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No he desaparecido, solo me ocupo de mi vida adulta.


⸙Bakugō⸙


No podría describir la maldita impotencia que me invadió cuando Deku descubrió de dónde provenía el maldito rastreador. Me olvidé por completo de todo y de todos, y me centré en la ira que me envolvió luego de ver a Ryoko sobre la cama, dormida.

No sabría lo que fue de ella antes de encontrarnos aquel día y no me atrevería a preguntárselo porque sabría que todo aquello había sido una maldita mentira que la Liga de Espionaje Oscura había creado para mantenerla al margen. Sin embargo, no terminaba por comprender por qué había conservado su nombre. Sonaría creíble para cualquiera la historia de una chica japonesa que deseaba cumplir el sueño americano yéndose a Nueva York a probar suerte, pero para mí sería la estrategia más estúpida para mantener a una agente del gobierno de Japón, como lo era ella, alejada de todo lo que conocía, sin saber qué clase de planes le tenían preparados.

No podría olvidar el día en que la alejaron de todo lo que conocía. La forma en que fue herida y el cómo la vi por última vez aquel día.

«Prometo que seré cuidadosa, Katsuki

Fue que dijo antes de marcharse a su posición, dándome la espalda antes de perderse en la lejanía. Diría que lo más jodido de todo era tener una sensación extraña al verla partir, con el viento en contra que llevaba hasta mi nariz su aroma, una mezcla de vainilla y coco con la pólvora del rifle que cagaba en su espalda, mientras yo, inamovible, la miraba marcharse con esa soltura y despreocupación que solía mostrar la mayor parte del tiempo.

Era la mejor, maldición.

Y, cuando por fin estaba decidido a dar media vuelta para cumplir mi parte de la misión sabiendo que Mirko esperaría impaciente para iniciarla, Ryoko lo hizo antes, regalándome una última sonrisa confiada en la que me retaba de alguna manera a algo que solo nosotros dos sabríamos de qué se trataba...

Aquella vez, me retó a ver quién llegaba antes a nuestro punto de reunión luego de terminar nuestra misión.

«Vamos, no pongas esa cara, Katsuki. Tu espalda está segura mientras me tengas a tu lado»

Eso, fue lo último que le escuché decir aquella noche. La noche en que ella no llegó antes que yo al punto reunión. La noche en que la LEO le arrebató tanto al Gobierno de Japón como agente y a mí, lo que me había negado en aceptar como lo más importante en mi vida.

Sin embargo, ahora la miro ir hacia mí, desafiando mi orden de mantenerse a cubierto o esperar por los refuerzos. Viéndose tan jodidamente bien y haciéndome creer que vivir la mentira de su muerte nunca ocurrió y mucho menos puedo olvidar el día en que la vi de nuevo. En Nueva York. Es tan increíble cómo ahora la veo siendo la mujer que solía ser y no la chica que hallé años después de creer que había muerto a manos de La LEO..., mucho menos de los días previos a este día, donde comenzaba la vida que tenía antes de vivir su gran mentira.

No le avisé a nadie que me marchaba de Francia para ir a mi siguiente destino: Roma, Italia; pero conocía bien a las personas con las que trabajaba y ellos no tardarían en encontrarme, por lo que me vi obligado a actuar abruptamente robándome la poca pero importante información que teníamos sobre la LEO y la nueva ubicación que se tenía.

—Esto no será bien visto por Endeavor y lo sabes ¿verdad?

—Sé perfectamente en lo que me estoy metiendo —respondí hastiado, sabiendo que aquel compañero que tenía era el mejor para conducir por las estrechas calles de este lugar y a gran velocidad.

Agente 001: Dynamight [Katsuki Bakugō] Where stories live. Discover now