20

228 33 12
                                    

Hola pipol, ya llegó su escritora con otro capitulazo semestral de esta historia. Pido perdón por desaparecer tantos meses y abandonar mi escritos... pero el trabajo y la desidia me dicen "Ren, hoy no vas a escribir, y no es sugerencia, no vas a escribir". 

Pero a dos días de navidad no quise dejarlo sin otra probadita de mis historias. Así que disfruten. Saboréenlo hasta el siguiente cap.




Haber recuperado la memoria fue un proceso difícil y quizá lo habría sido todavía más de no ser por los entrenamientos que me crearon una mente fuerte e inquebrantable para el tipo de trabajo que hacía.

A esas alturas no podría manejar bien los tiempos ni decir que en tal fecha había hecho esto y aquello, mucho menos podría recordar con claridad el día que comencé a trabajar en la agencia. Diría, también, que la vez que conocí a Bakugo estaba borrosa, con varias lagunas que no podrían decirme mucho en esos momentos para saber cómo mirarlo a la cara; sin embargo, lo que sí podría decir, era que experimentaba una extraña sensación con mis sentimientos, porque, de alguna forma, recordaba lo que él pudo significar para mi tiempo atrás, y lo ponía en contra de lo que comenzaba a sentir luego de reencontrarnos.

Quizá estaba enamorada de él, o trataba de olvidarlo. No sabría decirlo por que a ratos no me importaba y a ratos sí. Y no sabría decir qué lado tenía más peso sobre la balanza. Sin embargo, tiempo después de saber que se había marchado, sentí una gran preocupación por él, porque sabría que no dudaría en tomar aquella pista que según Izuku había encontrado para detener a la LEO. Me costó trabajo recordar esa organización, suponía que se habían empeñado tanto en borrar todo de mí que ellos fueron los primeros en ser depurados de mi cabeza.

—Esto no va bien —informó Momo, observando su dispositivo inteligente.

Yo, en ese momento, no sabría que estaba rastreando a Bakugo y se topó con la sorpresa de que Tenya había ido con él, aun sabiendo el riesgo que implicaba hacerlo de tal manera. Ahí me pregunté cómo no pudieron rastrearme en cuanto la LEO se apoderó de mí aquella noche en Paris, pero Izuku llegó a decir que si lo habían hecho, que, por todos los medios, trataron de localizarme, sin tener mucho éxito apenas pasados diez minutos. La ultima ubicación que tuvieron de mi aquel día fue en el aeropuerto, el sitio perfecto para perderme el rastro.

—¿Qué sucede? —Shoto se apresuró a preguntar, acercándose a la azabache que tecleaba por aquí y por allá, haciendo algunas muecas por lo que veía.

—Al parecer Bakugo se puso en marcha —respondió observando a todos, menos a mí.

—Empezó a recorrer varias partes de Italia, según el breve reporte de Ingenium.

—Era de esperarse —comentó Shoto con una sonrisa que me dio a entender lo bien que podría conocerlo.

—¿Qué haremos entonces? —Mina se apresuró a preguntar, pero se le veía preocupada, estaba preocupada por mí.

—Pongámonos en marcha también —alegué, igual y no me contemplaban en esa misión improvista, pero quería alentarlos a moverse, a ir por nuestro compañero.

—¿Estás segura de ello? —cuestionó Shoto.

—Podré estar un poco oxidada, tal vez —me encogí de hombros, dubitativa, incluso me llegué a preguntar qué era lo que estaba diciendo—. Pero no creo ser un estorbo.

Y, no sé, a lo mejor mis palabras fueron suficientes para cambiar el rumbo que llevábamos, tanto como el objetivo de ir con Katsuki porque todos, de alguna forma, intuimos que su absurdo plan de ir por la LEO el solo (junto con Iida) no terminaría bien o se vería en aprietos antes de siquiera descubrir una de sus bases en Italia. Ese fue el resumen que me dio Izuku apenas tuvo la oportunidad de acercarse a mí luego de que los demás se ocuparan de lo suyo.

Agente 001: Dynamight [Katsuki Bakugō] Where stories live. Discover now