contra un sujeto de aspecto demacrado que vendría siendo el villano de esta historia.

Siendo sincera, justo ahora me siento tan lenta, cada movimiento tarda mucho más que aquella temporada de mi serie favorita que llevo esperando por años; incluso mis alrededores sufren aquella distorsión en el tiempo y puedo darme el lujo de mirar a cada lado y ver cómo los escombros se esparcen en cada sitio, al igual que las basurillas de aquel lugar elegante en el que me encuentro.

Oh cierto, al ser un lugar elegante, debo decir que mi vestimenta es la adecuada para la ocasión. Un vestido de noche largo y tan rojo como aquella mirada que justamente me observa desde su posición; lanzándome aquella pregunta habitual tras desafiar sus órdenes de quedarme en un sitio. Intuyo que mi cabello está suelto y lo confirmo cuando algunas hebras de él se atreven a cruzarse en mi batalla visual con aquel hombre al que amo con locura hasta el punto de llevarme a esta situación. No quiero que nada le suceda y puedo saber que, a pesar de su maldita personalidad que me vuelve loca y su mirada ceñuda que a menudo me regala, desea lo mismo para mí.

Escucho el resonar de mis tacones tras salir de aquel espacio del tiempo lento y lo veo cada vez más cerca de mí, pronunciando su nombre. Quizá, podría torcerme el tobillo en cualquier momento y caer en bruces dando paso a una escena estúpida de mi parte, donde el espectador podría burlarse y creer que ve una película cómica o una parodia de aquellas cintas de acción llenas de drama. Si fuera una de ellos, acepto que las carcajadas se escucharían a diez cuadras a la redonda del sitio donde vivo, pero este momento, el ahora..., es más serio que el rostro de mi abuela tras haberle enseñado un meme de Yisus que me encontré por ahí. Quizá, algunos entiendan la referencia.

Pero ¿Cómo es que llegué hasta aquí? ¿Cómo es que mi vida dio un giro inesperado en tan poco tiempo? ¿De dónde diablos saqué un vestido tan elegante...?

Quizá debería regresar dos meses atrás. Al día en que dejé de ser una panadera común y lo conocí.

Ese día terminaba mi horario de medio tiempo para regresar a casa, un día lluvioso. Tal vez, si no me hubiera entretenido con aquel gato callejero que suelo encontrarme todos los días, no lo hubiera conocido, y tampoco tendría una nueva mascota en mi departamento.

Solía acariciarle la cabeza con la mayor de las ternuras que pudiera darle y le oía ronronear en respuesta y agradecimiento por los mimos que nadie más le daba; sin embargo, aquel día, un extraño sonido asustó a ese pequeño gato y a mí. Él felino pudo huir un par de metros antes de mirar atrás y quizá corroborar que le seguía, pero yo no tenía aquella agilidad para escapar ante el peligro, simplemente me encogí en mi sitio esperando a ver el rostro del ladrón que me había atrapado antes de llegar a casa.

Había empezado un monólogo en el que practicaba la forma en que le explicaría a San Pedro por qué no compartí la cadena que mi abuela me envió por mensaje, creyendo que sería mi fin. Pero, para mi sorpresa y futuro dolor de espalda, un joven apuesto, pero moribundo, apareció delante de mí; más bien se dejó caer en bruces imponiéndome la responsabilidad de no dejarlo ahí tirado. Abrí un espacio para juzgarlo por su apariencia y determinar si sería lo correcto o no pensar en mí y en mi seguridad aquella vez. No obstante, cuando decidí al menos verlo de cerca, supe que no se trataba de un vagabundo por el smoking que usaba, mucho menos una persona alcohólica porque no detecté el olor de la bebida; pero, no les voy a mentir, cuando giré su cuerpo para comprobar que al menos seguía con vida, le pregunté al de arriba si acaso ese sujeto era mi ser amado.

Agente 001: Dynamight [Katsuki Bakugō] Where stories live. Discover now